A veces es
necesario refluir un poco hacia uno mismo. Verse en perspectiva. Juntar los
momentos y los actos del día. Las flores y las plantas vistas. Las
conversaciones y los sentimientos. Las idas y venidas. Los desencuentros y
reencuentros. Un momento para uno mismo. Un momento para mí. Ahora esta hoja.
Ahora esto. Ahora este instante en el que mi dirección es hacia mi propio yo.
Mi propio ser. Este ser que escribe estas cosas. Ya no mirando hacia afuera, ya
no tratando de satisfacer expectativas de los demás, sino estar para mí mismo.
Hoy estoy para mí, solamente para mí. Recordar los momentos pasados. Lo que
hice durante el día se va enhebrando como un collar. Un rosario. Voy teniéndome
de vuelta en este mismo acto. Me junto ahora. Junto mis pedazos, los pedazos de
mí que se fueron yendo durante el día, en las vanas tentativas de atender a los
demás. Mejor me atiendo a mí mismo. Esto lo puedo hacer. Lo necesito. Es para
mí. La dirección contraria. Hacia adentro, hacia mi fuente interior. Hacia el
ser que soy.
Nenhum comentário:
Postar um comentário