quarta-feira, 7 de julho de 2010

El amor

El amor es la dirección del sentimiento. El amor es un lugar. El apóstol Pablo dijo en su epístola a los Coríntios, “Aún que hablara las lenguas de los hombres y también la lengua de los ángeles, si no tuviera amor, nada sería. Si yo tuviera fe, aún aquella que mueve montañas, pero no tuviera amor, nada sería”. No dice qué es el amor, pero todos saben, al leer y evocar estas palabras, que el amor es todo lo que el ser humano necesita para vivir, para ser feliz y pleno, para poder existir sobre la tierra sin arrepentirse de haber nacido. Los Beatles, en “All you need is love”, nos recuerdan: Todo lo que necesitas es amor. Pensamos en estas cosas hoy, y nos damos cuenta de que esto es de verdad lo único que se necesita para vivir. San Francisco decía, en su oración simple: Señor, que nunca busque yo tanto ser amado como amar, ser comprendido como comprender, porque es dando como se recibe, es perdonando como somos perdonados, y es muriendo como se nace para la vida eterna. Jesús dijo, en cierta oportunidad, que amar a Dios y al prójimo, eran toda la ley y los profetas, eso era todo lo que era necesario. Hoy nos preguntamos si de hecho estamos yendo en esa dirección, si el amor es, de verdad, la dirección de nuestro sentimiento. Muchas veces es necesario limpiarse de cosas inútiles que fueron cayendo en nuestro interior, en la morada del amor, para poder otra vez nacer a la vida plena. Gandhi decía, en uno de los himnos que recitaba constantemente: Guíame, amable luz a través de la obscuridad circundante, guíame adelante. Un paso para mí es bastante. Muchas veces he pensado que esta es para mí la oración que más me conviene. En vez de pensar en muchas cosas o en muchas posibilidades: ¿cuál es el próximo paso? ¿adónde debo ir ahora? ¿qué es lo que tengo que hacer en este momento? Mi madre decía que la felicidad es obedecer a la ley que está escrita en el cielo y en el corazón del ser humano. ¿Cómo descubrirla? ¿Cómo saber a cada momento, cuál es la dirección del sentimiento, la dirección del amor? Max Weber exhortaba a escuchar y obedecer la voz del espíritu de cada uno, que teje los hilos de nuestra vida. No es mucho lo que se puede decir sobre el amor, no, al menos, que pretenda traer alguna novedad. No creo que necesitemos de nuevas definiciones, nuevos conceptos o explicaciones, sino una nueva experiencia, un modo más pleno de ser y de vivir, más generoso, más atenido a lo que es nuestra esencia más íntima, aquella que nos hace ser lo que somos en realidad y en verdad.