terça-feira, 11 de julho de 2017

Unidad

Poner una letra en la hoja y saber que por este simple acto, todo es como debe ser. Todo está donde debería estar. Se organiza el universo. Todo el pasado está aquí presente. Te sabes una semilla que creció en la oscuridad. Viste el sol. Naciste. Viste la vida. Viviste. Pasó el tiempo. Tanto tiempo, que te da un vértigo. En algún sentido el mundo fue llegando a un estado que siempre quisiste. Más solidaridad. Ver más lo que nos une. Lo que tenemos en común. Sufrimientos, y estrategias para enfrentarlo. Reconocernos unos en los otros. Saber que uno pisa un suelo firme que fue pisado por nuestros antepasados. Abuelos y abuelas. Madre y padre. Hermanos. Hijos e hijas. Amigos. Ese hilo tenue que es la vida. La comunidad. Aquello que nos es común. Esto permanece, más allá de clase social, ideología, nivel de instrucción. Mirar hacia dentro del corazón y ver ese tejido de vínculos que uno fue construyendo a lo largo de la vida. Gente en Misiones y Mendoza. Entre Ríos y Santa Fé. Buenos Aires y Bolivia. Venezuela. Uruguay. Un mapa interno se fue formando y está allí. Cuando me siento solo, miro hacia adentro, y veo esa mandala de luces. Entonces salgo a caminar. Voy a andar por las páginas de los libros que leo y que escribo. Los cuadros que voy pintando. Allí me veo y te veo. Veo todo este caminar que es la vida. Voy viendo y me veo viniendo. Tengo un plan para mañana. Para el fin de mes. Para esta tarde. Todo va yendo y viene viniendo. Como las olas del mar. Veo la luz al final, y me siento seguro. No hay final, finalmente. Continuidad. Unidad.

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