¡Un
instante es tanto tiempo! Si estoy presente, estoy sumergido por
completo en mi propia historia. Todos los momentos que viví están
reunidos aquí. Es algo muy intenso. Esto lo sentí este fin de
semana, en un encuentro en familia, en la casa de campo. Estábamos
todos alrededor de la mesa. Escuchaba las palabras de cada uno, en
esa especie de ajedrez sabroso que son las conversaciones cruzadas.
Se forma como una especie de rompecabezas, un mosaico. En un cierto
momento, me encontré hablando sobre una de las tesis principales de
mi libro Libertatura*:
no apenas usar las palabras como medio o instrumento. En la palabra,
al dialogar, ser capaces de recibir por completo a quien está
hablando, y yo también estar presente totalmente. Esto me parece
importante para que la palabra sea de hecho un medio de integración.
Una forma de estar en contacto íntimo unos con los otros. Solamente
puedo ejercitar esta forma de ser palabra, cuando estoy en paz
conmigo mismo. Cuando me acepto como soy, aún con aquellos aspectos
de mí mismo que me disgustan, y que creo que debería cambiar. Si no
me acepto, si estoy frustrado conmigo mismo, mi estar en el mundo es
un choque constante. Nada me viene bien, nadie me parece ser como
debería ser. Pero cuando estoy totalmente presente en este instante,
en esta preciosísima fracción de tiempo en que estoy aquí, todo
adquiere una intensidad muy grande. Todo se vuelve mágico.
*Publicado
en Amazon Books.
Nenhum comentário:
Postar um comentário