sábado, 12 de outubro de 2019

Pertenecimiento


Me refugio entre las letras. Allí me anido, hago mi mundo. Me guardo, me resguardo, me fortalezco.

Esto ya lo he dicho incontables veces, y lo seguiré diciendo mientras así sea para mí.

Leo y escribo para integrarme en un mundo más grande, más amoroso, más digno, más justo, más bello.

Me rehago de todas las presiones y alienaciones, de todos los debería o debiera, de todas las culpas. ¿Qué culpa tengo yo, al fin y al cabo?

No quiero exigirme más, ya que estar como estoy, es lo mejor que pude.
Es lo mejor que puedo. Podría ser mejor, podría mejorar esto y aquello, y así seguiría en eterna desconfianza de mí mismo, eternamente disconforme con lo que soy.
Estar como estoy, es lo mejor que pude. Es lo mejor que puedo. Es como soy.
Podría hablar más, ser más sociable, más comunicativo, más educado, más eficiente, pero no sería yo.
Yo soy esta especie de rueda que gira, esta mandala extensa e intensa que muchas veces no sé muy bien cómo administrar. Esta sensación de inadecuación que me acompaña, de no ser quien debería ser, de no ser como debería ser, de no estar donde debería estar ni como debería estar, es en parte resultado de lo que fue mi trayectoria de vida. En parte también, es resultado de mi naturaleza. Soy agua, agua dentro y afuera, agua alrededor, agua por todas partes.
Podría pensar menos, ser más discreto, más oportuno, más no sé qué ni por qué. Entonces ya no sería yo.
No es que desprecie la necesidad de tratar de mejorar algo, pero no acepto más que esto me siga robando de mí mismo.
Ya no tengo tiempo para seguir tratando de no ser yo. Me queda solamente tiempo para hacer las paces con esto que está aquí, esta sobrevivencia, esta insistencia que soy.
Podría ni estar, y estoy. Esto es la victoria de decisiones acumuladas, apoyadas por personas muy queridas de mi familia, algunos pocos y preciosos amigos y amigas, y algunas personas que estuvieron y siguen estando cerca.
Entonces no me exijo tanto. Trato más bien de exigirme menos, o casi nada, o nada. Ser un poco más benévolo conmigo mismo. Saber que lo que está adentro mío fragmentado, es algo que voy cosiendo de a poco, como lo he venido haciendo en todos estos años, después de los sucesivos golpes.
Muchas veces, me asusta y me admira lo que veo hacia adentro mío. Pero aún allí, muchas veces veo brillar la luz. Luces que yo mismo he pintado y seguiré pintando, y que están también alrededor mío, en los cielos de la tarde y del amanecer.
No dejaré de contribuir con la reconstrucción humana imprescindible, que supera en mucho circunstancias puntuales, aunque las incluye. Mi tarea es como la de las hormigas, contínua, casi invisible, colectiva, colaborativa, integradora e integrativa. Integradora porque me reúne y reúne. Integrativa porque me cohesiona aún más, y esto es imprescindible.
Mi foco no es cambiar el estado ni la sociedad, son cosas demasiado amplias y lejanas, demasiado abstractas en algún sentido, y demasiado impermeables a las motivaciones que me mueven. No creo en partidos ni ideologías, sino más bien, en gente que se da las manos, más allá de cualquier divisionismo. Sumar, juntar, unir, es lo que busco y en esto me encuentro.
¿Qué informaciones necesito? ¿Cuál es el tipo de conocimiento que me hace bien? Hay informaciones en exceso. Inútiles. Dañinas. No quiero dejarme invadir, intoxicar, por ese contínuo flujo de negatividad impregnada de deseos, órdenes, manipulación, que me aleja de mí mismo y distorsiona mi estar en el mundo. Me hace bien saber sobre el arte poético.

Me hace bien porque me nutre, me enriquece, me pone en contacto con mi ser más profundo. Me reinstala en la trayectoria de la humanidad. Me ayuda a ser más libre.

Disminuye mi sensación de soledad. Lo que digo de la poesía vale también para la amistad y la oración. Mi integración en el mundo depende en buena medida, de cuánto me dejo absorber por las obras de arte que pueblan bibliotecas.

Por poco que me adentre en la poesía, la sensación es, cada vez más, la de estar volviendo. Volviendo a un lugar al que pertenezco. Una eternidad tangible. Sea la poesía que leo en los libros, o bien aquella que me rodea por todas partes.

sexta-feira, 4 de outubro de 2019

Yo me gané el derecho de vivir

Pongo una letra a la hoja y todo está bien
Todo se organiza y empieza a existir
Yo me gané el derecho de vivir
Me lo gané con la ayuda de mi familia y de mis amigxs, y aún de gente desconocida
Lo conquisto y lo reconquisto diariamente
Me merezco la alegría, la felicidad, el placer y la paz
Mi foco no es la vida de las otras personas,
Pero sí la vida de mi familia y amigxs
Mi foco es mi propia vida, que rescaté y cultivo con ternura como una flor
Yo no sería yo sin la lectura y la escritura,
Que me reconstruyen y modifican
Acercándome cada vez más a mi propia esencia
Los colores y las formas bellas tienen el mismo efecto
Mi oración es cada vez más simple: menos palabras o sólo silencio
Cada instante es la suma de todos los instantes desde el comienzo hasta ahora y más allá
Hacia los sueños que cultivo todas las noches y de día
Todos los días
Como las páginas de un libro infinito
Cuyas ilustracions me recuerdan y perpetúan mi infancia.
Mi vida brotó como tantas otras vidas
De oscuridades y dificultades
Crecí y me fortalecí gracias al enfrentamiento con situaciones que intentaron sofocarme o aún acabar con mi vida
Me afianzo en la confianza y en la certeza de que es mi identidad mi memoria y mi conciencia que me alimentan y sostienen todo el tiempo.
Poetizo que es la forma mejor de respirar.
Amo ella que es la razón de mi vida y que me anida y me envuelve y me lleva como un río que vuelve al origen
Vivo para lo efímero eterno
Palabrizo y despalabrizo al sabor del impulso que me mueve
Compreendo que la deshumanidad se deshace en la medida em que me centro cada vez más en mí mismo habitando mi propio mundo, que hago constantemente. 

quinta-feira, 3 de outubro de 2019

Meu tempo


Eu sou de um tempo
E tenho um jeito
De esperar um pouco ou muito
Antes de reagir
Nem sempre consigo
Mas ao menos tento
É o meu intento por continuar sendo assim
Sendo o que sou
Sendo quem sou
Hoje tudo é imediato
Mas nada tem de imediato
Nem na natureza nem em mim
Me permito esperar
Espero espero espero
E vou devagar muito devagar
Às vezes corro mas tropeço e caio
Me levanto e espero
Tomo meu tempo
Ou espero meu tempo
Assim consigo ver que ainda tem gente no mundo
Ainda tem mundo em mim e para mim
Meu tempo passou?
Que é isso!
Este é o meu tempo
Tempo de flores e canções
Tempo de emoções que demoram
Moram dentro de mim e ao redor
Vai prevalecer
Hoje tudo é mostrado
Exibido
Partilhado grupalmente
Dito e redito
Mas têm o que não é dito
Não por não querer ou poder
Mas porque mora no lugar do indizível
Invisível
Silêncio
Deixo as palavras virem dizer de mim e do meu tempo
Das coisas que vejo e o que vejo de mim
No mundo e no tempo

quarta-feira, 2 de outubro de 2019

Tengo otra vez tiempo


Tengo otra vez tiempo
Para escuchar canciones
Emociones
Sin pensar que debería estar
Luchando contra la injusticia.

Talvez lo haga a mi modo
Refluyendo hacia mí mismo
Permitiéndome apreciar con ternura
Cada pequena cosa.

La existencia de las personas próximas
Y también la de aquellas que pasan más lejos
El canto del pájaro
Y la belleza de las flores.

Las nubes en el cielo
Y el día que me espera
Como la hoja de mi cuaderno.

Tiempo en que tenía tiempo
Para reírme de cualquier cosa
Y no estar preso a resultados.

Sin temor a nada
Sólo el amor por todas partes.

Sin juez ni culpa
Me permito otra vez ser feliz.