quarta-feira, 28 de outubro de 2015

Renaciendo

Hoy a la tarde, me visitó un antiguo sentimiento. Una vieja tristeza. La fragilidad de la vida. Fue, como otras veces, el recuerdo preciso de una época en la que, en Argentina, la vida valía muy poco. No pude menos que acercarme a la ventana, y respirar hondo. Me acordé de palabras de Adalberto Barreto; "Yo no nací para sufrir, pero el sufrimiento me puede hacer crecer, si tengo la humildad para comprender". Recordé también sentimientos y palabras de otras personas. La muerte nos trae la vida. Después de experiencias de proximidad con la muerte, la vida renace con otra calidad. Veía en el cielo, el color de las nubes teñidas de rosa, del atardecer. 

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