terça-feira, 31 de maio de 2011

No hay maestros

Los llamados maestros espirituales son aprovechadores que intentan convencerte de que los necesitás, de que sin ellos sos incapaz. Presta bien atención: tratan de convencerte de que no podés, de que no sos capaz. Esa es la tarea de los que se llaman a si mismos maestros, y construyen empresas disfrazadas de “caminos” espirituales, para enriquecerse, para dominar, para lucrar con tu infelicidad y con tu culpa. Infelicidad y culpa creadas por esos mercaderes.

Por eso Jesús no admitía que lo llamaran de maestro. No queria esclavos, queria seres libres. En lugar de eso, en lugar de gente que nos recuerde que somos capaces, que podemos, que somos vencedores, hay legiones de comerciantes de la tristeza, de la soledad, de la angustia y de la impotencia. Toda una industria de iglesias y sectas, empresas de comercialización de la división interna. Tenés que combatirte a vos mismo para necesitar de ellos, de los “libertadores” que viven de tu dolor.

No hay otro maestro que uno mismo. Esta es la verdad. Y nadie necesita de más nadie a no ser de sí mismo. Y esto lo enseñaron y lo enseñan quienes nunca admitirían ser llamados de maestros. Un Paulo Freire, un Jesus Cristo, un Karl Marx, um John Lennon. Y mirá cerca tuyo pues en el círculo de tus amistades o en tu família, bien cerca tuyo, debe haber quien confia en vos, quien confió en vos todo el tiempo, desde el comienzo, sin pedirte nada, sin exigirte nada. Solo por amarte. Por saber de tu valor, de tu bondad, de tu belleza.

Y no le hubiera gustado ser llamado de maestro o maestra. Mirá bien dentro tuyo y te vas a dar cuenta de que hay un maestro en vos mismo, no lo puede haber en outro lugar. Vos sos tu propio maestro.

sábado, 28 de maio de 2011

Renovação

Bom dia. O dia começou e tu vens chegando. Querias escrever no caderno, mas o fazes neste teclado. Os cantos dos galos que anunciam a chegada próxima do sol. Os grilos. A manhã chegando. Mais um dia. De repente, percebes isto. Mais um dia. Ainda por aqui. As lembranças do dia anterior começam a chegar, e neste dia que começa, é como uma pururuca, as águas que chegam rio acima e as que aqui se encontram. O passado vindo e encontrando este presente, este lago que está aqui, esta superfície imóvel que começa a receber o afluxo do que foi ontem. Tudo que aqui está tem as suas raízes no passado. Lembras de que ontem penavas nisso, como quem diz: quais são as raízes deste meu instante atual? Como o que faço se enraíza na minha historia de vida? As perguntas de Adalberto Barreto.

Muitas vezes tens pensado nisto. Como essas perguntas vão entrando no teu pensamento, na tua forma de ver o mundo, de estar no mundo. E uma nova forma de viver vai ganhando espaço. Como o cavalo no qual se joga areia. Usa a areia para subir e sair do poço. A força das metáforas. Como na tua formação em Terapia Comunitária, aos poucos vais deixando que uma nova forma de sentir, de pensar e de agir, vá ganhando espaço. Notas isto em ti e nos outros companheiros que te rodeiam. Entre todos, cria-se uma teia. E entre cada um e a sua família, seu grupo de referência, seu campo de ação. De repente, uma renovação. Algo antigo volta. Lembras do teu trabalho para o congresso da terapia Comunitária. A Terapia Comunitária como forma de ação social, como forma de ser, como forma de estar no mundo. É isso aí. Levar um diário permite registrar as nuanças. Aquilo tão tênue que se renova de um dia para outro.

Uma cortina se abre. Podes ver algo novo. Algo começa a aparecer. Vai se desfazendo a rotina. A repetência ganha outra dimensão, outro lugar Já não é sempre igual. Como que o presente se encaixa no passado Há uma continuidade. Este instante se apoia no que foi antes, no que foi ontem e antes de ontem. Uma sensação de solidez. A consciência vai acordando, vai tomando conhecimento. Renova-se a vida. O dia a dia vai começando a fluir de outra forma, mais fluente. Já não tens tantas expectativas. Aprendes a estar. Não apenas fazer, mas ser. Estando. Simplesmente estando. Já não te projetas num afazer contínuo e como que impossível de se deter. Numa corrida constante para fazer o que for, não importa o que nem para que. Paras.

Te permites estar. Vais te permitindo estar. Lembras de como antes de ontem pudeste, à tarde, cortar a força da inércia, dessa mania de ter que estar sempre a fazer alguma coisa. Paraste, sem te dar conta como nem por que. Paraste. Simplesmente te permitiste deixar de tentar estar fazendo sempre alguma coisa, e te detiveste. Foste para perto da piscina, e simplesmente ficaste ali, olhando para as flores em volta, o céu, as nuvens, a água. Paraste. Tudo mudou, com uma ação tão simples. Foi como entrar em outro espaço. É um outro espaço. O espaço do ser, o estar. Tomaste conhecimento de tudo que estava ali. As plantas, o céu, as nuvens. Presença. O estar ali. É o espaço da presença. Tudo está aqui. No aqui, há unidade.

O dia vai começando e vais te despedindo destas lembranças tão gratas, que vais partilhar logo mais com essa imensa teia que já cobre práticamente o Brasil inteiro, parte da Argentina, Uruguay, Chile. Ouves os pássaros cantando. Um galo. A claridade se espalhando. A vida mansamente vem vindo e tu vens chegando. Bom dia.

quinta-feira, 26 de maio de 2011

Oración

Muchas veces me gustaría compartir algo sobre Yogananda. Cómo me hizo bien conocer su escrito sobre la Madre Cósmica, el aspecto femenino de Dios, que leí cuando era bastante joven. Esse librito me hizo muy bien, pues me ayudó a ver a Dios como lo veo, como belleza, como amor, un amor que está por todas partes, inclusive en el dolor, en la pérdida, en la muerte.

En ese pequeño texto, Yogananda cuenta cómo cuando su madre falleció, pudo verla en el cielo, en las estrellas, por todas partes. Muchas veces siento ese amor envolviendolo todo, el amor de la Divina Madre. Para los hindúes, el amor de la Madre es eterno, la unión con la madre es imperecedera. Hoy leía uno de mis textos sobre terapia comunitária y su efecto desalienante y me emocioné.

Sentí cómo uno de hecho se ha puesto al servicio de ese amor sin barreras, un amor que no separa, un amor que une y que engloba todo, el amor de la Divina Madre. Me vino una tranqulidad muy grande, pues me acordé de que mi madre decía que nada se compara a la sensación del deber cumplido. Recordé, mejor dicho, recuerdo ahora, que las oraciones me han hecho bien durante toda mi vida.

No solamente oraciones recitadas, sino estados de oración, de contemplación, de unidad, de comunión. Creo que la oración une. Y orar es ser esa unidad, serlo tanto que ya no sabes quién ora, o si tu eres orado por todo lo que existe.

terça-feira, 17 de maio de 2011

Poesía

Hay unos días en que estás como de visita, como si no estuvieras. Estás, no estando. Es una sensación que te sorprende, pues es un modo diferente de estar, como si estuvieras desapegado o despegado. Las palabras vienen como con dificultad. No te pasa nada malo, es como si la realidad se hubiera adelgazado, como si estuviera más fina la pared que separa el dentro del fuera, el yo de lo otro, de los otros, de lo que hay afuera. Son sensaciones interesantes, pues ellas son como que la puerta de la poesía. Justamente hoy leías sobe la poesía como pensamiento auroral. Sobre el poeta y la eternidad. Te despegas de las cosas. Estás como de visitante. Es como si te fuera posible, en este día de mayo que llega ya casi a su fin, como si te fuera posible, digo, en este momento en que escribes estas cosas, ser algo así como un habitante silencioso, alguien que no hace ruido.

Oyes los sonidos del mundo, un perro allá a lo lejos, el ruido de las teclas al escribir, algún otro sonido de auto o de vecinos. Pero ni la bocina ni una voz, son otra cosa que parte de tú mismo, este mismo que ahora mismo dice lo mismo que sin saberlo o sabiendo, tantos ya habrán dicho en otros momentos. Eso es lo lindo de la poesía. Aquí no hay propiedad privada, no existe la privatización, el exclusivismo. Es una tierra de todos, sin alambrados. Y las cosas no son por casualidad. Leías Saramago estos días atrás. Cortázar antes. Borges, Fernando Pessoa, se va adelgazando la pared que separa el adentro y el afuera. El capitalismo es un sistema muy odioso, condena a la gente a ser siempre lo mismo, excluido o explotador. No te deja opciones. La poesía abre caminos, rompe las barreras, llega a un mundo, es un mundo sin murallas, sin guardas, sin bombas ni generales.

Yo estoy convencido que como seres humanos, estamos destinados a ser como dioses, como decía Jesús. Y no te atajes que no es propaganda religiosa. Podemos vivir en ese mundo sin angustias, sin preocupaciones. Todos pueden ser habitantes de esas regiones crepusculares. Todos han nacido, todos han vencido batallas para llegar hasta aquí. Todos morirán un día, moriremos. Pero no te mueras antes de tiempo. Y de esto es talvez lo que se trate: de no morir antes de tiempo. Puedes ir adelgazando la muralla que te separaba del mundo, de los demás, de vos mismo. Como en The Wall, de Pink Floyd. Puedes ir tornándote más y más leve, hasta que una gota de agua y tú, el cielo de la tarde y tú, ya no sean tan diferentes, ya no sean diferentes en absoluto. Esto es posible. Puedes intentarlo. Basta poetizar, dejarte poetizar por la poesía. La vida es poesía. No es tan difícil Puedes intentarlo. Vas a encontrar compañías valiosísimas, seres queridos que siempre están contigo, seres del pasado que se hacen presentes en sus libros, en sus poemas, en su presencia, en sus oraciones. En este entretejido en que tú y yo, el otro y los otros, lo otro, lo que está allá y lo que está aquí, son una sola cosa. Poesía.

segunda-feira, 16 de maio de 2011

Autopoiesis

Hay días en que te levantas sintiendo que una posibilidad está abierta. Es como si la literatura te hubiera incluido finalmente en su mundo, como si finalmente fueras un personaje literario. Ya muchas veces has tenido esta sensación, te sientes allí, en las páginas de un libro que alguien escribió, un libro que está allí escrito y tú andando en sus páginas, cosiendo tus historias con las historias de los otros personajes. Cuántas veces desde que comenzaron tus días, te has sentido en las páginas de un libro. Una sensación de alivio, de liberación de un mundo tan chato, tan aprisionado en sus propias superficialidades. Aquí puedes ser y eres todo lo que quieres. El hombre proteico. No hay culpa, no harás nada que te dañe ni que le haga mal a nadie. Simplemente te dejas llevar por las montañas nevadas, los ríos cantantes que bajan desde lo alto de la cordillera, las flores que exhalan sus perfumes. Existencia poética. Todos pueden vivir en su propio mundo poético, si lo deciden, si creen que es posible. Creas tu mundo. Autopoiesis.