domingo, 20 de maio de 2012

Resonancias

Esta tarde, mientras caminaba por el calçadão de la beira-mar, me di cuenta de cómo todo ese mundo allí afuera, es parte de mi vida, hace ya tantos años. La música, la algarabía de la gente, los chicos patinando por la vereda. Uno de ellos me pasó como circulándome mientras yo caminaba. Niñitos chiquitos en carritos de bebé. La gente sentada en la parecita que separa la vereda de la playa. El olor de las plantas que crecen allí.Y el mar, ese antiguo ser, como decía Jorge Luis Borges. El barranco de Cabo Branco, iluminado por el sol que ya se iba yendo. Una alegría antigua le viene a uno en ciertos instantes. Esta mañana, fue el canto de un pequeño benteveo que ví en un cable, al volver de la caminata matutina. El canto del pajarito me llamó la atención de una manera singular. Son cosas que de pronto te dan una alegría profunda, y no sabés por qué. Ese canto del benteveo reverberaba de una manera muy especial en mí. No supe por qué, sólo sentí una alegría muy especial, al escuchar su canto. Era como una reminiscencia muy buena y antigua.

quinta-feira, 17 de maio de 2012

De a poco, vienes abriéndote paso.

Esta tarde, cuando venía de caminar por la playa, ví unas piedras en la vereda, que me llamaron la atención. Tenían un brillo. El sol dibujaba unas líneas que las atravesaban. La lectura de un libro de Ray Bradbury me atrajo bastante en estos últimos días: Zen en el arte de escribir. Un escritor contando lo que es escribir, es verdaderamente una delicia, un verdadero viaje hacia uno mismo. Aquello de Julio Cortázar: la literatura disuelve la falsa objetividad creada por el intelectualismo, por la codificación cotidianizada, y por el realismo ingenuo. Jorge Luis Borges decía que los libros son extensiones de la memoria y de la imaginación. Son extensiones también, de la experiencia. Lo que Bradbury enseña sobre el arte de escribir, son verdaderas joyas. La atención, el sentimiento, son la clave. Es un viaje infinito. La vida se hace aventura.

domingo, 13 de maio de 2012

El amor es la apuesta total en la vida

Si amas, una parte tuya comunga con el infinito. Esto no te substrae de las vicisitudes comunes de la vida, pero todos tus pasos se ordenan en la dirección de la fuerza que rige el universo. Una fuerza infinita te acompaña y multiplica tu resistencia. Según José Comblin, la parte nuestra que ama, no muere, permanece para siempre.

terça-feira, 1 de maio de 2012

¿Adónde ir una tarde como ésta?

¿Qué harías, una tarde como esta? Saldrías a caminar, a ver si ves tu vecina la del jardín de al lado. A ver si ves otra vez los adoquines de la calle de Luzimar, iluminado por la luz de los faroles de la calle, de noche, como anoche, como el otro día cuando fuiste a su casa. ¿Adónde irías una tarde como ésta? ¿Irías al cine, como en la Mendoza de hace tantos años? Pero si estás en João Pessoa. ¿Irías a la playa, a caminar por la arena, como caminaste esta mañana? A ver las mujeres pasando, y los pescadores con sus redes, buscando la pesca sobre la arena. ¿O entonces irías al shopping, a ver tanta gente y tantas cosas, tantas luces y escaleras y vitrinas y todo eso, hasta hartarte y que te empiece a doler la cabeza y quieras volver corriendo a tu casa? ¿O no irías a otro lugar que el que el libro de Graciliano Ramos que estabas leyendo hace un rato, Insônia, te ofrece? ¿Adónde irías una tarde como ésta? ¿Adónde ir una tarde como esta? Si recuerdas el almuerzo en familia hoy al mediodía. Pescado, caipirinha, ensalada, helado a los postres. ¿Adónde ir, pero adónde ir, che, pibe o piba, adónde ir una tarde como ésta?