Esta mañana, unas
flores de aromo. Me acompañaron toda esta mañana. Las ví después
de una ardua batalla en la que me vi envuelto, como habitualmente, al
despertar. Pensamientos imperativos. Obligaciones auto-impuestas.
Tenés que. Tenés que. No, no tengo que. Nada era urgente. Nada es
urgente. Entonces, vi las flores de aromo, como las veo ahora, y las
vi en distintos momentos esta mañana y ya en este comienzo de tarde.
Es la señal de la descontracción. Relajamiento. Paz. La presencia
de Dios. Mi madre. Mis abuelas. Mis muertos queridos, que no están
muertos, están vivos y presentes. Estas flores me han venido de
vuelta en varios momentos, como digo, hoy. A veces es una imagen no
muy clara, pero que se va aclarando. No es necesario empujarme a
nada. Veo estas flores de aromo y esto me calma. Es la forma como
Dios se me muestra. Es la forma como veo a Dios. Colores. Flores.
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