sábado, 26 de abril de 2014

Resumiendo

Antes de partir vienen los recuerdos. Los días pasados. Lo aprendido. Los rostros amigos. Las alegrías vividas. Las perlas que guardas en tu corazón. Miras cada una de estas cosas que guardas dentro de tu pecho y respiras hondo. Volverán otros días, vendrán otros caminos. Pero ahora fueron estos, son estos. Cacheuta, Uspallata, el parque San Martín, el rosedal, el autódromo, el barrio, el centro, las caminatas, las charlas.

quinta-feira, 24 de abril de 2014

Cacheuta

Tan importante es la vivencia como el compartirla con otros humanos y humanas. A veces son cosas simples, y sin embargo muy tocantes, como este paseo de hoy por Cacheuta. Las termas. El río, la gente bañándose. Los álamos. Esto merece un capítulo aparte. Estos árboles que se desparraman por el paisaje mendocino con sus amarillos de oro. Uno se queda absorbido por tanta belleza. Imposible describir lo que se siente. Un smergirse en un tiempo eterno. Álamos verdes y amarillos. Amarillos. Amarillos de diversos tonos. Amarillo claro. Amarillo más claro aún. Y las hojas por el suelo, como uniéndose a las que todavia están en los árboles. Cuadros y más cuadros, y uno andando por dentro de esos túneles vegetales, como Van Gogh en aquel cuadro de la película de Kurosawa. Cuesta dejar Mendoza, pero Mendoza está aqui, Mendoza se va conmigo. Donde esté, estará Mendoza. Me la llevo conmigo, o, mejor, soy de Mendoza. Esto define mejor las cosas.

sexta-feira, 18 de abril de 2014

Lugares

Hay días en que parece que uno está fuera de lugar, o que todo está lejos. O que uno está lejos. No lo es, sin embargo. Uno está donde debería estar, al lado de un amigo muy querido, de su esposa también muy querida, y haciendo lo que debe ser hecho. Andas entre las jarillas en Uspallata. Los àlamos amarillos de otoño, como pintados en el tiempo. Otra vez esta misma sensación, que ya has experimentado varias veces. El mar, los bambuzales. Hoy te preguntabas por qué esta sensación tan particular al ver los àlamos o las palmeras el otro día en el parque. No tengo respuesta para esta pregunta. Pero sé que es una sensación muy buena. Como si esos árboles o el mar estuvieran más allá del tiempo, en la eternidad. En un movimiento lento, casi detenido. Un estar ahí que te deja inmóvil. Como si lo que ves y vos mismo, estuvieran todos juntos en un lugar quieto, inmóvil. Las palabras ocupan su lugar. Cada letra es como un ladrillo que está donde debería estar. Tu padre se ha ido a dormir y te ha esperado para saludarte. Buenas noches. Hasta mañana.