sexta-feira, 11 de fevereiro de 2022

Caminando

Ayer fui caminando hacia Tambaú, desde Cabo Branco. Una caminata son todas las caminatas. Desde que puse el pie en la vereda, fui sintiendo cosas que ahora trato de describir. La continuidad de este acto en mi vida. Más bien puedo decir de mí que fui y sigo siendo un caminante. Así fue como fui sintiendo el mundo y sintiéndome en el mundo. Esta sensación acumulada vino ayer a mí. Familiaridad. Continuidad. Naturalidad. Esto es lo que iba experimentando a medida que iba pasando de una a otra cuadra, cruzando las calles y las avenidas. La gente que pasaba, de diversas edades y apariencias. Las veces que ya había pasado por esos y otros lugares. Todo se iba reuniendo y me traía una sensación de placer. Se puede. Recordaba sobre todo esto: se puede. Puedo caminar, puedo ir de un lugar a otro. Puedo conversar con las personas. No necesito tener un objetivo o finalidad, basta caminar. Vagar. Puedo hablar por la mera necesidad de decir algo, no por alguna otra finalidad. Así fui pasando por las cuadras y por los frentes de las tiendas de música, correo, neumáticos, farmacia, mercaditos, supermercados, hasta llegar a la panadería Bonfim, de tantos recuerdos. Evocando gente y sentimientos. Así en esta ida y vuelta fui llenándome de una paz y plenitud que no sé si las palabras podrán llegar a transmitir. Si tuviera que resumir en una palabra, diría: pertenecimiento. Entonces no necesito precipitarme, sobreexigirme, ir más allá de lo que puedo. Puedo hacer lo que puedo y ya está. Límites. Por más que suene odioso o resignado, no es ni uma cosa ni otra, es simplemente sabiduría. Cosas que vamos aprendiendo a medida que el tiempo pasa. 

Nenhum comentário: