domingo, 30 de novembro de 2014

Poesía

poetryVivo en una hoja. Una juanita (joaninha, en portugués). La poesia me da un descanso. Me lleva a un lugar donde puedo reposar. Me acuerdo que en la casa de mi abuelo Chogo (Juan lazarte), había muchos libros de poesía, y algunas revistas libertarias, también con poemas.

Esto me impactaba, pues era un tipo de lectura que se refería a cosas (hechos, acontecimentos) que yo ignoraba. También eran escritos diferentes de los que yo acostumbraba leer en revistas y libros. Recuerdo que mi madre gustaba de los poemas de Gabriela Mistral, William Blake. Mi padre, de los poemas de Rudyard Kipling, Conrado Nalé Roxlo, León Felipe.

En el Liceo Agrícola, tomé contacto con poemas de autores argentinos, uruguayos, chilenos y españoles. Esta era una realidad que me llamaba la atención. Mi abuela Mamina (Juana María Del Signore), también gustaba de poemas.

De alguna forma, la poesía me estuvo rondando desde el comienzo. Gustavo Adolfo Bécquer. Los Beatles. El folclore argentino. Los Iracundos. Todo respiraba poesía. Y sigue respirando. Después me enteré que la poesía no es solo una forma de expresión, sino también una forma de ser y de conocer, una manera de estar en el mundo (Graciela Maturo).

La puerta se seguía abriendo. La puerta se sigue abriendo. En realidad, me fui dando cuenta de que la propia realidad es poética. Sus bases son poéticas. Ella en sí misma es poesía. Hay momentos en los que tengo la certeza de que hay algo más sutil, pero totalmente real, organizando todo. Como si las personas y el mundo, todo lo que existe, fueran de una substancia transparente o material, que tiene una organización espacial.

La literatura de ficción (Lovecraft, Bradbury, Borges, Cortázar) me fue abriendo las puertas de esta realidad que supera lo que habitualmente se tiene por real y concreto, pero que también lo incluye. El racionalismo e intelectualismo son fugas, escapes. Los doctinarismos también. Esto incluye religiones y creencias políticas. La pintura y el dibujo, los colores, me remiten a esa esfera unitiva que busco en lo cotidiano, en el diario vivir. Una vida integrada.

sábado, 29 de novembro de 2014

Pintando

Esta tarde pasé un tiempo pintando, en la sala. Los colores. Rojo, azul, verde, amarillo, blanco, negro, verde. Primero un papel pintado de azul. Tranquilidad. El azul me trae una tranquilidad bárbara. Después, un cuadro grande de óleo sobre tela, amarillo y rojo. El rojo fue apareciendo dibujando un sol irradiante. Pétalos de flores de fuego. Alegría. Una jornada corta en el tiempo, intensa en la vivencia. Estos momentos tienen la virtud de ser momentos para mí, en los que me permito estar volcado hacia mi propia realidad interna. Mi historia, mi familia, mi trayectoria de vida. Los colores me unen. Me reúnen. Vuelven mis hermanos, vuelve mi madre, vuelve mi padre, vuelven mis abuelas y abuelos, mis tías y tíos, mis primas y mi primo, vienen mis hijas e hijos, mis amigos y amigas. Vengo yo mismo. No busco tanto un resultado en términos técnicos, sino más bien es un dejar acontecer. Un dejar el color ir como que abriendo un espacio para que vengan las emociones. Entonces hay menos deberes, menos presiones por desempeño y resultados. Un poco más de gratuidad y espontaneidad, a veces tan relegadas a planos secundarios en la vida adulta. 

quinta-feira, 27 de novembro de 2014

Identidad

Estos días pasados en Cuiabá, en el curso de formación en Terapia Comunitaria Integrativa organizado por la Universidade Federal de Mato Grosso, me trajeron una gran alegría. Me di cuenta de que mi lugar es en el papel, mi lugar es el de un escritor.
Esto me vino en medio de la convivencia con las personas que participaron del curso, en un ambiente de mucha integración. Personas revisitando sus historias de vida, haciéndose más resilientes, recuperando una valorización positiva de sí mismas y de su trayectoria familiar.
A partir del momento en que me di cuenta de cuál es mi lugar, me puse contento. Participé desde una situación de mayor fluidez, de mayor aceptación. Aceptación de mí mismo y de los demás. Me fué más fácil procesar dificultades de convivencia, oriundas de una falta de comprensión de mí mismo, que me forzaban a actuar según padrones ajenos internalizados.
Una vez que llegué a esta comprensión y aceptación, todo fue fluyendo con más facilidad. Me di cuenta de que estaba siendo yo, en medio de los demás. Esto era nuevo. Esto es nuevo. No ocurre siempre, en todos los momentos, pero empieza a hacerse una forma de ser y de estar más frecuente.

terça-feira, 18 de novembro de 2014

Integración



He tratado, por ser algo muy precioso, de recuperar para mí la memoria de lo vivido en Mariápolis, Paraná, Entre Rios, Argentina, en el curso de formación de terapeutas comunitarios, realizado en agosto de 2014. Viene un recuerdo preciso. Una sensación definida. Llegan algunas palabras. Claridad. Confianza. Fluidez. Integración. Prioridades. La evocación trae la totalidad de la experiencia.

quinta-feira, 13 de novembro de 2014

Pintando

Esta tarde, pinté un pequeño cuadro con un sol amarillo en el centro, y fondo azul. Mientras iba juntando los materiales de pintura, sentí alegría. ¿Sería con esa alegría que jugaba con colores cuando era niño? Al ir poniendo el amarillo sobre el papel, recordé tantas otras veces que repetí el mismo gesto, con otros materiales o con esa misma pintura a dedo. Es notable como todo se conserva en la memoria. Esta mañana recordaba colores verde hoja y azul/azul claro. Estos colores me remitían a lugares y situaciones precisas. El verde hoja, a las clases de pintura que tuve con una profesora cuando niño, que nos llevaba al parque San Martín, en Mendoza, y nos hacía observar la variedad de tonos de verde del follaje. El azul y el azul claro, me traen la presencia de una persona muy querida que es como un cielo o un mar.

quarta-feira, 12 de novembro de 2014

Presencia

Hay veces que uno demora un poco para registrar un hecho fundamental. No importa el tiempo que se demore. Importa registrar ese hecho fundamental. Me refiero al hecho de estar vivo. Aparentemente, se trataria de una banalidad. Estar vivo estaría dado. No habría nada que hacer al respecto. No es así, sin embargo. Uno puede estar vivo y no haber registrado este hecho. 

Esta mañana me dí cuenta de que no tengo problemas. Sea lo que sea que me pase, y que yo considere un problema o dificultad, no es tal, frente al hecho de que estoy vivo. Y no es que solamente esté vivo físicamente. Estoy vivo completamente. Física y emocionalmente, como una persona entera. No siempre fue así, en otros períodos de mi vida. 

Hubo tiempos en que mi presencia aquí no era del todo, no estaba yo totalmente presente. Sé que esto nos ocurre muchas veces a los humanos. Por un motivo o por otro, no estamos del todo aquí. Estoy conciente de que he hecho muchos esfuerzos para que se concretizara mi presencia total ahora, aquí. Pero también tengo plena conciencia de que mis esfuerzos personales no habrían tenido éxito, sin el concurso de personas y colectivos a los que estoy vinculado. Mi familia, en primer lugar. 

Estuvieron a mi lado todo el tiempo, en todos los momentos. Los buenos y los malos. Algunos amigos inquebrantables, incondicionales, que han permanecido en medio de todos los cambios. Mis padres, especialmente. Es muy fácil que uno pierda la noción de sí. Presiones externas, violencia, amenazas, chantajes. Muy fácil declararse víctima de las circunstancias, y sin darse cuenta, empezar a ausentarse. Empezar a falsearse. Empezar a ignorar el estar aquí. Empezar a ignorarse a uno mismo. Este año me ocurrió de tener una experiencia crucial. Una formación en Terapia Comunitaria Integrativa en Mariápolis, Paraná, Entre Ríos, Argentina. Allí fue un recomienzo. El registro del regreso. 

Foto: arboleda en Mariápolis (Paraná, Entre Ríos, Argentina)

terça-feira, 11 de novembro de 2014

Resiliencia

Dom Fragoso me dijo una vez: “deja que vengan esas memorias dolorosas. Y que el ángel de la paz te guíe.” Dejé venir esas memorias. En realidad, no hay cómo impedir que vengan. Ellas vienen de todas formas. Sólo que ya va siendo de otra manera. Ahora tiene otro sentido el estar vivo. Y esos recuerdos también van teniendo otro sentido. Uno va dando la vuelta. Y descubre que se hizo fuerte gracias a lo que nos hizo sufrir. Resiliencia.

Dom Fragoso (foto) fue un obispo católico a quien tuve el priviliegio de acompañar durante algunos años. Vivía en un barrio pobre de la periferia de João Pessoa.

Acacias

Esta mañana me dí cuenta de que hay un sinnúmero de cosas que no tiene nada que ver. Ocupan espacio, demandan tiempo y energía. Como que encajándose con esta constatación, fui dispensado de una actividad que me habría generado algún estrés.
Me vi substituído en la tarea de llevar a una persona querida a su lugar de trabajo. Esto me descomprimió. Me vi de repente con tiempo libre a mi disposición. Bajé al garage con tranquilidad, y fui manejando despacito en dirección al consultorio del dentista.
Pero lo que quiero enfatizar aquí, es que al descomprimirme, vi unas flores de acacia que había visto una vez en Manaíra, en frente de una plaza. Vi las flores colgando como farolitos japoneses (o chinos, no sé). Pude dejar pasar peatones que intentaban cruzar la calle, así como otros autos que salían a la red de circulación urbana.
Y llegué al árbol de acacias en flor. Amarillas. Hermosas. Con toda calma, estacioné y bajé. Saqué tres fotos, que ahora vi, en la sala de espera del dentista. ¿Para qué tanto apuro? ¿Para qué tantas cosas? Tanta actividad, tantas ocupaciones. No hay nada de malo ni con la actividad, ni con las ocupaciones, ni con las preocupaciones, ni con nada de lo que constituye el vivir. Pero también está la vida en sí, el mero vivir. Algo tan simple.

segunda-feira, 10 de novembro de 2014

Colores

Hoy me desperté con colores. Rojo. Amarillo. Azul. Verde. Blanco. Negro. Es decir, los colores vinieron en medio de la habitual gira por tantos lugares, que acontece al ir yo llegando al lado de acá, a la punta del iceberg. A medida que el tempo fue yendo, me fui dando cuenta de que soy un mandala concéntrico que se junta y se expande. Antropología cultural. Mosaico. Identidad. 

Lo que yo soy, debe ser parecido a lo que otras personas son. Pero debo ser totalmente diferente de algún tipo de seres que parecen humanos pero no lo son, en absoluto. Con los demás, aquellos en los que el equilibrio entre bien y mal pende siempre hacia el bien, hacia el sol central, vamos tocándonos y juntándonos, chocando y convergiendo, hacia la unidad que engloba todo lo que existe. 

El tiempo unificado que es una infancia permanente. Un tiempo sin ayer y sin mañana. Un tiempo sin memoria, que es memoria, sólo memoria. Memoria. Memoria de eternidad. Entonces sí, entonces supe, entonces sabré ser todo lo que soy. Hombre literario. Múltiple. Caleidoscópico. Total. Unido. Infinito. Inmortal. Memoria primera de un tiempo original. El lugar imaginario donde reside la vida. Poético-literariamente. El Padre José Comblin. Dom Fragoso. Toda mi familia pasada, presente y futura. Mis amigos y colegas de la Terapia Comunitaria Integrativa y de las redes de que participo. 

sábado, 8 de novembro de 2014

Compañías

A veces, como ahora, me pongo a leer en la sala. Mis colores cerca. El cuaderno. Excelentes compañías. Libros, colores, un cuaderno y una lapicera. Aquí está entonces el mundo, el sentido, la familia, los amigos. Los sueños individuales y colectivos. El amor y la justicia. El tejido de la vida. La charla junto al mar esta mañana. Unidos. Las olas yendo y viniendo. El movimiento de la vida. Los niños jugando. Reemplazar los pensamentos negativos por los positivos. Continuar creyendo, creando, construyendo. Placer. Disfrutar. Descansar. Desconectarse. El presente es eterno. El presente es lo eterno. 

sexta-feira, 7 de novembro de 2014

Puede ser

Puede ser la vida
Puedo ser yo
Puede ser el mundo
Puede ser la gente
Pueden ser mis pasos
Puede ser mi historia
Pueden ser mis sueños
Pueden ser las montañas
Puede ser el río
Puede ser el mar
Pueden ser mis dudas
Puede ser insomnio

O discurso do papa no encontro mundial de movimentos populares: algumas anotações

Tenho dado uma lida ao discurso que o papa Francisco pronunciou no Encontro Mundial de Movimentos Populares. Uma lida não é uma reflexão aprofundada, mas, sim, uma espécie de voo de pássaro que permite trocar com quem possa estar lendo estas anotações, algumas impressões.

O primeiro que senti, foi a sensação de que quem estava a falar, era uma pessoa humana, alguém que se sensibiliza com a dor e o sofrimento dos mais, dos explorados, dos que sofrem injustiças de todo tipo, derivadas de um modo de organizar a economia, a sociedade e a vida humana, centrado no dinheiro e não nas pessoas.

A fala do papa com estas pessoas de movimentos populares de diversos países do mundo, me tocou profundamente, porque senti que à frente da Igreja católica, tem um ser humano que não se perdeu pelo poder, pela posição institucional, e nem tampouco por uma crença ou uma ideologia.

Também é alguém que não tem medo de dizer o que pensa e o que vê. Tive a impressão de que o papa Francisco é alguém que tem esperança, alguém que acredita que é possível mudar a sociedade centrada no dinheiro e na acumulação de capital, a partir de esforços coletivos que --ele enfatiza--, tem a ver com os valores das classes populares.

A solidariedade, principalmente. A noção de que todos precisamos dos demais. O papa retoma temas que vêm apresentando como preocupações suas desde o começo do seu mandato: a exclusão dos jovens do mercado de trabalho, e a exclusão dos idosos.

Estas reflexões que o papa partilha, deixam bem em claro que hoje à frente da Igreja católica tem alguém muito distanciado de aquele tipo de discurso vazio que não desagrada ninguém, e que poderia ser endossado por quem quer que seja. Esse tipo de discurso inócuo, foi deixado para trás pelo papa Francisco.


É um tempo de esperança e ação. Não posso deixar de apontar o quanto me agrada ver no cenário mundial atual, uma pessoa como este papa. Alguém que se preocupa com o bem-estar dos seus semelhantes. Alguém que além de enxergar os problemas estruturais que se originam no capitalismo, denuncia esses males e aposta no trabalho coletivo no sentido da construção de uma sociedade mais justa e mais humana, centrada no amor. 

quinta-feira, 6 de novembro de 2014

Pintando

Esta mañana pinté este pequeño cuadro. 

Un dibujo en pastel, sobre papel. 

Como varias otras veces, sentí una necesidad de hacer algo placentero, algo que me gratificase. 

Así fue como fue viniendo este cuadrito que ahora comparto. Me agradó ver el sol surgir en el centro, rodeado de un halo rojo. 

Un cielo de fondo, texturado.

terça-feira, 4 de novembro de 2014

Integración

¿Qué haría? ¿Qué podría llegar a hacer? Escribir me trae una sensación de estar donde debo estar, de estar haciendo lo que debo hacer. No importa mucho lo que escriba, sino el escribir. El ir poniendo letras en el renglón, formando palabras, me tranquliza, me aquieta. Cuando veo las frases que se van formando, muchas veces me sorprendo. Yo no tenía algún propósito determinado al ponerme a escribir. Y en ese juego de ver lo que viene del lado de allá, o del lado de acá, no sé bien de qué lado vienen las palabras, algo se va igualando.
El lado de allá y el lado de acá se equilibran. Tanto lo que digo como lo que dejo de decir, me traen ecos, reflejos de otros momentos de mi vida. Se va recomponiendo la unidad de mi estar aquí, la unidad de mi ser, muchas veces fragmentada en identidades o acciones parciales.
Es como pintar o dibujar, en alguna medida. Cuando pinto o dibujo, alguna realidad se va formando, y esa realidad es parte de mí, o yo soy parte de ella. Algo se integra. Estos días atrás, me he venido acordando de un dibujo que hice, de un árbol que vi en una plaza de Buenos Aires, en 1969.
Ese árbol tenía una forma curiosa, que me llamó la atención por su belleza. Era un tronco que se bifurcaba hacia arriba, en dos ramas que se entrelazaban hacia lo alto. El recuerdo de este árbol me ha venido visitando en estos días, y hoy también.
Entre dibujos, pinturas y escritos, he ido construyendo un lugar para mí. O he ido descubirndo mi lugar y mi modo se ser. Mis modos de ser, que son muchos y cambiantes. Entonces muchas veces siento una sensación de plenitud, de pertenecimiento y enraizamento.
Una sensación como de mucho tiempo atrás. Infancia o juventud. Tiempos pasados que no han pasado, tiempos que vuelven, vuelven siempre, como las olas del mar. Tiempos que se hacen presentes con una sensación de paz, de una alegría plena y suave. Como cuando la vida era apenas eso, vivir nomás, ir jugando y divirtiéndome, descubriendo el mundo y descubriéndome.

segunda-feira, 3 de novembro de 2014

Ubicación

Algo se viene equilibrando. El lado de allá y el lado de acá. Los pensamentos y sentimentos son cada vez más míos, frutos de mis propias decisiones y elecciones, y de un observar y registrar que cada vez más me va teniendo como un hacedor de mi propia vida. También viene manifestándose una espontaneidad que de vez em cuando me sorprende. Actúo sin reflexionar, impulsivamente. Y río. Fundamentalmente río. ¿Para qué tanta seriedad,? me digo. Es como si se fuera estableciendo cada vez más, la paz interior. Esto no significa ausencia de conflitos o de indecisiones, sino más bien lo siguiente: que el vivir va siendo cada vez más algo ajustado, que ocupa su lugar.

domingo, 2 de novembro de 2014

Costurando

Voltava das Ocas do Índio. Cada volta é uma outra volta, diferente de todas as anteriores, mas sempre uma volta. Tantos rostos, sorrisos, sentimentos, conversas, momentos. Tudo costurado como um fio que começa dentro e fora de ti e segue para dentro e para fora. 

Uma costura contínua de passado e presente, e futuro. A comemoração do aniversário. Dançando, brincando, rindo. Nunca tivera um aniversário com tanta gente. Todo mundo em volta, abençoando. Abençoado, abençoar. A vida como uma bênção, como uma dádiva, um dom de Deus. 

A família em volta, também. Tudo é família. Um mundo dentro de ti e ao teu redor. Isto é esta costura, este tecermos juntos. Uma teia contínua. A teia da vida. Hoje já todas e todos deverão estar também de volta nas suas casas. 

Prossegue a vida, prossegue o dia. Um ano de muitas alegrias. Momentos inesquecíveis. Novas semeaduras, novas costuras. E ainda assim, tudo como em um tempo detido. Um tempo atemporal, em que não há o passar do tempo. 

Um tempo imóvel, dentro e fora de ti. As pegadas na areia. O mar. A noite. O luar. O sol nascendo uma e outra vez. Tudo muda e continua o mesmo. 

Os ecos de ti voltando de toda essa gente querida que te rodeia e mora dentro de ti. Como um caleidoscópio que gira e dá mais voltas. Tudo gira e, no entanto, tudo está no mesmo lugar. Se move, muda e permanece.