En un intento por desbolsonearme, fui a dar una vuelta por
la beira-mar. Los barquitos en Manaíra. Ese mundo de gente yendo y viniendo. La
avenida Ruy Carneiro. Recuerdos de tantas veces que ya anduve por allí. Pero la
mente vuelve sobre lo mismo. Y no dejo de pensar, ya de vuelta a casa, cómo
puede ser que haya gente que odia la vida. Es todo lo que tenemos. Cada ser
humano es una suma de actos de cuidado, de luchas vencidas contra todo lo que
nos amenaza. Entonces este instante es muy valioso. Es un resúmen de todos mis
caminos. Cada lugar, cada encuentro y desencuentro, todo lo que ha sido y sigue
siendo este esfuerzo cotidiano por seguir dándole sentido al estar aquí. Todo
aquí, ahora. Aún estas letras que como al descuido voy dejando caer sobre la
hoja ahora que ya es de noche. Los libros y las hojas que me acompañan. Es como
una maletita de juegos con la cual voy de aquí para allá. Puede ser que lea y
escriba y dibuje, o no. No importa. Importa la compañía.
O sonho de todo escritor, mesmo menino, ou, sobre tudo, menino, é o de escrever. Escrever num jornal. Ter seu próprio jornal. Engatinhando ainda nas ferramentas e no layout dste blog, aqui está a minha tentativa.
terça-feira, 25 de setembro de 2018
terça-feira, 4 de setembro de 2018
Camino
Qué aprendí? Que en medio de la oscuridad estaba Dios. Estaba Jesús. La luz en medio de la oscuridad. Esta sigue siendo mi esperanza y mi expectativa. Que en medio de la noche oscura, Dios insiste en brillar. ¡No te olvides de mí, Señor! Y más, con la experiencia de los años, aprendí que Dios está en las personas más próximas. Así, aquí, la red es inmediata y próxima. Y aún más, supe que hay personas de bien, aún del lado contrario. Esto es lo que me sostiene. Y sé que no estoy solo. Somos muchxs. Un tejido tenue que se extiende por todas partes. La primavera viene mostrándose en medio del invierno. Los brotes verdes se abren paso en medio del frío que se va retirando.
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