domingo, 10 de agosto de 2014

Presente

Hay días en que uno está un poco, días en que estamos medio. Y estamos medio porque no estamos del todo. Uno ya se despertó, ya vio que el día había comenzado, la luz en el techo del cuarto dibujando las persianas con trazos horizontales, el canto de los pájaros, lo de siempre. Está todo ahí, pero uno todavía no llegó. Todavía estamos en algún lugar que puede ser el sueño o los sueños que acabamos de dejar, o pueden ser sentimientos del día anterior, o los proyectos, lo que haremos más tarde, esta noche, mañana o muchos días después. Entonces la expresión lo dice todo: estoy medio. Estoy un poco. Pero de a poco vamos llegando, vamos viniendo, vamos ocupando nuestro lugar en el presente, como dice Jorge Luis Borges en “El despertar”. Julio Cortázar alude a esta misma sensación en “Ahí pero donde, como”, si es que estoy recordando bien el nombre de su escrito. Vamos ocupando nuestro lugar en el presente, y esto también es una sensación exacta: el lugar donde estoy, las personas con las cuales me encuentro, son algo que está aquí y ahora. No son recuerdos ni proyecciones. Son, somos, algo que está aquí y ahora. Están los recuerdos y las proyecciones, sí, pero de un modo unificado, como si toda la percepción convergiera en el presente.

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