Esta tarde, senti vontade de não fazer mais nada. Uma espécie de desejo de suspender toda atividade, todo compromisso. Ainda agora, que já é de noite, encontro-me nesse mesmo estado. Desobrigação. Acredito que isto possa ser resultado de um esforço excessivo em postar matérias contra o golpe na revista Consciência e, mais, o trabalho de elaborar um projeto de curso de formação em Terapia Comunitária Integrativa, no qual estou envolvido. Tudo cansa. Tudo é necessário, mas também cansa. Dias atrás, estive avançando na composição de um novo livro que estou preparando. Também isto é prazeroso e necessário. Em algum sentido, é o trabalho que menos me cansa. Me descansa. Tenho estado a ler um livro de Machado de Assis: Relíquias de Casa Velha. Os momentos passados na companhia deste e de outros livros de Machado de Assis, são momentos de refazimento. Pode ser que leia apenas umas linhas. Um ou outro parágrafo. Isto basta para me repor as forças. É como a oração. Certas orações muito simples, que tem ido se apresentando à minha alma, e nas quais estou e sou, sem esforço. Flores. Mimos do céu.
O sonho de todo escritor, mesmo menino, ou, sobre tudo, menino, é o de escrever. Escrever num jornal. Ter seu próprio jornal. Engatinhando ainda nas ferramentas e no layout dste blog, aqui está a minha tentativa.
terça-feira, 31 de maio de 2016
sexta-feira, 13 de maio de 2016
Renacer
¿Cuántas
veces en la vida me pareció que todo se había terminado? No fueron
pocas. Cuando me hice
esta pregunta, lo que
tuve inmediatamente como respuesta, fué que yo pude. Yo fui capaz. Hoy
me hice esta pregunta, y estoy meditando en ella. No necesito evocar
las situaciones en que sentí, en mi vida, que todo se había
acabado. Fueron muchas. Muchas más de las que me imaginaba. La
evocación viene por sí misma, pero en un sentido no de revivir,
sino de reforzar el poder que tuve de sobrevivir a esos momentos en
los que sentí que todo había terminado. Es
notable la fuerza interior que está a nuestro alcance cuando vamos
en su busca. En el momento actual, comparto esta pregunta y su
respuesta, pues creo que a muchas personas les está pasando que
creen que todo terminó. La
caída del régimen democrático en Brasil, la destrucción de la
institucionalidad estabelecida por la Constitución nacional, la
ruptura del aparato judicial como instancia de resguardo y custodia
de la legalidad, son, de hecho, situaciones que debemos lamentar. En
algún sentido, es una quiebra muy seria. No voy a entrar aquí en el
análisis de estos hechos, bastante conocidos por la opinión
pública. Lo que quiero focalizar ahora, es que la vida continúa. La
vida continuó cada vez que me pareció que todo había terminado.
También ahora la vida va a proseguir. Debe proseguir. Siempre va a
proseguir. La
vida en sí misma, es inextinguible, aunque a veces nos parezca que
no. Hay una fuerza extraordinaria a nuestro alcance, que solamente se
pone a nuestra disposición cuando todo parece estar sumido en la
oscuridad y la desesperanza. Esto
lo pude comprobar en 1976, en 1977, en 1978, y en varias otras
oportunidades, antes y después de estas fechas. Ahora lo recuerdo
porque viene una fuerza muy grande y consistente, en este mismo
instante en que todo parece haber sido destruído.
sexta-feira, 6 de maio de 2016
Revisitando a Terapia Comunitária Integrativa
O Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba-MISC-PB está oferecendo um workshop para terapeutas comunitários/as:
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