sexta-feira, 2 de março de 2012

Quietud


Esa noche el sueño no venía. ¿Dónde se habría quedado que no llegaba todavía? Dejabas estas preguntas que tal vez no tuvieran respuesta, pero te admirabas de haberlas hecho, y pensabas, ¿será que no tienen respuesta realmente? ¿Dónde están los sueños que no vienen? ¿Se han quedado en el país al que pertenecen? ¿pero no es que la vida es sueño? Si es así, aquí deberían estar. La noche. El calor. El ventilador. Mosaico. Miras la hoja delante de ti, y como en una ráfaga, pasan tantas hojas leídas, tantas hojas escritas. A veces las hojas de los libros y de los cuadernos forman como un abanico que se mueve a toda velocidad. Lo leído y lo escrito. El libro de la vida. Y tu libro en camino de publicarse. ¿Cuándo llegaría a las manos de los lectores y lectoras en papel? El pasado se hace presente. El estiércol de donde brota la flor del hoy. El amor. La gracia. El don de la vida. Adónde te llevarían estas indagaciones? El libro seguiría corrigiéndose, ya falta poco, piensas. Sí, ya falta poco. It won´t be long. Ella duerme. La televisión. Los días pasados. ¿Dónde está el futuro? ¿Dónde están los días que van a venir? ¿Estarían acurrucados en algún lugar del tiempo y del espacio? Algunos recuerdos muy malos te visitan en marzo. Deben estar visitando la vida de tanta gente en Argentina. Quisieras no tener memoria de eso, pero está allí. Viene, y el sueño que no viene. Oyes el ventilador, el lento ruido giratorio refrescante. Cortázar. Borges. La página va avanzando, renglón a renglón. ¡Cuántos renglones desde tu infancia, desde que comenzaste a leer y escribir! ¡Cuántos escritos en cuadernos y en páginas de libros! El abanico de las hojas otra vez gira como u viento sin fin. Ves todo lo leído y lo escrito, y lo que aún escribirás y leerás. Pasa todo con velocidad. Vienen recuerdos de tiempos muy antiguos de tu vida. Lugares, gente, sentimientos, cosas. Todo va pasando como hacia un punto, y te preguntas qué punto es ese, qué puerta es esa. ¿Pasarás por esa puerta? Adónde lleva? La página se sigue acercando a su fin, y el ventilador, el calor, la noche, el insomnio, las letras que siguen bajando como gotas de agua llenando una botella. Un barco en la orilla. Te sientes así, desde hace varios días. Como un barco en la orilla, y el agua quieta.

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