segunda-feira, 21 de dezembro de 2009

Amar a María

Si pudiera decir en canción o en verso lo que siento por vos, tropezaría en un obstáculo inmenso. Traer al papel o a la voz el sentir que aflora cuando revivo la vida vivida al lado tuyo es tarea imposible, al menos ahora. Entonces me contento, intento hacer llegar a ti, amada mía, ese sentir del modo como aprendí en la vida a decir te amo. Callado, silente, mirando tu figura y tu rostro, reviviendo cada instante desde al día en que te conocí. La primera mirada y la que veo ahora, incrustada en mi alma, unida a tí para siempre. Te amo, María, y no hay palabras que puedan expresarlo mejor que el bien que traes a mi alma, a mi vida, a mi mundo. Reuniste un ser disperso y este verso precario y pobre quiere, al menos intenta de algún modo, decirte gracias. Decirle a la vida, gracias por vos, María.

Feliz Navidad

Cuando viene Navidad me acuerdo de todas las Navidades. La primera, inolvidable. El arbolito cubierto de luces. La estrella en la punta. Los globos de colores. Otras navidades, después. Unas en Buenos Aires, otras por tantos lugares. En Mendoza, el árbol de luces del Canal 7. Aquí y ahora, en João Pessoa, el árbol de luces que se ve desde la beira mar. Tantas navidades. Los cuentos que mamá nos leía. La señora del espino blanco. Las historias leídas a mis hijos e hijas cuando eran chiquitos. Unas ya tan lejos que el recuerdo no viene a la memoria. La canción que cantábamos en el jeep en aquella jornada en familia, hace ya tantos años, yendo a Tucumán y Salta. Santiago del Estero. Tantas Navidades. Feliz Navidad.

terça-feira, 15 de dezembro de 2009

Pensé que caminaría por la beira mar

Eso cambió mi ánimo. No fui, pero es como si hubiera ido. En la televisión el personaje decía estar malhumorado, y yo de buen humor. A veces algo tan ínfimo nos mejora el ánimo. La alegría vuelve casi como si no se hubiera ido. Casi. Se había ido, pero volvió como si siempre hubiera estado allí. Ya no importaba si me cambiaría de casa o no, los ruidos de al lado, o nada. Apenas estaba bien. Anduve por el sindicato, el correo, el mestrado, la fotocopiadora. La casa de mi amada. Las calles de la ciudad. Ahora la tarde va cayendo sin ruido, como es su modo. Un auto pasa, nunca deja de pasar alguno. Otro. El vecino en su labor, yo en la mía. Escribiendo estas cosas que lees ahora.

segunda-feira, 14 de dezembro de 2009

El benteveo

Escuché el benteveo esta mañana.
Me decía: Alegría, alegría,
Yo estoy aquí.

domingo, 13 de dezembro de 2009

Só peço a Deus

Não sou a única pessoa que é obrigada a conviver com poluição do ar e sonora. Não tenho tido as melhores reações diante do fato de viver ao lado de uma oficina de pintura e mecânica instalada na vizinhança. Não sou a única pessoa que deve suportar a inação e ineficiência do órgão municipal do meio ambiente. Mesmo assim, ainda penso que tenho direito de respirar ar puro e ter sossego aos domingos e todos os dias. Pareço ser o único vizinho que se incomoda com a oficina de pintura e mecânica instalada no bairro. Parece que somente fica para mim, o ter que me adaptar ao abuso, à ilegalidade, à incompetência governamental e à indiferença dos demais vizinhos. A vida dá muitas voltas. Sei que tenho errado ao tentar dialogar com quem não dialoga, alguém que só vê razões para o lado dele e da sua família, da sua subsistência. Do lado de cá do muro, respirando o mesmo ar e o mesmo cheiro de solvente poluindo, do lado de lá, para as outras casas e acima de todas as casas e cuidando do ar que respiro e em toda parte, há Quem veja e saiba de todas as coisas, e a quem apelo nesta manhã de domingo.

sexta-feira, 11 de dezembro de 2009

Cielos

Esa tarde, veía todos los amaneceres, todas las puestas del sol, una a una, como en un rosario infinito. Miraba el cielo y veía la sucesión de coloraciones que contemplara en el firmamento desde la primera vez que dirigiera su mirada al cielo. Los mismos turquesa, los rosados y amarillos, los grises y naranjas, rojos, violetas, arco-iris, lluvias, truenos, relámpagos, formaban una contínua sucesión cambiante y armónica, en la que reconocía el paso completo de su vida. Ahora era de noche y veía en la ventana, hacia el lado del mar, un azul terciopelo que ya viera otras veces. Era el cielo, el mismo cielo, todos los cielos, un solo cielo y los cielos que aún vendrían

quinta-feira, 10 de dezembro de 2009

La continuidad de la vida

Los días se sucedían como las cuentas de un collar. Esa mañana, sintió esto que te escribo. Una continuidad. Trascendencia. Inmortalidad.

Esa mañana se levantó con esa sensación, un día unido al otro, sucediéndolo, continuando la infinita secuencia de la vida. La noche estaba oscura y bebió agua. El aire estaba fresco y el día se avecinaba, distante. El viaje estaba próximo. Y tú, que me lees, veías estas cosas y pensabas, piensas. Era el día comenzando.

Como un eco del ayer se perpetuaba en el ahora. Llega un perfume de flores en el aire. Sientes lo que sintieras años atrás en la Porciúncula, en las veces en los caminos que un perfume de flores te acompañó. Un auto pasa por al calle, otro le sigue. La continuidad de los días. Buen día.

No sabes si estas cosas vienen de adónde. De dónde vienen estas cosas. ¿Por qué preguntas? Es la continuidad de la vida.

terça-feira, 8 de dezembro de 2009

Un día como hoy, en 1977

Un día como hoy, en 1977, entrabas a este país por primera vez. Verde y los ipés. El ómnibus llegando a São Paulo y los carteles atacado, estofamento, borracharia te llamaban la atención. La ciudad no terminaba. La rodoviaria. Las voces. Empezaba otra vida, una vida hasta hoy proseguida. Transformaste todo eso, el asombro, el desarraigo, la soledad, tantas cosas, en esta flor. Flor nacida de una tumba, dice Tabaré, de Zorrilla de San Martín, repetido en un poema llamado Un libro, estos días. Estos días, aquellos días. Los días. Hoy clareaba el cielo de a poco, como siempre, hasta la penumbra ser claridad y luz. Anduviste por la playa, un poco, volviste a casa. Ahora escribes para recordar la llegada a Brasil. Tantos y tantas llegaban de distintos lados, al mismo lugar. Otros y otras se irían, sin duda, a otros lugares. Es la vida, ir y venir. Ir y llegar. Estar, ser.

domingo, 6 de dezembro de 2009

A minha idade

A minha idade
é a idade dos sonhos que acalento,
do perdão que dei a mim mesmo
para me permitir ser feliz.
Agradeço o que vivi, tudo,
sem exceção,
e levanto um grande obrigado
à vida, que me deu tanto.

sábado, 5 de dezembro de 2009

Libro

Veía cuantos libros leyera en vida
Iba a los lugares, al lugar de cada uno
De los libros que leyera en vida.
Cada uno, un lugar, un tiempo,
Sensaciones, sentimientos, gente.
Era un único libro
El libro de todos los libros
Que leyera en vida.

quarta-feira, 2 de dezembro de 2009

Un libro

Había ya leído tantos libros

La lista se le figuraba infinita
No lo era, sin embargo
Los muchos libros formaban una lista
Que se perdía de vista

Ya iba a la casa de Usher
O a las montañas de la locura
Al vino del estío o
A los jardines circulares

Se dejaba llevar por lo senderos bifurcados
Y renacía en una tumba como flor
Bajaba como un río de la selva
Y se escondía en una casa de adobe

Por los libros leídos y los que aún leería

Viajaba de oírlos de otros
O de saber de su existencia
El fantástico Necronomincon
El Tertium Orbis

De las historias de niño guardaba

Sensaciones inefables
El hijo de la estrella
La vida del Mesías
El arca de Noé

No sabías aún de filosofia ni teología
Sociología ni astronomía
Pero ibas página a página dando la vuelta
Al libro de la vida

Hoy ya han pasado muchos años
Tantos que ni sabes cuántos
Y de los libros leídos o por leer
Guardas silencios y sabidurías

Y ahora que llega la puesta del sol
Miras hacia allá y ves
El comienzo de un nuevo libro
El libro de la vida

Un día

Ese día, se había levantado como sin ganas, sin alguna motivación especial. ¿Sería un día menguante, como la luna cuando se va haciendo menor hasta casi desaparecer en el cielo? ¿Sería la falta de aquel mensaje que esperabas y no vino? Los pájaros cantan, como todos los días. El cielo está nublado y el día está fresco. Esperarías alguna alegría grande para empezar el día. Hay días que empiezan así, como no queriendo empezar, pero empiezan. Después hay que llegar, como dice Cortázar. Sí, llegar a qué, no sabes bien a qué, pero llegar. Llegar, por ejemplo, a la playa a caminar. A ver el mar y a sentir esa masa inmensa de agua que se pierde de vista en el horizonte. Sentir ese antiguo ser, como dice Borges. Acordarte de la noche pasada, con ella al borde del mar oscuro fundido con el cielo. Los dos recordando los comienzos, los primeros tiempos, mirándose a los ojos. Tiempos inolvidables, perpetuados hasta hoy, de otro modo. Ahora el viento sopla y piensas en tus hijos, en tus amigos, en la gente que amas, en quienes sin conocer, te dieron una mano, allá en los lejanos tiempos del ayer, cuando llegabas a Brasil, casi un náufrago. Ya faltan pocos días para que cumplas años. El día que pasaste la frontera de Uruguayana. Veías árboles floridos del lado de acá. Miedo, del lado de allá. Tristeza. Empezaba otra vida, esta vida. Tus hijos, tantas cosas nuevas. Una vida nueva. Este año, ahora, antes del 8 de diciembre, recuerdas ese día, esos días estos días, esta vida nueva. Agradeces. El viento sopla y de a poco los pájaros te van trayendo. Te dejas venir. Otra vez estás aquí. Piensas en la vida, misteriosa. Cómo es extraño estar vivo. Ser quien eres, recordar lo que recuerdas. Saber que hay una trama infinita que se continúa en cada ser vivo, en todas las cosas. Sentirte esa trama viva, contínua. Eres eso. Todo es parte de esa infinitud presente que se extiende en todas las direcciones. Apenas respiras, estás en contacto con todo lo que está vivo en todas las partes de la Tierra. Oyes, y el universo entero está diciéndote algo al oído. Miras, y esa maravilla de ver deja el mundo entrar en ti y te sorprendes con las hojas verdes de las plantas, los colores de las flores azules, blancas, amarillas, rojas, que ves en el jardín y en los caminos. Ya no piensas que es un día sin gracia pero al contrario, agradeces el nuevo día y te vas a caminar. Buen día.