terça-feira, 30 de dezembro de 2014

Reconstruyendo

Siento necesidad de estar conmigo. Refluir hacia mí mismo. Estar íntimamente con mi propio ser. Las cosas que dan sentido a mi mundo: familia, comunidad, literatura. Oración, Dios. Solidaridad, crecer juntos. Espacios y momentos de reconocimiento recíproco. Un almanaque. Una sonrisa. Deseos. Felicidad. Paz. Tierra. Sol. Montaña. Ríos. Agua. Amor. De repente siento la necesidad de remontar hasta la fuente. Volver al origen. Retornar a ese lugar y a ese tiempo primero. Poder nuevamente respirar en ese clima en el que me he ido construyendo y constituyendo desde el comienzo de mi vida hasta el momento presente. Hasta este mismo instante en que escribo estas cosas.

El escribir y compartir son momentos indispensables en el crecimiento. Las vivencias más internas y esenciales se van consolidando en la medida en que nos hacemos cargo de ellas. Esto quiere decir: en la medida en que las reconozco como mías y me reconozco en ellas. De lo contrario, uno puede sin darse demasiado cuenta de ello, irse distanciando de sí mismo. Uno puede sin ser demasiado consciente de ello, ir abriendo una fosa, un espacio de disociación, una brecha de desconocimiento y alienación dentro de sí mismo.

Para que esto no ocurra, sigo insistiendo en lo mismo. Una y otra vez volver a mirar hacia la trayectoria de mi vida como una unidad, una continuidad, un esfuerzo permanente y consistente por vivir mi propio ser, por ser verdaderamente la persona que soy. Con mis raíces y mi historia. Mis sueños e ideales. Mis deseos y utopías. Esto es algo muy concreto. Me reconozco en cada paso de mi caminar. Aún en aquellos momentos de mi vida en que pareció que estuve ajeno a mí mismo. De alguna manera, aún en esos momentos, seguía manteniendo una chispa de consciencia en la que me seguía apoyando. Esa tenue luz se llama fe.

No podría vivir sin fe, y no vivo sin fe. La fe es la esencia de la propia vida. La fe es la esperanza, es la confianza. Es la fuerza que nos mueve y que me mueve, como ser humano. Reconozco esa fe en mis acciones en los años 1960 y 1970, que vuelven muy frecuentemente a mi memoria. Acciones en el sentido de la resistencia a la opresión, a la arbitrariedad y a la violencia de estado. Acciones colectivas en el sentido de la justicia y la solidaridad. Las oportunidades para todos y todas, como se dice hoy.

También sigo reconociéndome especialmente en el ámbito de mi familia. Las relaciones de amor y de coexistencia en el espacio familiar. Sigo reconociéndome y tengo la impresión de que cada vez me seguiré reconociendo más, en el ámbito de la creación artística y literaria, la vivencia de lo poético en lo cotidiano. La construcción de espacios de reconocimiento recíproco y crecimiento en el ámbito de la Terapia Comunitaria Integrativa, en la que veo un instrumento al alcance de toda persona que quiera tenerse de vuelta.

domingo, 28 de dezembro de 2014

Escribiendo

Una tarde como ésta uno puede estar sin mucho que hacer, o sin nada que hacer, para ser bien claro y directo. Y de pronto la página surge como una posibilidad. Un lugar donde uno puede estar. Entonces atiendo ese llamado. Y al hacerlo, al ir viendo las letras bajando a la hoja, es como si uno mismo se fuera reuniendo. Uno se va reencontrando, de toda la dispersión que a veces nos asola. Viene una sensación de unidad. Y esta sensación es muy placentera. El ayer y el hoy se unifican. Entonces no importa cuántos años tengas desde el lado de afuera. Por dentro no tenés edad.

Sos ese mismo niño, esa misma niña, ese mismo pedazo de universo sin tiempo, que experimenta, que va viviendo, que fue dando vueltas y sigue dando vueltas. Sigues buscando un rumbo, una dirección. Y entonces escribir se te figura como una operación de recuperación de tu propio ser. Vuelves a tener esa memoria infantil en la que te refugias muchas veces. Vuelves a ser esa inocencia que está intacta en tu interior. Vuelves a ver los autitos en la carretera de barro, cuando jugabas en la vereda. Y las plantas y las flores. Las montañas y los ríos. Las voces y la gente. Los caminos todos que recorriste. Las plantas de tus pies guardan todos esos recuerdos, y otros más, que irás recuperando en cada respiración, en cada palpitar, en el mero pulsar de la vida en que te anidas. La vida que eres.

sábado, 27 de dezembro de 2014

El arbol de la vida

A veces miro este año 2014 que esta por terminar, y veo la imagen de un arbol. Me veo obligado a escribir sin poner los acentos donde es debido, ya que hay algunas cuestiones tecnicas que lo estan impidiendo. Pero con o sin acentos, escribir sigue siendo mi mejor y principal forma de estar en el mundo. Lo que quiero decir ahora es que veo un arbol, si. Un arbol que vi internamente en Cuiaba, Mato Grosso, Brasil, este año. 

El arbol de la vida. El arbol de mi vida. Me gustaria poder resumir este año en una sola palabra, pero viene varias: aprendizaje, crecimiento, unidad, integridad, integracion, raices, frutos, florecer, familia, amistad, eternidad, eternizacion. Veo como en un pantallazo todos los lugares donde estuve. Las situaciones que me toco y me sigue tocando vivir. Algunas de estas situaciones bastante dificiles, en el plano de la salud en la familia. 

Pero aun estas, y otras tambien, en el plano de la convivencia, son como abono, estiercol, algo que --como el pasado-- se va pudriendo y alimentando el arbol que sigue creciendo, manteniendose, enfrentando tormentas y lluvias, vientos. Hay otras palabras que van viniendo, en esta evocacion de lo que esta siendo este año de 2014: confianza, fluir. Cada una de estas palabras, involucra otras. 

Forman como raices y ramas que se van entrelazando y constituyen un nido, una casa, un envoltorio en el que cabe la vida. Cabe este instante. Cabe cada segundo, cada pedacito de tiempo que me es dado vivir. Hay una palabra que tambien esta llegando en este momento, y la dejo venir: amor. El amor es algo concreto, es algo que existe realmente en la vida, en mi vida. 

El amor une todas las cosas. Es como el silencio, es como el aire, es como la propia vida. Uno trata de abarcar lo que existe, abarcar la vida tal como es, tal como va siendo, y abarcarse tambien. Llegar a comprender lo que vive, lo que va viviendo. Entonces aparecen las caras, los lugares, las personas, los sentimientos. Los cursos de formacion en Terapia Comunitaria Integrativa en los distintos lugares de Argentina y Brasil en los que tuvieron lugar. 

Y es como si esas rondas y las reuniones de familia --en momentos criticos y en otros de festejo y de conversacion, de compartir -- se unieran a todos los otros momentos, a los viajes, las terminales de omnibus y los aeropuertos, los caminos y paisajes. Y entonces en estas palabras que van llegando a su fin, es como si se fuera dibujando otra vez el arbol de la vida, ese arbol que vi en Coxipo do Ouro, Mato Groso, Brasil. 

Entonces supe, como se ahora, en este momento, que el pasado y el presente, la luz y la sombra, lo negativo y lo positivo, lo luminoso y lo oscuro, forman una unidad, son los lados del tronco del arbol de la vida. 

quarta-feira, 24 de dezembro de 2014

Un río interior

Me daba cuenta de esto. Hay una emoción, una sensibilidad. Una capacidad de emocionarme, de sentir el mundo, la vida, la gente. Humildad. Tristeza. Agua que corre por dentro. Lo que me asemeja al cosmos, a todo lo que existe fuera de mí. No hay afuera ni adentro. Hay esto que escribe ahora, esto que está siendo escrito ahora. Esto está aquí, así como vos estás aquí y yo estoy aquí. No hay otra cosa que esto, este estar aquí, ahora.  

segunda-feira, 22 de dezembro de 2014

Silenciosamente

Y ahora, cuando el día ya se va metiendo dentro de la noche. Ahora que la luz del cielo ya va diciendo que va llegando la oscuridad. Ahora que voy poniendo estas letras en la hoja, como para ir diciendo que yo también me voy yendo a ese lugar donde la noche nos cobija. Ahora, en este mismo instante en que la hoja es como un barco que va buscando orilla. Ahora ya es tiempo de dejar estas líneas y simplemente dejarse ir hasta ese lugar adonde las memorias se van organizando hasta el silencio. 

El silencio y la palabra. La palabra y el silencio. Hoy pensaba en ésto: cuánto decimos sin palabras. Cuánto es posible decir sin decir nada, sin emitir un único sonido. En esos momentos en los que simplemente no hay nada que decir. Permitirse el silencio también, con su locuacidad. Permitir que el silencio nos diga cosas, calladamente, a su modo, silencioso.  

sábado, 20 de dezembro de 2014

Observación

Una de las cosas que más me llama la atención, es el movimiento del pensamiento. Cuando digo pensamiento, es también la propia atención, la percepción, los recuerdos, la imaginación, el deseo. O sea, la vida interior, en resumidas cuentas. Esta mañana, por ejemplo, me entretuve viendo lo que había ocurrido en los primeros momentos del día. El despertar, ver el sol iluminando el cielo, las nubes. Esto me alegró. Un día más. Vivo. Los recuerdos del día de ayer. El paseo por el parque. Varias sensaciones de familia, nacimiento, espera, esperanza, fe, pero no la fe aprendida, solamente, y sí una fe más tenue o diluida, que subyace a la propia vida. 

Una confianza de que todo va a dar cierto. Todo va a salir bien. Todo sale siempre bien. La película que vimos anoche. La chica campesina que se enamora del abogado de Londres que promete volver y vuelve, pero ella ya había muerto. El diario debajo del portón del garaje. El primer té, que todavía estoy tomando. Todo esto pasó en menos de una hora. Sé que me he salteado muchísimas cosas que pasaron, pero esto es solamente para dar una idea de lo rica que es nuestra vida interior. Y, sobre todo, para registrar para mí mismo, cuál es uno de mis principales focos de atención e interés.   

sexta-feira, 19 de dezembro de 2014

Tiempo y libros

Esta mañana ví esta pila de libros en la mesita de luz, y sentí de inmediato, tranquilidad. Los libros tienen esa virtud. Me substraigo del tiempo presente, con sus múltiples demandas. Entonces refluyo hacia un tiempo primordial. Un tiempo quieto, parado. En realidad, este tiempo primero también se mueve dentro de sí mismo. Pero es un movimiento auto-contenido, casi imperceptible. Vienen entonces también algunas imágenes de ayer.

Los árboles en el parque a la noche. Las palmeras bordeando la avenida. El follaje de los árboles del barrio, con sus distintos matices. El canto coral de los niños en el santuario de la Virgen en el Challao. Y esa Mendoza de noche que se divisa desde los cerros. Las veredas y acequias ahora, esta mañana, allá afuera esperando mis pasos. Y este tiempo de ahora, de este instante. Un tiempo presente al que intento llegar. Como si fuera un regalo de Navidad. No te preocupes, no temas, que yo estoy aquí, resuena la voz del niño de Belén.

quinta-feira, 18 de dezembro de 2014

Recreando la vida

Cuando empecé a escribir del modo como lo vengo haciendo, de manera continua y cada vez más suelta y libre, en 2001, no imaginaba que iría a llegar adonde estoy, adonde sigo llegando, un terreno en abierto, de continuos descubrimientos. Un ir abriendo puertas hacia mi propio interior, que continúa mostrándose como un lugar en constante renovación, en perpetua exhibición de reflejos de mí mismo que me van dando cada vez más una sensación de vida nueva, de familiaridad conmigo mismo. 

Y también escribir es, al mismo tiempo, como todo lo que es humano (marcados que estamos y que somos, por la reciprocidad, por la complementación de perspectivas, por la co-responsabilidad), un ir simultáneamente abriendo puertas hacia afuera, hacia otras personas que se encuentran en lo que escribimos, y que nos devuelven reflejos de nosotros mismos que solamente nos son accesibles en el diálogo. En este momento, me gustaría enfatizar esto, en primer lugar: cómo el escribir es ir haciéndome cada vez más dueño de mi propia vida, en la medida en que al hacerlo, voy registrando lo que me ocurre interna y externamente, y, al hacerlo, dejo de vivir en un mundo extraño y distante, ajeno y hostil. 

Cada vez más, este mundo y este vivir adquieren una cualidad de integración, de unidad, de unicidad. Esta sensación de estar haciendo parte, de ser parte del mundo -- un mundo que no excluye lo abominable, lo bajo, lo que repugna a la conciencia humana -- en buena medida la he ido obteniendo al irme integrando cada vez más a la Terapia Comunitaria Integrativa, un espacio en el que el ser que soy, se reconoce en las historias de vida de las demás personas. Un lugar en el que se pierde la sensación de enajenamiento, a partir de la escucha activa, que nos repone en el tejido humano y social, tanto individual como colectivamente, familiarmente, etc. 

La vida es fugaz, de algún modo sabemos que en algún momento iremos a dejar esta forma de existencia que actualmente estamos ejercitando y disfrutado. Pero a través de estas cosas que aquí estoy comentando, o sea, (1) a través del escribir como ejercicio del auto-descubrimiento continuo que al mismo tiempo construye una constante familiaridad renovada del mundo y de la vida, y (2) a través de la Terapia Comunitaria Integrativa, que recrea la sensación de pertenecimiento en la medida en que nos vemos viviendo una vida que, aunque sea (como lo es, de hecho), absolutamente singular y única, al mismo tiempo es tan parecida en lo esencial, a tantas otras vidas que empiezan a formar parte de la nuestra a partir del momento en que empezamos a vernos y a vivir de manera integrada, vamos cada vez más haciéndonos habitantes de un tiempo continuo, en el que hay una sensación de eternidad.  

terça-feira, 16 de dezembro de 2014

Existiendo

¿Qué es esto? Estoy aquí. Estoy vivo, pensó. No sé qué es el pensamiento, pero es extraordinario. Me lleva hasta lo insondable y hasta lo indeseable, depende de mí. Y aún así, no sé qué es. Esta mañana me desperté con estas consideraciones. El día fue pasando, y vienen a mí muchos recuerdos. Ellos forman como un envoltorio a mi alrededor, que me contiene. Estoy guardado en eso invisible que me sostiene. 

A medida que he ido escribiendo y que lo sigo haciendo, he ido construyendo y sigo construyendo mi propio mundo. Este es un mundo personal y particular, y también un mundo compartido. Me he ido apartado de un lenguaje extraño internalizado, que me alienaba de mí mismo y de los demás, de la existencia. De a poco, este lenguaje se ha ido haciendo cada vez más propio, en la medida en que me he ido haciendo dueño de los significados, de los sentimientos y de los pensamientos que lo constituyen.  

terça-feira, 9 de dezembro de 2014

Eternidad

Leyendo algunos poemas y otros escritos de Jorge Luis Borges, me aparto de un presente omnipresente en el cual también está el mío, el presente del presente. El presente eterno del poeta y la poesía.

Por algún tiempo que se me figura infinito, me substraigo de un aquí y ahora enajenante, cosificado, extraño. Y me sumerjo en esa continuidad ilimitada a la que aspiro y a la que pertenezco. Poéticamente habito yo.

domingo, 7 de dezembro de 2014

Literariamente, poético-literariamente.

Varios de mis escritos empiezan valorizando este lugar, mi lugar. El lugar que se puede tener en una página, en la hoja de un libro que leo o escribo. Que leo y escribo. Que vengo leyendo y escribendo desde hace tiempo. Esto es algo más que una metáfora, es algo real. Puedo vivir en una hoja. Puedo vivir en un lugar que he creado con mis propias manos. Talvez deba decir enfáticamente, que vivo en ese lugar. Hay un divisor de aguas, entre el tiempo anterior a esta toma de conciencia, y el tiempo en que empecé a tener noción de mi lugar. 

Esto no es todavía un estado permanente, pero lo va siendo cada vez más. Cada vez más habito en ese mundo integrado, donde no hay fronteras de ningún tipo. Donde la realidad es algo que he venido construyendo desde el comienzo de mi vida, con mis percepciones y sentimentos, mis sensaciones, mis experiencias. 

He ido haciéndome partícipe de esa realidad poético-literaria, no solamente a través de poemas y libros leídos, que son sin duda el ingrediente básico de este auto-reconocimiento, sino también a través de la recuperación del carácter propio de mi misma identidad, que pude ir rescatando de entre la maraña excesiva de normas y rotulaciones externas que había aceptado equivocadamente como siendo mías. 

He venido emergiendo, sigo emergiendo y seguiré emergiendo hasta estar del todo en mi propia tierra, en mi propio lugar. Un lugar que no es en absoluto una isla desierta, sino más bien al contrario, es un lugar común, un lugar compartido, hecho por las manos de incontables escritores y escritoras a través del tiempo. 

sábado, 6 de dezembro de 2014

Vendo

Dias atrás, no encontro com um poeta meu amigo, senti que há uma linguagem silenciosa, que restaura a visão original. Repõe a visão direta das coisas, do mundo, de mim mesmo, das outras pessoas. Isto ocorreu em meio a uma conversa com outros amigos.
Há momentos em que paro de pensar. A mente se detém. Então vem a visão do mundo. Ou, melhor, vem duas visões do mundo, uma interna, biográfica, e uma outra, também interna, visual. Visual de uma clareza maior do que a que tenho deste lado da realidade.
Tenho pintado já vários quadros com um álamo e uma casa. Um sol amarelo no fundo, e montanhas. Estes quadros, em perspectiva, também repõem a visão interna, que tem uma nitidez maior do que a visão para fora, a visão externa. Não estou querendo contrapor uma visão à outra. Apenas registrando o que vai acontecendo.

quarta-feira, 3 de dezembro de 2014

Resúmen

Llega el final del día, y, como tantas otras veces, tratas de resumir lo que ha sido. Es un intento precario, lo sabes, pero aún así, dejas que las impresiones vayan llegando. Los rostros vistos. Lo sentido.
Tantas cosas que pensaste mientras ibas por las calles de la ciudad. Los árboles. La gente y los autos. Los camiones. Las conversaciones con tu Dios, un Dios de todos y de todas, pues no piensas que Dios pueda ser excluyente.
El shopping center y sus luces incesantes. Navidad. Ventas. Jesús. Y ahora a la noche, cuando los pájaros ya no cantan, sino guardan sus cantos para el nacer del día, algunas palabras parecen querer traer una sínteses, esa sínteses que buscas. Simplicidad. Reunión. Acogimiento. Misión. Todo gira y da más vueltas.