segunda-feira, 21 de dezembro de 2009

Amar a María

Si pudiera decir en canción o en verso lo que siento por vos, tropezaría en un obstáculo inmenso. Traer al papel o a la voz el sentir que aflora cuando revivo la vida vivida al lado tuyo es tarea imposible, al menos ahora. Entonces me contento, intento hacer llegar a ti, amada mía, ese sentir del modo como aprendí en la vida a decir te amo. Callado, silente, mirando tu figura y tu rostro, reviviendo cada instante desde al día en que te conocí. La primera mirada y la que veo ahora, incrustada en mi alma, unida a tí para siempre. Te amo, María, y no hay palabras que puedan expresarlo mejor que el bien que traes a mi alma, a mi vida, a mi mundo. Reuniste un ser disperso y este verso precario y pobre quiere, al menos intenta de algún modo, decirte gracias. Decirle a la vida, gracias por vos, María.

Feliz Navidad

Cuando viene Navidad me acuerdo de todas las Navidades. La primera, inolvidable. El arbolito cubierto de luces. La estrella en la punta. Los globos de colores. Otras navidades, después. Unas en Buenos Aires, otras por tantos lugares. En Mendoza, el árbol de luces del Canal 7. Aquí y ahora, en João Pessoa, el árbol de luces que se ve desde la beira mar. Tantas navidades. Los cuentos que mamá nos leía. La señora del espino blanco. Las historias leídas a mis hijos e hijas cuando eran chiquitos. Unas ya tan lejos que el recuerdo no viene a la memoria. La canción que cantábamos en el jeep en aquella jornada en familia, hace ya tantos años, yendo a Tucumán y Salta. Santiago del Estero. Tantas Navidades. Feliz Navidad.

terça-feira, 15 de dezembro de 2009

Pensé que caminaría por la beira mar

Eso cambió mi ánimo. No fui, pero es como si hubiera ido. En la televisión el personaje decía estar malhumorado, y yo de buen humor. A veces algo tan ínfimo nos mejora el ánimo. La alegría vuelve casi como si no se hubiera ido. Casi. Se había ido, pero volvió como si siempre hubiera estado allí. Ya no importaba si me cambiaría de casa o no, los ruidos de al lado, o nada. Apenas estaba bien. Anduve por el sindicato, el correo, el mestrado, la fotocopiadora. La casa de mi amada. Las calles de la ciudad. Ahora la tarde va cayendo sin ruido, como es su modo. Un auto pasa, nunca deja de pasar alguno. Otro. El vecino en su labor, yo en la mía. Escribiendo estas cosas que lees ahora.

segunda-feira, 14 de dezembro de 2009

El benteveo

Escuché el benteveo esta mañana.
Me decía: Alegría, alegría,
Yo estoy aquí.

domingo, 13 de dezembro de 2009

Só peço a Deus

Não sou a única pessoa que é obrigada a conviver com poluição do ar e sonora. Não tenho tido as melhores reações diante do fato de viver ao lado de uma oficina de pintura e mecânica instalada na vizinhança. Não sou a única pessoa que deve suportar a inação e ineficiência do órgão municipal do meio ambiente. Mesmo assim, ainda penso que tenho direito de respirar ar puro e ter sossego aos domingos e todos os dias. Pareço ser o único vizinho que se incomoda com a oficina de pintura e mecânica instalada no bairro. Parece que somente fica para mim, o ter que me adaptar ao abuso, à ilegalidade, à incompetência governamental e à indiferença dos demais vizinhos. A vida dá muitas voltas. Sei que tenho errado ao tentar dialogar com quem não dialoga, alguém que só vê razões para o lado dele e da sua família, da sua subsistência. Do lado de cá do muro, respirando o mesmo ar e o mesmo cheiro de solvente poluindo, do lado de lá, para as outras casas e acima de todas as casas e cuidando do ar que respiro e em toda parte, há Quem veja e saiba de todas as coisas, e a quem apelo nesta manhã de domingo.

sexta-feira, 11 de dezembro de 2009

Cielos

Esa tarde, veía todos los amaneceres, todas las puestas del sol, una a una, como en un rosario infinito. Miraba el cielo y veía la sucesión de coloraciones que contemplara en el firmamento desde la primera vez que dirigiera su mirada al cielo. Los mismos turquesa, los rosados y amarillos, los grises y naranjas, rojos, violetas, arco-iris, lluvias, truenos, relámpagos, formaban una contínua sucesión cambiante y armónica, en la que reconocía el paso completo de su vida. Ahora era de noche y veía en la ventana, hacia el lado del mar, un azul terciopelo que ya viera otras veces. Era el cielo, el mismo cielo, todos los cielos, un solo cielo y los cielos que aún vendrían

quinta-feira, 10 de dezembro de 2009

La continuidad de la vida

Los días se sucedían como las cuentas de un collar. Esa mañana, sintió esto que te escribo. Una continuidad. Trascendencia. Inmortalidad.

Esa mañana se levantó con esa sensación, un día unido al otro, sucediéndolo, continuando la infinita secuencia de la vida. La noche estaba oscura y bebió agua. El aire estaba fresco y el día se avecinaba, distante. El viaje estaba próximo. Y tú, que me lees, veías estas cosas y pensabas, piensas. Era el día comenzando.

Como un eco del ayer se perpetuaba en el ahora. Llega un perfume de flores en el aire. Sientes lo que sintieras años atrás en la Porciúncula, en las veces en los caminos que un perfume de flores te acompañó. Un auto pasa por al calle, otro le sigue. La continuidad de los días. Buen día.

No sabes si estas cosas vienen de adónde. De dónde vienen estas cosas. ¿Por qué preguntas? Es la continuidad de la vida.

terça-feira, 8 de dezembro de 2009

Un día como hoy, en 1977

Un día como hoy, en 1977, entrabas a este país por primera vez. Verde y los ipés. El ómnibus llegando a São Paulo y los carteles atacado, estofamento, borracharia te llamaban la atención. La ciudad no terminaba. La rodoviaria. Las voces. Empezaba otra vida, una vida hasta hoy proseguida. Transformaste todo eso, el asombro, el desarraigo, la soledad, tantas cosas, en esta flor. Flor nacida de una tumba, dice Tabaré, de Zorrilla de San Martín, repetido en un poema llamado Un libro, estos días. Estos días, aquellos días. Los días. Hoy clareaba el cielo de a poco, como siempre, hasta la penumbra ser claridad y luz. Anduviste por la playa, un poco, volviste a casa. Ahora escribes para recordar la llegada a Brasil. Tantos y tantas llegaban de distintos lados, al mismo lugar. Otros y otras se irían, sin duda, a otros lugares. Es la vida, ir y venir. Ir y llegar. Estar, ser.

domingo, 6 de dezembro de 2009

A minha idade

A minha idade
é a idade dos sonhos que acalento,
do perdão que dei a mim mesmo
para me permitir ser feliz.
Agradeço o que vivi, tudo,
sem exceção,
e levanto um grande obrigado
à vida, que me deu tanto.

sábado, 5 de dezembro de 2009

Libro

Veía cuantos libros leyera en vida
Iba a los lugares, al lugar de cada uno
De los libros que leyera en vida.
Cada uno, un lugar, un tiempo,
Sensaciones, sentimientos, gente.
Era un único libro
El libro de todos los libros
Que leyera en vida.

quarta-feira, 2 de dezembro de 2009

Un libro

Había ya leído tantos libros

La lista se le figuraba infinita
No lo era, sin embargo
Los muchos libros formaban una lista
Que se perdía de vista

Ya iba a la casa de Usher
O a las montañas de la locura
Al vino del estío o
A los jardines circulares

Se dejaba llevar por lo senderos bifurcados
Y renacía en una tumba como flor
Bajaba como un río de la selva
Y se escondía en una casa de adobe

Por los libros leídos y los que aún leería

Viajaba de oírlos de otros
O de saber de su existencia
El fantástico Necronomincon
El Tertium Orbis

De las historias de niño guardaba

Sensaciones inefables
El hijo de la estrella
La vida del Mesías
El arca de Noé

No sabías aún de filosofia ni teología
Sociología ni astronomía
Pero ibas página a página dando la vuelta
Al libro de la vida

Hoy ya han pasado muchos años
Tantos que ni sabes cuántos
Y de los libros leídos o por leer
Guardas silencios y sabidurías

Y ahora que llega la puesta del sol
Miras hacia allá y ves
El comienzo de un nuevo libro
El libro de la vida

Un día

Ese día, se había levantado como sin ganas, sin alguna motivación especial. ¿Sería un día menguante, como la luna cuando se va haciendo menor hasta casi desaparecer en el cielo? ¿Sería la falta de aquel mensaje que esperabas y no vino? Los pájaros cantan, como todos los días. El cielo está nublado y el día está fresco. Esperarías alguna alegría grande para empezar el día. Hay días que empiezan así, como no queriendo empezar, pero empiezan. Después hay que llegar, como dice Cortázar. Sí, llegar a qué, no sabes bien a qué, pero llegar. Llegar, por ejemplo, a la playa a caminar. A ver el mar y a sentir esa masa inmensa de agua que se pierde de vista en el horizonte. Sentir ese antiguo ser, como dice Borges. Acordarte de la noche pasada, con ella al borde del mar oscuro fundido con el cielo. Los dos recordando los comienzos, los primeros tiempos, mirándose a los ojos. Tiempos inolvidables, perpetuados hasta hoy, de otro modo. Ahora el viento sopla y piensas en tus hijos, en tus amigos, en la gente que amas, en quienes sin conocer, te dieron una mano, allá en los lejanos tiempos del ayer, cuando llegabas a Brasil, casi un náufrago. Ya faltan pocos días para que cumplas años. El día que pasaste la frontera de Uruguayana. Veías árboles floridos del lado de acá. Miedo, del lado de allá. Tristeza. Empezaba otra vida, esta vida. Tus hijos, tantas cosas nuevas. Una vida nueva. Este año, ahora, antes del 8 de diciembre, recuerdas ese día, esos días estos días, esta vida nueva. Agradeces. El viento sopla y de a poco los pájaros te van trayendo. Te dejas venir. Otra vez estás aquí. Piensas en la vida, misteriosa. Cómo es extraño estar vivo. Ser quien eres, recordar lo que recuerdas. Saber que hay una trama infinita que se continúa en cada ser vivo, en todas las cosas. Sentirte esa trama viva, contínua. Eres eso. Todo es parte de esa infinitud presente que se extiende en todas las direcciones. Apenas respiras, estás en contacto con todo lo que está vivo en todas las partes de la Tierra. Oyes, y el universo entero está diciéndote algo al oído. Miras, y esa maravilla de ver deja el mundo entrar en ti y te sorprendes con las hojas verdes de las plantas, los colores de las flores azules, blancas, amarillas, rojas, que ves en el jardín y en los caminos. Ya no piensas que es un día sin gracia pero al contrario, agradeces el nuevo día y te vas a caminar. Buen día.

segunda-feira, 30 de novembro de 2009

Un sol

Esa tarde, dibujaría un sol,
El más bello sol ya visto.
Un sol que fuera
Todos los soles, todos los soles
Que ya hubiera visto.
Ese sol sería el mismo sol, ese
Que ahora va escondiéndose en la mata,
Dibujando palmeras y árboles
Mientras los grillos,
Mientras la claridad de la tarde,
Mientras el día que muere.
Los grillos cantan su eterno mantram
Y tú, que me lees,
Recibes la noche como un sol
Que viene desde lo oscuro a iluminarte.
Boa noite, noite

domingo, 29 de novembro de 2009

Otro domingo

Cuando llegaba el domingo, se ponía a pensar. Dejaba que los recuerdos lo llevaran. Iba a otros tiempos, a la infancia. A la casa de Leonidas Aguirre. Las macetas, los malvones, Los soles de domingo. Los juegos de fútbol en la cancha de Independiente Rivadavia. Las idas a la montaña en bicicleta con el Daniel. La jura de la bandera en el Cerro de la Gloria, el 8 de octubre de 1977. Ahora es otro domingo, muchos años después, pero domingo al fin. El cine Caribbean. Cantinflas. Jerry Lewis. Las idas al cine en familia. Tantos domingos después, otro domingo. Un mismo día, pero otro día. Volvían las figuritas, las chapitas, las ruedas del tranvía bajando la calle Avellaneda. Los helados en familia. El autódromo. Las picadas. El Rambler. El lago del parque General San Martín. Tantos domingos atrás, y un mismo domingo, un solo domingo, el primer y último domingo. No te pongas agorero, che, te faltan muchos domingos. ¿Quién sabe? Espero que sí, muchos soles, muchos lagos, muchos chupetines, muchas figuritas, muchas historietas, muchas caminatas alrededor de la manzana. La vuelta a la manzana, ¿te acordás? Vamos a dar una vuelta a la manzana. A ver quién está, quién veo. Las chicas de la otra cuadra. Otro domingo y el mismo domingo, un único domingo. Mañana domingo se casa Peringo, con una mujer que barre la casa con un alfiler, decía mamá. Ravioles en las mesas, empanadas, pan y vino. Bien mendocino. Es eso. Hoy es domingo, por si no te habías dado cuenta. Es muy lindo. Chau.

sexta-feira, 27 de novembro de 2009

El libro circular

Ese día, se había levantado especialmente inspirado. Esto es lo que él pensaba, al menos. Tú dirás, querida lectora o lector, si es así, o si es más una de las exquisiteces de este que se sienta hoy en la computadora, a contar sobre un libro que está escribiendo, llamado El libro circular. Después de años escribiendo, cosa que hace desde chiquito, nuestro personaje finalmente encuentra el formato que le conviene. Un libro que gira, un libro que da vueltas, un libro que se lee desde cualquier lugar. Como un mosaico, una mandala, un calidoscopio. La idea es vieja, es decir, ya hay libros así, y él tiene en claro no ser el creador de esta modalidad de escritura o de lectura, pero al menos le agrada pensar que le vino esta idea y la pone en práctica. Un libro que se puede leer desde cualquier parte es, también, un libro escrito desde distintos lugares. En la sala de espera del dentista, andando por la vereda mirando el mar o la gente que pasa, en tu casa, en un banco de la plaza mientras miras los pájaros y las flores y la gente que va de un lado a otro, ese paisaje incesante, cambiante, del que formas parte tanto como las nubes y los aviones, los insectos y los ómnibus y las motos y todo lo que se mueve y también lo que está quieto. Si te pones a explicar, dirán que no hay nada nuevo en la idea, y lo sabes. El libro circular es la vida, es lo que gira, es el propio mundo, la humanidad y el cosmos, lo que se extiende hacia adentro y hacia fuera y en ti, en todas direcciones. Eres el punto de cruzamiento de ese tejido infinito. En ti se da cita todo lo que existe, todo lo que es y siempre fue, y aún, lo que será. De algún modo lo sabes, siempre lo supiste. Todo está contenido en todo. Todo es una parte de ese infinito cristal de esa memoria, como dice el poema de Borges. La chica que admiras por su belleza, esos ojos de tu amada que te acompañan a donde vas, las flores que ves en las mañanas al salir de tu casa, la gente en las paradas de ómnibus esperando, la enfermedad de tu suegro, las frutas que esperan ser compradas en la verdulería al borde del camino, la reunión del grupo ecuménico esta mañana, todo es un cruce de líneas infinitas, lo sepas o no, y de algún modo lo sabes, pues eres quien gira esas páginas y quien es girado por las mismas, desde un rincón del universo que no conoces pero intuyes. Sabes y eres feliz. Una alegría profunda te invade. Sin saberlo y sabiendo, eres parte indisociable de todo lo que existe. Eres una letra de esa infinita escritura indescifrable cuyo libro es el tiempo, como dice al poema de Borges al I Ching, el libro de las mutaciones. Sabes que aún tus preocupaciones, lo que te distrae, lo que aún no tiene un lugar o armonía en tu vida, es parte de ese infinito tejido de la vida del que todo, como ya dijiste, es parte y tú también. Esa sensación de pertenencia, de unidad, de unión con todo, te acompaña esta mañana mientras oyes el canto del pájaro desde el lado donde nació el sol. Lo sabes y disfrutas de esta maravilla que es estar vivo, respirar, escribir, leer, saber que eres parte del todo. Repites y repites lo mismo, como un mantram, como el canto de los grillos que te hipnotiza esta mañana. Giras con el libro, el libro gira y el sol sube por el horizonte. Los pájaros pían cerca de ti y un ómnibus se acerca. El olor a café te alcanza. Ella rumbo a Sousa. Y tú, en un instante, a caminar por la playa. Es el día que comienza.

sábado, 15 de agosto de 2009

Vivo en una casa abandonada

--Vivo en una casa abandonada.

--¿Cómo así?

--Así como te digo.

--¿En serio?

--Seguro

--¿Y no te miedo?

--A mí no, ¿y a vos?

--A mí tampoco, yo no vivo en una casa abandonada. Pero contame, cómo es eso. ¿Y no tenés miedo de que venga la policía o entre alguien?

--Tengo los miedos normales, ¿te das cuenta?

--Más vale, me imagino. Yo no tendría coraje de vivir en una casa abandonada.

--Pero yo sí. En realidad, no está abandonada, vivo yo, ¿te das cuenta?

--Yo sí, ¿y vos?

--Yo no, quiero decir, sí, o no, no sé, ya no sé lo que digo.

--Decías que vivías en una casa abandonada, después te corregiste, dijiste que no, que no está abandonada, que vivís solo. ¿Por qué no empezaste por ahí?

--Quería crear suspenso, si lo decía de una vez, perdía la gracia, ¿no te parece?

--Y alo creo, de todos modos, no le veo la gracia a vivir solo en una casa.

--¿Y en cuántas casas querrías vivir? ¿No te parece bien vivir en una sola casa?

--Ya venís vos de nuevo. No me parece mal que vivas solo en una casa, pero eso no quiere decir que debas vivir en muchas casa, no sé, ya me confundiste, no sé más lo ue digo.

--Estas igual que yo, entonces. ¿No?

--Yo creo que sí, ¿no?

--Sí, ¿no?

--No sé si sí o si no, no sé si me explico, no sé si me entendés, no sé si soy claro, ya no sé más nada.

--Ni yo. Los lectores y lectoras vana pedir que les devuelvan la plata, que este artículo no lleva a nada.

--¿Y a dónde querrías o querrían que llevase?

--Qué se yo, a algún lugar, alguna conclusión, no sé.

--Ni yo. La única conclusión que se me ocurre, es terminar de una vez de escribir estas cosas e irme a dar una vuelta por ahí, que el sol está lindo. ¿No te parece?

--A mí, sí, ¿y a vos?

--Ah, no, ¿vas a empezar de nuevo? Me voy

--Yo también, chau

--Chau, no sé si me explico. Nos vemos, que te vaya bien, que te pise un tren y que te deje chato como a una sartén, ¿te das cuenta?

--Seguro, más vale, y esas cosas que se dicen cuando no hay nada que decir. Chau.

Yo no existo.

Soy un cuento de Cronin
Una frase de Borges
Un poema de Castañeda.
Un sentir de Pessoa.
Un chiste de Cortázar.

Un escritor
Escribe
El script (roteiro) de su vida

22/11/2009

Diálogo sobre libros

¿Quién no soñó, alguna vez, con hacer un inventario completo de su vida?

--Poner en un papel, por completo, todo lo que vio, lo que soñó, lo que pensó, lo que leyó, lo que sintió, lo que quiso, lo que hizo y lo que dejó de hacer. Parece una locura, y talvez lo sea, pero eso no es motivo para que no se lo pueda intentar. Por algún lugar hay que comenzar, ¿no te parece? Empecemos entonces con los libros. Una lista de todo lo que leíste, desde pequeño, cuando tu mamá te daba aquellos libritos de Pepe Bolsillito, o las Cartas a Gente Menuda, o la Señora del Espino Blanco, o el Arca de Noé. ¿Não é?

--Pero ya te pasaste al portugués, che, no puede ser. Por qué no puede ser, qué hay de malo en eso, si el portuñol es cada vez más escrito y hablado por esta parte del mundo.

--Bueno, no perdamos tiempo con eso y vamos al grano

--¿Cómo al grano, no era a los libros?

--Eso, sí, los libros, ¿quién empieza? ¿Vos o yo?

--Empecemos juntos.

--No, no vale.

--¿Por qué no vale?

--Porque no hemos leído el primer libro juntos, o no fue el mismo libro el que ambos leímos primero, ¿no te parece?

--A mí no me parece nada, creo que hay que empezar y listo. Bueno, ¡vá!

--Fahrenheit 451, de Ray Bradbury.

--No vale.

--¿Por qué no vale?

--No sé por qué pero no vale.

--Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury también.

--No, no vale tampoco.

--¿Cómo que no vale? ¿Nada de lo que digo vale?

--Vale, sí, oh, si vale.

--Pero cómo, si no me dejás decir ningún libro que ya venís con que no vale. Empezá vos, entonces.

--La Dama del Espino Blanco.
--No vale, ya lo dijiste al principio de esta charla.

--¿Y qué tiene?

--No sé que tiene, pero no vale. Qué van a decir los lectores y lectoras, que somos un par de locos.

--No van a estar lejos de la verdad.

--En cuanto a vos, no dudo, pero no me metas en eso. Bueno, mirá, me voy a ver cómo va la sopa, que se me va a quemar. Llama Marta al portón y la tengo que atender.

--Pero no me dejés así colgado, me das una tarea y te vas.

--La seguimos más tarde o mañana, no te enojes.

--Dale.

segunda-feira, 10 de agosto de 2009

Memórias 1977-2009

Cuando me fui a vivir a São Paulo, me fui a vivir con mi hermano Arturo, que vivia en un departamentito, una kitchinette, en la calle Herculano de Freitas, cerca de la Praça 14 Bis, en las proximidades de la Avenida 9 de julho. Me parecia extraño a mi, avenida 9 de julho en São Paulo, en Brasil, ya que la 9 de julio es una avenida de Buenos Aires, en recordación de la independencia argentina, y estábamos en Brasil, 1977. Rodando, rodando, llegar a ese lugar, donde se subía por una escalera estrecha, todo era estrecho. No me quejo, fue el mejor lugar donde podría haber ido en aquellos años. Mi hermano Leo vivía en Niteroi con Blanca, mi otra cuñada, y yo estaba allí, de mala y cuia, como se dice aquí, en el kitchinette de mi hermano. Miraba para abajo y veía árboles inmensos. Todo era inmenso, diferente. La lengua que la gente hablaba, no entendía mucho, pero me gustaba la musiquita, el jeito con que las personas se comunicaban. Me acuerdo una vez que fui a un supermercado con mi mamá, Gita, y Verónica, que entonces era la mujer de Arturo. Yo casi no conocía lo que era un supermercado. En Mendoza había uno, el Persian, al que fui una vez a ver la escalera mecánica que habían inaugurado. Esto era por los años 60, antes de la facultad. Antes de tantas cosas. ¡Cómo pasó el tiempo! Ahora oigo el ruido del vecino que ignora sus vecinos, ya que tiene un taller mecánico en plena área residencial. Paró. Menos mal. Me recuerda que he vivido en general en barrios no muy de clase alta o de clase media alta, más bien al contrario, en partes pobres o de clase media en barrios de clase más elevada. En la calle Clark, en Mendoza, en el Carril Sarmiento, en los distintos muquifos por donde peregriné desde que salí del apto. de Arturo hasta llegar a esta casa donde los ómnibus pasan y el mecánico hace ruido. Lugares en Rio de Janeiro, en la Siquiera Campos, ¿te acordás? ¿Cómo te vas a acordar si nunca estuviste allá?. Lugares en la praça Marechal Deodoro, con tiros a la noche y marginales, lugar en la Fradique Coitunho, con aquellas montoneras delincuentes que te pusieron en la calle. Lugares en Ceará, Fortaleza, Caucaia, Cumbuco. João Pessoa, São Paulo, Rio de Janeiro, Fortaleza, Buenos Aires, Godoy Cruz. Córdoba, Chile, Chilecito, los nombres se mezclaban. Santiago de Compostela, Madrid, Marbella, Magallanes. María, no es un lugar, es un ser, un ser especial, una persona física que conocí en 1990 quando comecei a dar aulas na UFPB, no Depto. de Ciencias Sociais. Descobrimos ser um só, não dois mas um só, te das conta? Podes compreender isto? Se amas, sabes. Senão, paciência, um dia chegará para ti esta experiência, ou não. Ninguém sabe. Mas o que queria te dizer é que voltas e voltas, a pessoa roda, vai e vem, e alcança um porto seguro, uma hora, aporta, como o barco chegando ao cais. E eu te agradeço teres chegado até aqui comigo, na leitura destas memórias que se começam a escrever e a partilhar neste dia dez de agosto de 2009. Boa tarde e até breve, se Deus quiser.

Lecturas

--Me gustan los cuentos de Poe y de Lovecraft, los poemas de Borges y Cortázar, Pessoa y Bécquer, ¿y a vos?
--Y a mí ¿qué?
--Si te gustan los poemas de Borges y Cortázar, los cuentos de Poe y de Lovecraft, la poesía de Bécquer.
--Depende, para empezar, no sabía que Cortázar escribía poemas, por lo tanto no sé si me gustan, ya que no los leí. De más a más (que tal la expresión, ¿te gustó?) los cuentos de Poe y de Lovecraft son insuperables, si es que tal cosa se puede decir de obras de arte ya que, como se sabe, las obrasde arte no son superables unas a las otras, o unas por las otras, por mejores que puedan ser o de hecho sean. Lo que quiero decir, en este caso, es que tanto los cuentos de Poe y Lovecraft, como los poemas de Bécquer y Cortázar, así como los de Fernando Pessoa, son de lo mejor, inolvidables, siempre serán leídos y seguirán despertando el interés de lectores y lectoras por todos los tiempos de los tiempos. No sé si soy claro.
--Bueno, estoy de acuerdo, pero ¿por qué tenías que darle tantas vueltas a la cosa? ¿No bastaba decir que concordabas conmigo? Habría sido mucho más fácil y los lectores y yo, que escribo estas líneas a la tarde de este día de agosto, nos habríamos ahorrado todo ese laberinto.
--Laberinto distinto, decía mi tía Raquel
--Y ¿qué tiene que ver tu tía Raquel con literatura o poesía?
--Que a ella también le gustaba leer, ¿o no le podía gustar leer, a la pobre?
--Puede leer quien quiera, quien tenga ojos o le guste, no hay problema.
--Menos mal
--¿Menos mal qué?
--Ah, no, ¿ya vas a empezar de nuevo? Me gustan los cuentos de Poe y de Lovecraft.
--Me voy, me cansé, y supongo (o hasta espero) que los lectores y lectoras también. ¿Te creés que uno no tiene nada que hacer?
--¿Como ser?
--Como ser leer cuentos o poemas, o libros o relatos, para pasar el rato, sin necesidad de tener que escuchar o leer cosas como las que acabamos de leer.
--Puede ser. Te dejo la inquietud.

Las nubes

Cuando era chico me gustaba mirar las nubes. Todavía me gusta, aunque ya no soy chico. Me gustaba verlas, como aún, en el cielo, lugar donde acostumbran estar. Cambiando sus formas y colores. Antes, me gustaba verlas cambiar de formas y tamaños, como a tanta gente le gusta, imaginar que se parecen a un caballo, a un avestruz, a una mujer que mira, a un sol. Ahora, me gusta verlas nomás, sintiéndolas protectoras de la vida y de la tierra, de mí y del mundo de que formo parte. Ya no soy niño, pero me siguen gustando las nubes. ¿Y a vos, te gustan las nubes?

terça-feira, 28 de julho de 2009

La casa era infinita

Sus pasillos se extendían indefinidamente en todas direcciones. Y por los pasillos y por los patios, por los jardines y veredas, alrededor de las fuentes y por los bosques, la mirada del hombre de mil voces se perdía ya viendo esto, ya aquello, ya las cosas todas, ya la infinitud que nos envuelve y vuelve, ¿ves?

Canzone per te

Si fuera un poeta

Escribiría una canción

A tus cabellos

A tu sonrisa

Al hecho de tu existir

Que me fascina

Me alegra

Me da un sentido

Un tesón

Una canción

A ti, amor, María

El sol subía por el horizonte

El sol subía como que cansado por el horizonte, una nube medio lo escondía, dejando bajar sus rayos como chorros de luz sobre el mar. Por la playa, la gente yendo y viniendo, en lento ritual rítmico matinal.

Y tu, que lees estas cosas, escribes tu vida como rayos de luz sobre el horizonte, como mar ondulante bajo la luz. Esta tarde está tan lejos que parece una montaña distante, pero cada paso podrá acercarme, de a poco, a esos instantes que me esperan después que el sol pase de las doce del día, el mediodía.

Escuché tu voz hace poquito, y me pareció tan bueno oírte al teléfono esta mañana, cuando los autos pasan y pasan como río interminable y la radio susurra en la planta baja y tus ojos y los míos se encuentran en el instante justo en que esta letra se dibuja en tu/mi alma.

¿No es muy lindo? Yo creo que sí. ¿Y vos? ¿Tenés tos? La gripe por..si…no!

segunda-feira, 27 de julho de 2009

Las cosas que me gustan

Hoy trataba de pensar en las cosas que quiero, las cosas que me hacen bien, lo que me gusta hacer o ser. ¿Como ser? Te quiero a vos, si vos sos María, o si sos alguno de mis amigos o hijos o hermanos o hermanas o vecinos o gente de la calle que anda por ahí viviendo nomás, porque el aire es gratis porque la vida es linda, porque sí, o porque no. ¿Por qué no? Es muy lindo vivir y con o sin porqués, vives y eso es muy lindo. El aire entra y sale de ti y te gusta, te sientes bien. Oyes los grillos y te gusta, te sientes bien, los grillitos cantan todo el tiempo, son musiqueros. Pasa un auto, sopla el viento, miras el mar, una mujer que pasa con su hijito en brazos o en el cochecito. Ves unas flores en la arena, azules, blancas, otros colores que ahora no recuerdo. La gente de los movimientos sociales que hoy a la tarde se reunieron en el sindicato de los trabajadores de la construcción en el centro de la ciudad. Los sin tierra, las mujeres en marcha, los homosexuales por sus derechos, la gente de la iglesia de base, entre la que te cuentas, estudiantes de ciencias sociales que preparan un encuentro nacional en João Pessoa a fines de agosto, comienzos de setiembre. Pasa una motoneta, alguien va a algún lado. Un libro de Cortázar en la mesa, la vuelta al mundo en 80 días, el gato y el filósofo, te reías con Alder esta tarde rumbo al sindicato. Harías la lista, sería una larga lista, pero empezarías. Orar, cuidar de las plantas, leer, hablarle a los amigos por teléfono, escribir cartas o correos electrónicos, leer los mensajes que Aurea manda de Recife o papá de Mendoza o Sarita, transcribir las evaluaciones de Paysandú, aunque las hayas embrollado un poco, borrando algunas que ahora ya no sabes cuáles son, si son más de una o es una sola nomás. Lo verás mañana, que por hoy ya es bastante. Un paso me es bastante, decía Gandhi, y yo también, chau, no sé si me explico. Es muy lindo.

quinta-feira, 23 de julho de 2009

Tarde en la noche

A veces la noche se hace larga. Nada tienes para hacer, y pasas de una cosa para la otra, como el río del tiempo. Andas de aquí para allá, escribes o comes algo, miras televisión, vas al jardín, viene un amigo golpeando en el portón, como hoy , a charlar de sus angustias que son tuyas y piensas en la misericordia divina. Cuántas cosas lindas en un día como hoy, de mañana la reunión con los cristianos ecuménicos en el centro de Educación. La universidad y el pasto mojado y tú andando entre los autos en el estacionamiento. Comblin. Consciencia. Desprivatizando la acción del Espírito en el mundo. Muy lindo. Jóvenes se movilizan. Utopías. La pastoral de los jubilados. Te ríes. Ya viene el sueño. Pasa el vigía. Voces en la casa de al lado, a esta hora, y a esta hora este que escribe se va a dormir, chau, no sé si me explico.

domingo, 19 de julho de 2009

Dios

Hoy pensaba conmigo mismo, qué se yo de Dios, de la Divina Madre, de Jesus, de la vida. Nada o muy poco o todo, según el punto de vista. Con la mente, muy poco, con el corazón, todo. Talvez seas una locura, una imposibilidad, mi Señor, decía, talvez ni existas del modo objetivo como alguien podría querer medir o comprobar tu existencia, aunque otro alguien haya ya encontrado y enunciado pruebas de tu existencia. Yo no podría probarle a nadie, ni a mí mismo, que existes, pero no dudo. No dudo porque yo sé que sin ti no hubiera pasado por pruebas que me hubieran quebrado. Me quebré, anduve medio perdido, o muy perdido, por años, lo sé, pero tu mano amiga me amparó de mil modos y lo sigue haciendo, como lo haces con todos y con todas. Una cosa sé: es que te quiero, y eso es todo, eso es mucho, eso es bastante. Y te seguiré queriendo, por los tiempos de los tiempos, hasta que tu voluntad y la mía, tu querer y mi querer, tu ser y mi ser, tu hacer y mi hacer, sean uno. Bendito seas Dios, Madre Divina, Jesus, Vida.

sexta-feira, 17 de julho de 2009

De casa a/para casa

Cuando no tengo nada que hacer, me pongo a escribir. Esto ya lo he dicho otras veces, pero como continúo no teniendo muchas cosas que hacer, sigo usando mi tiempo libre para escribir. No sé si te pasa, pero cuando escribes, te pones a limpio, te ves, es como que te hacés espectador de la vida, de tu vida y la de los demás. Hoy vi un arcoiris cuando iba a la rodoviaria. Estaba en el cielo, como acostumbra ser con los arcoiris. Estaba arriba de unas nubes color naranja. Íbamos a la rodoviaria pues Gorete, que cumplía años hoy, se iba a Pombal en ómnibus con Gabriel, su hijo. María iba a mi lado. María está resfriada y vos dirás ¿y a mí qué? Claro, no es tu esposa, por eso podés decir y a mí qué. Pero si la conocieras, como tanta gente la conoce, te importaría. Ahora la dejé en su casa escuchando ella una canción del Ave María, no sabíamos si de Schubert o de Schuman. Era uno de los Schu, de todos modos. Me quedé un poco triste por tener que tomar, otra vez, como tantas otras veces, el camino de casa que va de su casa a mi casa. Un camino de piedras que cuando llueve queda todo lleno de pocitos de agua. Mis hermanos Leo y Arturo y mi amigo Marcelo, así como Enrique, que también es mi amigo y vive en Uruguay, ya han hecho ese camino varias veces, peor no tantas como yo. Les gané. Ahá, ahá, ahá. Hoy Leila y Bruno estaban en casa. Leila viendo televisión y Bruno volviendo del cursinho. De tarde, dejé una ropa en la tintorería y vi Alder Julio atravesando la avenida dos Navegantes en la esquina con Av. Nego. Todo esto en João Pessoa, Paraíba, nordeste do Brasil, para quem não sabe. E quem não sabe, fica sabendo pois olha no mapa e descobre que João Pessoa fica logo na curva oriental da América do Sul. É isto, gente. Como diz o Professor Nivalson Miranda, da ADUF-PB, arte ésta a de escrever, que começa e termina no mesmo lugar. Hoje é 17 de julho de 2009, viu? Viste? É isto, como dizia Dom Fragoso. Apois, como dice Genaro. Y ya volvemos al castellano, que no es lo mismo pero se parece al español. Bueno, che, como no tengo nada que hacer, sigo escribiendo, y como nada mejor para hacer tienes, sigues leyendo. Vos allí y yo aquí, como dos Axolotl a los dos lados de la vidriera del acuario. Bueno, me voy. Chau. Até.

segunda-feira, 13 de julho de 2009

Mi simple oración

Quería decirte, Divina Madre, Dios, Vida, Jesus, una oración que nadie te hubiera elevado antes, si es que ello fuera posible, pues mi simple oración es amarte en el amor que la humanidad te tiene desde que existes, desde que tenemos conciencia de Ti, del amor que has tenido, tienes y seguirás teniendo por tus Criaturas, oh, Tú, refulgente rayo del sol resplandeciente. Todas mis oraciones tienen algo de Ti, tienen algo de ese amor adorable y orante que la humanidad tiene por Ti desde que tenemos conciencia de Ti, desde que supimos que Tú eras aquello que existe desde siempre y para siempre, dentro de nosotros, en la cámara secreta del corazón y en el mundo afuera, en la Creación como un todo, en el insecto y en los astros que iluminan nuestros caminos, en el mar que arrulla a la noche y en el arcoiris que cruza los cielos. Bendita seas para siempre, Madre Divina, Dios, Vida, Jesus.

sexta-feira, 12 de junho de 2009

Hacia tí mismo

Esa tarde, tendría alguna dificultad en decir lo que pensaba, en expresar sus ideas y sentimientos. En vísperas de viajar, como que la realidad se agolpaba alrededor y dentro suyo, de un modo especial, singular. No había nada especial que quisiese decir, talvez ya hubiese dicho todo o casi todo. No lo sabía. Escuchaba el rumor de los autos en la calle, el ómnibus alejándose, y se alejó también del teclado, hacia sí mismo el lugar de donde nunca había salido, de donde no volvería a salir más, hasta el final.

Nadie puede saber aónde sus pasos lo han de llevar

Forma parte de la existencia, el no saber, la incerteza. Trabajamos con anticipaciones. Con previsiones, presuposiciones, posibilidades. La vida es un rompecabezas que se completa con la muerte. Pero no tomes esto en un sentido trágico o mórbido. No hay nada mórbido en la muerte. La muerte es un acontecimiento normal. Lo mórbido es la media vida, la vida que parece pero no es, esa que llevas sin darte cuenta, sin darte cuenta que vas al matadero y que no has hecho la elección cierta, la de ser vos mismo todo el tiempo, cada minuto, a cada instante, en ese río inconmensurable e indetenible que es el vivir.

sábado, 6 de junho de 2009

La simple oración

Cuando oro y la cabeza se complica pensando qué oración debería decir, si la de San Francisco o la de Yogananda, la de Gandhi o la de Jesus, entonces paro y digo: Gracias. Gracias, Dios mío, Divina Madre, Jesus, vida. Gracias porque hoy, 6 de junio de 2009, estoy pudiendo caminar, estoy feliz con la vida y conmigo mismo, con el mundo alrededor, y una sensación de paz viene a mí.

sexta-feira, 22 de maio de 2009

TERAPIA COMUNITÁRIA ON LINE, por Rolando Lazarte

A terapia comunitária não ocorre apenas nas rodas de terapia, também se pratica a través da internet. Acaba de ser publicado o livro de Rolando Lazarte, RESURRECCIÓN, uma coletânea de crônicas e poemas colhidos pela internet por Maria Helena Rodrigues de Oliveira. A troca de mensagens, os relatos de experiência as vivências, o intercâmbio de sentimentos e idéias, eventos, textos, documentos, encontros, opiniões, dados, criam um espaço de encontro humano que o autor soube explorar com maestria e humor, convidando leitoras e leitores a se somarem a essa fantástica tarefa de se tornarem espectadores de si mesmos, cronistas da sua própria vida, exploradores dessa cidade desconhecida e misteriosa que é a vida e a pessoa de cada um, de cada uma. A través de 128 páginas, os leitores e leitoras são levados a se internarem nos labirintos da vida vivida com intensidade e entusiasmo, com alegria e esperança, na partilha de experiências vividas a partir da libertação do autor dos grilos da depressão e da paranóia em roda de terapia ocorrida no PSF-Nova Esperança, no bairro dos Ambulantes, em Mangabeira, em 2004. As páginas testemunham a gratidão do autor a essas pessoas sabias e pobres que, mesmo não tendo, ou talvez por não ter, meios financeiros abundantes, são ricas no que falta à pessoa no mundo atual: amor, generosidade, compreensão, autenticidade, espontaneidade, solidariedade, fraternidade, profundidade, sentimento de pertencimento, autoestima, autoconfiança, capacidade de construir juntos, em mutirão, um mundo melhor em nós mesmos e com os outros cada dia, todos os dias. Ressurreição, Resurrección, na língua natal de Lazarte, o título do livro não poderia ser mais significativo, e dispensa comentários. Se a TC nos resgata das garras do anonimato e da autodestruição, do isolamento estéril e da mercantilização da vida, do autismo profissional e da esquizofenia universitária, este livro é um testemunho disso, e, mais, da história de vida de quem, emergido das trevas da autodestruição semeada nos sobreviventes pela ditadura militar argentina, evoca e convoca em cada um, em cada uma, o ânimo e o espírito de luta sem o qual não se vive, apenas se agüenta. As mulheres pobres da periferia de João Pessoa, as companheiras da UFPB do Departamento de Enfermagem, a irmã Ana Vigarani, Adalberto Barreto, os/as terapeutas comunitários dos encontros formadores nas Ocas do Índio em Bebribe, Ceará e em Pedras de Fogo, profissionais interessados na Venezuela, no México, no Uruguay, colegas da Argentina e do Chile que se dispõem a se tornarem parteiros e parteiras da esperança, encontrarão no livro de Lazarte ânimo para seus esforços, amparo para suas angústias, e a certeza de que cada um, cada uma, é convocado/a a ser um criador de formas autônomas e originais de Terapia Comunitária. Tenho dito. É isto. É isso aí. O livro ode ser adquirido por e-mail.

quinta-feira, 21 de maio de 2009



Rolando junto a su esposa esposa Maria Filha

Un día nomás, día

Un día sin teología, sin terapia, sin sociología, sin filosofía, sin ideología, sin causas, sin cobranzas, sin exigencias, sin compulsión, sin forzaciones de barra, sin demasiados telefonemas, solo los indispensables, y la alegría de oír un amigo, un amigo nuevo que evoca viejos nuevos amigos. Andar por la ciudad sin rumbo, evocando una ciudad que buscaste toda tu vida sin saber que estaba en ti, que eras vos mismo o vos misma, dependiendo si sos mujer u hombre que me leés, que leés estas palabras que bajan al renglón esta tarde. No quiero convencerte de nada, no sabría de que. Tampoco quiero convencerme de nada, no sabría de que. Apenas hoy, desde que el día comenzó, me negué a cumplir deberes. Como un Gandhi sin turbante ni rueca, ni ahimsa ni nada de lo que a él lo caracteriza. Apenas un día sin obligaciones. Desobediencia civil. Só por hoje.

segunda-feira, 11 de maio de 2009

Lluvia llama al llanto (Bom dia)

Chove. Chuva chama choro. Mas não choro. La lluvia llama a las otras lluvias, todas las lluvias que vi y que vivi en mi vida. La lluvia llama al llanto. Pero el llanto trae la madre, trae la comunidad, la interiorización, la comunión. Ayer fue un dia de la madre incomún. Mamá no estaba. No, del modo como acostumbró estar en la tierra, devota, sublime, sagrada, callada. También fue intempestiva, enérgica, chocante a veces. Era su modo, o mejor, sus modos. No era de una sola manera, sino de dos. Siempre recordaba y nos decía, palabras de santos, refranes populares. Pero eran cosas vivas, aunque no siempre lo vi así. A veces me molestaba, me parecia un fanatismo. No era así. Dios es el color, decía. Para ir a donde quieres, has de ir por donde no quieres. Son frases de Krishnamurti y de San Juan de la Cruz. Pero en Gita eran de Gita, eran la propia vida. Así la recuerdo hoy, así te recuerdo hoy, madre, después de la fiesta del dia de la madre ayer en Maria. Maria es la alegria de mi vida. Maria es alguien a quien no puedo nombrar de manera definitiva, excesiva, superlativa, exagerada, adjetivada. Vienen palabras que no te definen. Sigue lloviendo. San Genaro, Moldes, Mendoza, Santiago de Chile, Compostela, Santa Rosa, Córdoba de las campanas. Godoy Cruz, João Pessoa. Ocas do Índio, Montevideo. La vida continúa Un pájaro canta a lo lejos y un auto pasa. El mate me espera allá abajo y mis amigos, los seres con quienes comparto la vida, están en sus intimidades, guardando la vida, unidos a la eternidad que nos une. La lluvia es eso. Es el origen, es la comunión. Por eso un dia como hoy, en que llueve en João Pessoa y tu llamada me llama a la quietud y al silencio, acato la llamada y me callo. Buen dia o, como decimos por aqui, Bom dia.

sábado, 25 de abril de 2009

Las rutinas, las repeticiones

Cuando alguien se despierta a estas horas de la mañana, no es, por cierto, para ceder a alguna de las rutinas que disputan el control de su comportamiento. Talvez sea, me parece, para poder verlas, notar la influencia que ejercen sobre la vida, o, aún, simplemente tomar nota acerca de su existencia. Las hay que quieren hacerte sentir culpable, virtuoso, repetitivo, original, atropellador, invasivo, único, todopoderoso, cristiano, militante, artista, para citar algunas de las que vienen a mi pensamiento en esta hora, en que la lluvia arrecia y me pregunto, ¿cuántas veces he sentido y dicho esto ya? ¿Cuántas, de las crónicas que comparto por la Internet con decenas de lectoras y lectores, muchos de los cuales no conozco, empiezan notando la lluvia que cae? Más importante que la contabilidad de lo repetido, es notar su ocurrencia. Como que la mente, o tú mismo, no sé, elige lo que te parezca mejor, con, o eres, un palco de repeticiones. Aún esta constatación no es nueva. Hay rutinas buenas y malas. No se tata de calificarlas, tampoco, sino de notarlas. ¿No te parece? ¿No habrá entre ellas alguna brecha? ¿Algo que te permita además de darte cuenta, dar la vuelta para escapar de su control omnímodo? No que haya algo malo en la rutina –o en las rutinas—en sí. Pero talvez, no sé, s eme ocurre, talvez, decía, pueda haber “una luz, una hendidura”, algo que te permita asomarte a este día que empieza a nacer como si fuera, de hecho, lo que es: un nuevo día. Buen día.

¡Cuantas de mis crónicas, cuántos de mis escritos, decía, empiezan con esta frase, o con esta palabra: Escucho Rain. Llueve, etc.! No hay anda de malo en la repetición en sí. La lluvia se repite, tú te repites al repetir la citación de la lluvia, todo se repite. A veces piensas que no hay repetición. Que cada lluvia es única, y que un día alguien podría llegar a escuchar el tamborileo de las gotas que caen, en su única ocurrencia irrepetida, en su originalidad irrepetible. No me parece imposible ésto. El solo hecho de que estés, una vez más discurriendo sobre lo mismo, demuestra esa esperanza: Puedes, un día, ser capaz de emerger de la rutina como un ser irrepetido. Ùnico. Irrepetido. Original. Irrepetido, repito. (25 de abril de 2009)

Ahora guardarás estas anotaciones en la carpeta Crónicas. Si fueras más específico, lo sería en la carpeta: Repeticiones, Lluvia. Pero nada se repite. Sólo te parece. Nunca nada es, no será, no podría ser, repetido. Todo es único, original, nuevo, aunque no siempre nos demos cuenta de ello. La mera insistencia en descubrirlo, es el testimonio de nuestra esperanza. Que tengas suerte. Buen día, otra vez. Siempre, buen día.

sexta-feira, 24 de abril de 2009

POESIAS DO SÉCULO XXI

HAY DÍAS EN QUE NO SÉ QUÉ HACER,
EMBORA TENHA JÁ FEITO UM BOCADO DE COISAS.

JÁ LEVANTEI, ESCREVI, OREI, RESMUNGUEI,
ESCREVI COISAS COMO ÉSTAS E OUTRAS MUITAS

QUE, QUEM SABE, UM DIA SERÃO FAMOSAS
POESIAS DO SÉCULO XXI.

domingo, 19 de abril de 2009

A opção da falta de opções: A TELEVISÃO

A opção da falta de opções. Tenho assim batizado o aparelho propagador de imagens e sons que lá embaixo, na sala da televisão, e atendendo a esse mesmo nome, insiste em ser a opção na hora da falta de opções. Se mais jovem fosse, muito, mas muito mais jovem mesmo, iria à rua brincar com os amigos de figurinha, de amarelinha, ou iria andar de bicicleta ou à praça do bairro. Mas já não sou tão jovem, e as tais opções da mocidade não mais me são oferecidas. De modos que, querendo ou não querendo, numa hora como estas, num domingo como hoje, aparentemente não teria outra possibilidade de matar o tempo que a de sentar na frente da televisão. Para ver algumas jovens cantando, ou outros jovens pregando, ou então notícias do mundo ou da cidade, ou vistas de outras cidades ou povos, montanhas, lagos, animais, etcetera e tal. Nada demais, como programa de domingo. Os tais programas de domingo propriamente ditos, pouco me interessam. Visto um todos vistos. E quem já tem, como eu, e talvez alguns dos que isto lerem, muitos anos, já viu todos. As películas raramente merecem alguma atenção. Imagens correndo mais do que os carros na rua, em ritmo de telegrama, sem tempo para que você as veja. Enredos enredados demais para um homem simples como eu, que prefere ouvir as vozes que falam quando o mundo cala. Entrevistas memoráveis, de escritores ou escritoras descrevendo seu ofício, salvam a pátria. A opção da falta de opção é, de fato, uma falta de opção, a televisão.

Cuando llego a casa

Chego em casa, de casa. Da casa da minha namorada, à minha própria casa. De casa em casa. Mas não queria ficar nisto, de lá pra cá, de cá pra lá. Apenas dizer que, sendo domingo, tinha vontade de ir à praia, mas o sol está demais. De ir ao shopping, mas estou cansado pra dirigir. Dirigi um bocado essa semana passada. Fui pra Laranjeiras, pra universidade, pra Praia Bela, onde compramos um terrenozinho com a mina esposa. Hoje caminhei pelo calçadão e pela areia. Nadei. Vi as flores nos jardins da beira mar e da minha casa, e no caminho à praia e no caminho de volta para casa. Tudo isto para dizer, querido/a leitor, que este domingo, sem querer ficar em casa, estou em casa, e querendo sair, saio deste modo, visitando você, não sei onde estás, nem quero saber, basta saber que estás aí, em algum lugar, lendo nestas coisas que alguém sem ter coisa melhor para fazer, decidiu pôr na sua frente. Até.

sexta-feira, 17 de abril de 2009

A Teologia da Libertação se propaga, apesar do veto do Vaticano, por Leonardo Boff *

Rio de Janeiro, março/2009 – Desde seu começo, no final dos anos 60, a Teologia da Libertação adotou uma perspectiva global, focada na condição dos pobres e oprimidos do mundo inteiro, vítimas de um sistema que vive da exploração do trabalho e da depredação da natureza. Este sistema explora as classes trabalhadoras e as nações mais fracas. E, além disso, reprime os que oprime e, portanto, contraria seus próprios sentimentos humanitários. Em uma palavra, todos devem ser libertados de um sistema que perdura há pelo menos três séculos e foi imposto em todo o planeta.

A Teologia da Libertação é a primeira teologia moderna que assumiu o objetivo global de pensar o destino da humanidade desde a condição das vítimas. Em consequência, sua primeira opção é se comprometer com os pobres, a vida e a liberdade para todos. Surgiu na periferia das Igrejas centrais, não nos centros metropolitanos do pensamento consagrado. Por essa origem, sempre foi considerada suspeita pelos teólogos acadêmicos e principalmente pelas burocracias eclesiásticas e da Igreja mais importante, a romano-católica.

De seu berço na América Latina, a Teologia da Libertação passou para a África, estendeu-se à Ásia e também a setores do primeiro mundo identificados com a solidariedade e os direitos humanos dos mais pobres. A pobreza entendida como opressão revela muitas faces: a dos indígenas que desde sua sabedoria ancestral conceberam uma fecunda teologia da libertação indígena, a teologia negra da libertação que resiste às marcas dolorosas deixadas nas nações que foram escravistas, a das mulheres submetidas desde a era neolítica à dominação patriarcal, a dos operários usados como combustível da máquina produtiva. A cada opressão concreta corresponde uma libertação concreta.

A questão teológica de base que até agora não acabamos de responder é: como anunciar de maneira crível um Deus que é um Pai bondoso em um mundo abarrotado de miseráveis? Só tem sentido se implicar a transformação deste mundo, de maneira que os miseráveis deixem de gritar. Para que uma mudança semelhante tenha lugar, eles próprios têm de tomar consciência, se organizar e começar uma prática política de transformação e libertação social. Como em grande parte os pobres em nossos países eram cristãos, se tratava de fazer da fé um fator de libertação.

As Igrejas, que se sentem herdeiras de Jesus, que foi um pobre que não morreu de velhice, mas na cruz como consequência de seu compromisso com Deus e com sua Justiça, seriam as aliadas naturais deste movimento de cristãos pobres. Este apoio se verificou em muitas igrejas nas quais havia bispos e cardeais proféticos como Helder Câmara e Paulo Evaristo Arns no Brasil, Arnulfo Romero em El Salvador, e muitos outros, assim como numerosos sacerdotes, religiosos e religiosas e laicos comprometidos politicamente.

Em razão de sua causa universal, já no início da década de 70, a Teologia da Libertação era um movimento internacional e convocava verdadeiros fóruns teológicos mundiais. Estabeleceu-se um conselho editorial integrado por mais de cem teólogos latino-americanos para compilar uma sistematização teológica a partir da perspectiva da libertação em 53 tomos. Já havia 13 tomos publicados quando o Vaticano interveio para abortar o projeto. O então cardeal Joseph Ratzinger foi rigoroso. Cortou pela raiz um trabalho promissor e benéfico para todas as igrejas periféricas e especialmente para os pobres. Passará à história como o cardeal – e depois papa – inimigo da inteligência dos pobres.

A Teologia da Libertação criou uma cultura política. Ajudou a formar organizações sociais como o Movimento dos Sem-Terra, a Pastoral Indígena, o Movimento Negro e foi fundamental na criação do Partido dos Trabalhadores no Brasil, cujo líder, o presidente Lula, sempre se reconheceu na Teologia da Libertação.

Hoje em dia, esta teologia transcendeu os limites confessionais das igrejas e se converteu em uma força político-social. Além de Lula, identificam-se publicamente com a Teologia da Libertação os presidentes Rafael Correa, do Equador; o ex-bispo Fernando Lago, do Paraguai; Daniel Ortega, da Nicarágua, e Hugo Chávez, da Venezuela, além do atual presidente da Assembléia das Nações Unidas, o sacerdote nicaragüense Miguel D’Escoto. Sua força maior não reside nas cátedras dos teólogos, mas nas inumeráveis comunidades eclesiásticas de base (só no Brasil existem cerca de cem mil), nos milhares e milhares de círculos nos quais se lê a Bíblia no contexto da opressão social e nas chamadas pastorais sociais.

Roma incorre na profunda ilusão de crer que com seus documentos doutrinários emitidos por burocracias frias e distantes da vida concreta dos fieis conseguirá frear a Teologia da Libertação. Ela nasceu ouvindo o grito dos pobres e hoje a comove o grito da Terra. Enquanto os pobres continuarem se lamentando e a Terra gemendo sob a virulência consumista, haverá mil razões para sentir o chamado de uma interpretação libertária e revolucionária dos evangelhos. A Teologia da Libertação é a resposta a uma realidade injusta e salva a Igreja central de sua alienação e de um certo cinismo.

* Leonardo Boff é teólogo e co-autor da Carta da Terra.

Às vezes penso que gostaria de pintar um quadro

Às vezes penso que gostaria de pintar um quadro, mas, ao invés de pintá-lo, penso nele. Um sol num céu vermelho, com um álamo, semelhante ao que está lá embaixo, na salinha da televisão. Ao invés de pensá-lo, pinto ele, quero dizer, ao invés de pintá-lo, penso nele. O que você faria, leitor/a, no meu lugar? Pintaria o quadro, ou pensaria nele. Se pintá-lo, não o pensarei mais, deixará de ser. Será uma a mais das inúmeras pinturas que andam por aí, minhas, suas, deles, de quem for. Pintores famosos. Cézanne, Miró, Van Gogh, Spilimbergo, Di Cavalcanti, El Greco, Goya, a lista é infinita. Se não o pintar, nunca ninguém saberá dele, a não ser eu e você, nós, um segredo. Prefiro os segredos. Imagine um quadro com um sol amarelo, bem bonito e brilhante, redondo, num céu vermelho. Um álamo do lado direito do quadro, um caminho para o sol, passando por um campo de trigo. Não pense, veja. O quadro está aí, é seu, você o pintou. Chau.

O dia de não dar certo está certo, tá certo?

O dia de não dar certo. Vou pra aula de pilates e não tem. O horário era outro. Deixo o carro na vaga de outro cliente que, impaciente, espreita. Chego em casa bem, graças a Deus. Vou procurar cimento na loja de construção, e não tem. O dono se alonga em considerações diversas que não vem ao caso repetir aqui, e tenho que deixá-lo, uma vez que meu cunhado esperava em casa o cimento, e tinha de ir procurá-lo em outra loja. Fechada, mas a dona ia chegando, e foi abrindo. Tinha cimento, mas não os ajudantes para carregá-lo no carro. Carregá-lo no carro, as coisas começam a melhorar. Quando as rimas vem, tudo está bem. Ia continuar com ladainhas queixumentas que, meio de brincadeira, meio a sério, pretendiam dizer que nada dera certo hoje, mas o certo é que tudo está certo,embora pareça que nada está dando certo. Está certo? Minha cunhada me ajudou a por o sofá ao sol, pra tirar o bolor. Meu cunhado chapisca a parede enquanto escrevo estas palavras que lês, querido leitor/a. A internet anda devagar quase parando. Cheguei em casa da minha namorada depois que ela se fora. O suporte técnico me deixou falando sozinho ao telefone. Mas um reembolso que estava esperando para sarar as minhas finanças neste árduo mês de abril, chegou antes do esperado. Terminei uma tradução que me deu muito prazer. E agora, após um almoço caseiro e alguns minutos de distração na televisão, estou pronto para encerrar a parte da manhã deste dia que, embora parecesse o dia de nada dar certo, está tudo certo. Está certo? Está, sim.

sábado, 11 de abril de 2009

O que é ser um terapeuta comunitário

Um terapeuta comunitário é uma pessoa que quer sarar constantemente das suas neuras, das suas dificuldades pessoais, de, como pessoa deste tempo, homem ou mulher do século XXI, abrir caminho para seus sonhos, suas possibilidades e suas capacidades para ser feliz.

É alguém que aprendeu, de repente ou num processo, que não poderia sarar sozinho, pois que não fora sozinho que adoecesse. Suas dores foram coletivas, embora aninhadas no seu ser individual.

O terapeuta comunitário aprendeu a lembrar de si e lembrar outros de si mesmos. Não como técnica apenas, mas sobre tudo como prazer pessoal, como satisfação de ver o outro crescer no processo mútuo de construção da própria pessoa.

Um terapeuta comunitário é alguém que lembrou das suas raízes, do lugar e da família, do bairro ou da terra, da província ou do estado de origem. O terapeuta, ao lembrar de si, reconstitui a sua história, sue memória, seus afetos, suas lutas, e se torna um motivador da libertação pessoal e coletiva.

O terapeuta comunitário aprendeu que é dando que se recebe. No convívio com os pobres, rompeu barreiras que as socializações posteriores à primária, estabeleceram no seu ser, retomando o contato com a fonte viva da vida. A gratuidade e a generosidade das pessoas do meio popular, sua fé e solidariedade, sua esperança ativa, renovam no terapeuta comunitário a sua própria resiliência.

O terapeuta comunitário rompeu com o autismo universitário, com o egocentrismo intelectualista, com os preconceitos que o isolavam de si mesmo e da vida e das pessoas ao seu redor. Por viver em rede, ele se restitui constantemente à trama da vida. O símbolo da terapia comunitária, a teia da aranha, mostra o trabalho constante do ser humano, terapeuta ou não, por estabelecer conexões vitais em todas as direções. Para dentro e para fora. Consigo, contigo, com o passado, o presente e o futuro. Com Deus, com a terra, com os vizinhos, com as pessoas com que se encontra a qualquer momento e em qualquer lugar. O terapeuta comunitário é um germe do homem e da mulher novos pelos quais trabalharam, sonharam e morreram milhares de pessoas em todos os tempos e em distintos lugares da Terra.

Ele é uma semente de esperança viva e ativa.

E muitas outras coisas que iras descobrindo na tua própria caminhada.

CREO EN DIOS

(Dedicado a Maria Filha)

Creo en Dios
Desde que te conozco
Le sacaste a la vida
Afanes de teología
Juntabas en tus manos
La ternura de una niña
La pureza de un anciano
La vida es el texto sagrado
Dijiste en casa de Lía cierta vez
Cuentas mis cuentas: nada te faltará
En ti se cumple la profecía.
Vi su rostro en tu rostro
Un Jesús más perto
Jesús en tu cara en la rodoviaria de João Pessoa
Te ibas a las Ocas do Indio en misión a que me plegué
Te veo bailante dançante tamborilante
La tentación me visita en la puerta
Sé que debo cuidarme
Cuidarte
Eres tú
Mi dios mais perto
Un dios no teológico
No libresco
Un dios más aquí
Un dios no dios
No dios sino tú
Y
Yo
No dos sino uno
Dos en uno
Como los chicles Adams
Yo y tú
Como decía Martin Buber
Mujer, si puedes tú con dios hablar
Decile que nunca dejé de te amar
Y te amar
Y te amar de novo.

quarta-feira, 8 de abril de 2009

El día y los pájaros

Cuando el día viene, los pajaritos se ponen a cantar. Yo no sé si es que el día viene porque los pajaritos se ponen a cantar, o, al contrario, los pajaritos se ponen a cantar porque viene el día. El hecho es que ambos vienen juntos, el día clareando, y los pájaros cantando.

terça-feira, 7 de abril de 2009

De tristeza e alegria

Não tenho nada contra a tristeza, bem como nada tenho contra a alegria.

Uma e outra convivem em mim alegre, pacificamente. Ora melhor, ora pior.

Uma se alimenta da outra, como o dia da noite, as estações, morte e vida.

Se as vires ou eu as vir, dir-te ão algumas coisas, como as dizem a mim.

João Pessoa, 7/4/2009

quarta-feira, 1 de abril de 2009

Cambios tenues pero decisivos

Era un momento muy importante en su vida. Difícil de definir. ¿Qué había ocurrido? Ayer pensaba: es la obsesión que se ha ido La compulsión, la forzación de barra constante, desde hace tanto tiempo. La violencia interna, el empujarse constantemente hacia esto o hacia lo otro, o contra esto o contra lo otro. De mañana, se despertara y no había ninguna compulsión. Eso era nuevo. Durante el día, la sensación persistió. Algo había cambiado. Era extraño, y de algún modo lo desconcertaba. Su compañera le dijo que no había nada de errado en estar indeciso, eso era normal. No era locura. Ella le preguntara qué es lo que habría cambiado, y hoy, un día después, él mismo se preguntaba. Era algún énfasis, sí. Una especie de exceso de expectativa. Algo se había ido. Una especie de desmesura, talvez podría decir. Hoy ya no lo tenía tan claro. No era la fijación, que persistía, aunque más tenue. Talvez, pensó, no fuera tan importante saber qué es, saber definirlo, sino vivirlo y agradecer. Agradeció. Era la madrugada del dos de abril de dos mil nueve. Talvez fuera paz, pensó. Simplemente paz. Paz y nada más. ¿Sería la insistencia, la repetición o repetencia? Ella continuaba presente, aunque más tenue. El miedo, también persistía, aunque más tenue también. Talvez, pensó, fuese solamente eso, una cuestión de intensidad. No le preocupaban respuestas hechas, ni inmediatas. Ya vendría. Confiaba que sí, que ya vendría, y estaba contento y agradecía. Bom dia.

sexta-feira, 27 de março de 2009

Si tengo que ir a Dios

Si tengo que ir a Dios, y talvez esté volviendo, tendrá que ser por mi camino. Un camino hecho de indecisiones y conflictos, tareas inacabadas y rencores y miedos no procesados. Son casi las seis de la mañana del diecinueve de octubre de dos mil ocho. Una canción toca en la vitrola, los sagüis de la mata que rodea mi casa entonan sus silbidos. Como siempre, el mar arrulla y algún auto atraviesa las horas que separan la noche del día que ya comenzó. No podría enumerar la suma de los pensamientos que pasaron por mi mente desde que me levanté hasta ahora. Soñé con Gita, mi mamá. Hacía tiempo que no soñaba. No recuerdo el sueño, sino vagamente algo azul celeste claro, interacciones, algo que se compensaba o equilibraba. Miro la tela y recuerdo los papeles en que, ayer nomás, escribíamos todos los humanos. Hojas en blanco sacadas de alguna gaveta o cuadernos o libretas o cosas así. Hoy, esta tela sin hilos, recoge las palabras que se dibujan como trazos de sombra entre las luces de los blancos que las dibujan. No son las letras que, antiguamente, de niños, dibujábamos en los cuadernos de caligrafía en los bancos de madera dibujada y lustrada, que tocábamos de mañana y a veces tenían tiza o polvo. Había tinteros en el lado izquierdo del pupitre, que así se llamaban los bancos de las escuelas, con una oreja fija que venía hacia delante, y sobre la cual escribías o leías o dibujabas. No sé si vos lo hacías, pero nosotros sí. Nosotros lo hacíamos así. Hacia Dios, si tengo que ir, y ya te digo, amigo lector o lectora, la aclaración se tornó obligatoria para evitar acusaciones de machismo, chauvinismo u otros ismos no menos ístmicos, si tengo que ir, digo, y talvez esté viniendo como cada uno que respira viene, pues si no, de dónde viene el aire sino del Dios que afuera está al dios interno, si es que así las cosas pueden ser divididas. Así puestas las cosas o así, dicho, como prefieras, la cosa no es tan complicada, o no lo es en absoluto. Y lo repito, pues es para mí que escribo: Si tengo que ir a Dios, y talvez esté volviendo, tendrá que ser por mi camino. Un camino hecho de contradicciones, marchas y contramarchas, imperfecciones, dudas, conflictos. Cosas empezadas y dejadas por la mitad, rencores no trabajados, miedos, todo eso que es vivir. Tentativas de copiar a los demás no haré más, al menos por ahora. Ya traté de imitar a Cristo, Lennon, Gandhi, Guevara, etc, y me di mal. También traté de inspirarme en gente más cerca, como Mamá, María, Marcelo, marche! No me fue mejor. Siempre me quedaba atrás, y descontento, frustrado. Ya traté de padronizar mi camino de distintas formas. Me apegué a Dios de distintas maneras fijas o mutantes, en vano. No soy el Dios de San Francisco ni el de Santa Teresa de Ávila ni el de Santa Teresita del niño Jesús. No el de Sai Baba o George Harrison. Ni el de Ringo Starr o Paul Mc Cartney. No podrían faltar mis hermanos Leo y Arturo. Paro antes de citar mis hijos pues de ellos sí viene algo como una inspiración o guía. Llueve en esta mañana en que se cumple el primer año de la muerte de mamá Gita. Los sentimientos son mezclados. Alegría y tristeza. Perpejidad. Y más que las palabras no consiguen transmitir. Pienso qué haría ella, y a veces viene la lembranza de lo que ella hacía o decía. Otras, apenas sus decires para mí, en particular: VOS NO TENÉS QUE, VOS YA SOS. O VOS SOS.

Vos no tenés que, vos ya sos. O vos sos. Tornar-se e ser (Osho) Tener o ser (Fromm). Conversión o ser. Reconocimiento de lo divino en mí. Ya me fue mal con estas identificaciones. Lo mejor talvez sería dejar a Dios en paz y a mí también, sin Dios y sin pesos teológicos en un vivir que, en sí mismo ya es muy admirable. Fascinante. Despertarse en la mañana y recordar al menos vislumbre de un sueño. Sentir profundo. Respirar. Pararse en el piso. Admirable. Empezar los conflictos: ¿medito o no? ¿Lo hago así o asá? María, Gilvandro, Pádua, el tropel de pensamientos comunes. La lembranza de amaneceres distintos, más solemnes pues cargados de oraciones e invocaciones e himnos. Propósitos densos, inflexibles o inspiradas. Nada de eso hoy, en que los cantos de los pájaros y los silbidos de los sagüis, el arrullo del mar, se entremezclan en una sonoridad a la que se agrega un auto que pasa.

quarta-feira, 25 de março de 2009

La luz viene y la obscuridad no estará más.

Otra vez veré, sí, otra vez veré el sol resplandeciendo o, por lo menos, la claridad del día guiando nuestros pasos. La humanidad toda se levanta y se pone a andar. Unos van a la escuela, otros a cuidar niños a un hospital, otros más, a los distintos lugares de trabajo donde ganan el pan diario. Yo me levanto también, hace años, como tantos y tantas, también a cumplir mi tarea. Como vos, no represento, soy. Así fue cuando era niño, lo fue en mi adolescencia, y lo es ahora, en la edad madura. Ahora digo sí al ejército de paz. Digo sí a la terapia comunitaria, digo sí a Dios, sí al amor, sí a la vida, sí a todo lo que es noble, bueno y justo. Veía Nelson Ned en la televisión, dando testimonio de su conversión. Dejó las drogas, la vacuidad del mundo de la fama y del dinero, para seguir los caminos del Señor. Yo también, Dios, insisto. Trato de seguir tu voluntad en mi vida, desde que me conozco por gente. No siempre lo consigo. Ya me engañé, como Nelson Ned, con argumentos sagaces. Yo sé que no basta querer, decir con la boca yo quiero. Todo el cuerpo, todo el ser, el sentir, el pensar, el hacer, han de ser uno solo. Leía el salmo 51 y también el 4, que él cita. Y el párrafo de Juan en el Evangelio de hoy. María no representa, ella es. Yo soy. Hoy es 23 de marzo de 2009.

terça-feira, 17 de março de 2009

Argentina, 1976 e depois

É um árduo exercício, mas inevitável, todo mês de março, os argentinos se voltarem para os fatos que ocorreram a partir do golpe militar de 24 de março de 1976. A circunstância de que os genocidas que torturaram, seqüestraram e mataram milhares de pessoas no país de Maradona e Gardel, Borges e Mercedes Sosa, fossem argentinos, coloca, de per si, alguns interrogantes. ¿Seriam, de fato, argentinos? Pessoas de bem se perguntam isto. O fato de, comprovados os crimes, não ter havido constituição de um Tribunal Internacional de Justiça para condenar os delinquentes, coloca, também, um desafio. Impunidade gera repetência. Ou, ao menos, estimula a possibilidade da ocorrência de novos fatos do mesmo tipo. Na Argentina, os crimes contra a população civil percorrem difíceis caminhos nos meandros do aparato judicial. A Comissão sobre o Desaparecimento de Pessoas presidida pelo escritor Ernesto Sábato (CONADEP), mapeou as estratégias do terror praticadas pela ditadura. Dirigentes sindicais, jornalistas, militantes socias, ativistas de directos humanos, foram uma parte dos alvos da matança e amedrontamento. Mas o alvo maior, como foi constatado pela OPAS/OMS, era a mayoria da população, a totalidade dos habitantes da República, pessoas comuns como você e eu. O General Ibérico Saint-Jean, governador pela ditadura, da província de Buenos Aires, afirmava: Primeiro vamos acabar com os que são, depois com os que foram, e finalmente, com os que poderiam ser. Os “presumivelmente subversivos”, compreendiam uma ampla gama, que ia das testemunhas de Jeová aos alternativos de distintos matizes: gente “rara” em geral. Os que tivemos a graça de sobrevier à mais vasta operação de amedrontamento coletivo executada pela tropa de ocupação no País do Sul, 33 anos depois do início da mesma, estamos mobilizados para exigir a justiça que nos foi negada, para homenagear nossos mortos e insistir nas bandeiras que nos levaram e ainda nos levam, nos distintos lugares em que tivemos condições de sobreviver, a agradecer às inúmeras pessoas e organizações que, nos anos 76 e depois, estenderam suas mãos solidárias para acolher os fugitivos do regime de terror de Videla, Massera e Agosti. Ainda cantamos, ainda rimos, ainda trabalhamos no dia a dia, por um mundo de mais amor, mais paz, mais justiça, mas fraternidade, mais igualdade, mais respeito às diferenças. Puderam matar muitos dos nossos, mas não mataram, nem nunca poderão matar, a esperanza e a fe nos ideais que nos moveram ontem e nos movem hoje, a lutar por uma Argentina socialista, plural e diversa, libertária e justa. É isto.

Argentina, 1976 e depois

É um árduo exercício, mas inevitável, todo mês de março, os argentinos se voltarem para os fatos que ocorreram a partir do golpe militar de 24 de março de 1976. A circunstância de que os genocidas que torturaram, seqüestraram e mataram milhares de pessoas no país de Maradona e Gardel, Borges e Mercedes Sosa, fossem argentinos, coloca, de per si, alguns interrogantes. ¿Seriam, de fato, argentinos? Pessoas de bem se perguntam isto. O fato de, comprovados os crimes, não ter havido constituição de um Tribunal Internacional de Justiça para condenar os delinquentes, coloca, também, um desafio. Impunidade gera repetência. Ou, ao menos, estimula a possibilidade da ocorrência de novos fatos do mesmo tipo. Na Argentina, os crimes contra a população civil percorrem difíceis caminhos nos meandros do aparato judicial. A Comissão sobre o Desaparecimento de Pessoas presidida pelo escritor Ernesto Sábato (CONADEP), mapeou as estratégias do terror praticadas pela ditadura. Dirigentes sindicais, jornalistas, militantes socias, ativistas de directos humanos, foram uma parte dos alvos da matança e amedrontamento. Mas o alvo maior, como foi constatado pela OPAS/OMS, era a mayoria da população, a totalidade dos habitantes da República, pessoas comuns como você e eu. O General Ibérico Saint-Jean, governador pela ditadura, da província de Buenos Aires, afirmava: Primeiro vamos acabar com os que são, depois com os que foram, e finalmente, com os que poderiam ser. Os “presumivelmente subversivos”, compreendiam uma ampla gama, que ia das testemunhas de Jeová aos alternativos de distintos matizes: gente “rara” em geral. Os que tivemos a graça de sobrevier à mais vasta operação de amedrontamento coletivo executada pela tropa de ocupação no País do Sul, 33 anos depois do início da mesma, estamos mobilizados para exigir a justiça que nos foi negada, para homenagear nossos mortos e insistir nas bandeiras que nos levaram e ainda nos levam, nos distintos lugares em que tivemos condições de sobreviver, a agradecer às inúmeras pessoas e organizações que, nos anos 76 e depois, estenderam suas mãos solidárias para acolher os fugitivos do regime de terror de Videla, Massera e Agosti. Ainda cantamos, ainda rimos, ainda trabalhamos no dia a dia, por um mundo de mais amor, mais paz, mais justiça, mas fraternidade, mais igualdade, mais respeito às diferenças. Puderam matar muitos dos nossos, mas não mataram, nem nunca poderão matar, a esperanza e a fe nos ideais que nos moveram ontem e nos movem hoje, a lutar por uma Argentina socialista, plural e diversa, libertária e justa. É isto.

segunda-feira, 16 de março de 2009

Ya había pensado de todo sobre el problema que lo aquejaba

Ya había pensado de todo sobre el problema que lo aquejaba. ¿Qué hacer con ese molesto deseo? Si satisfecho, más quería. Si reprimido, se vengaba. Se puso un poco de remedio en la parte afectada y, simplemente, se puso a escribir, está escribiendo ahora, esto que ves delante de tus ojos. Escuchaba una canción antigua que nunca hubiera escuchado antes, de esas que están en un CD que nunca abriste. Disrupting the routines of life. El mate se enfría abajo, con boldo y menta, y la voz se eleva desde el piso inferior. Solo por hoy no me preocuparé, solo por hoy, seré grato por las bendiciones que recibo. Pensó en esas bendiciones. María. Deus mais perto. Nunca nadie lo amó así. Nadie, ni su madre. El amor de María o trajera a la vida de nuevo. Recordaba los tiempos vividos, estaban vivos en su corazón, en su memoria. Dios más cerca. La cara de Jesús en el rostro de María. Alder. Las bendiciones que recibo. La red de apoyo psicosocial. Un nombre para designar los seres que amo. Mis hijos, aún distanciados, son amados y me aman, de modos qua no me cabe descifrar hoy. Ya no pensaba qué estado de oración, meditación, servicio, éxtasis, podría o debería alcanzar. Ya lo había alcanzado. En la duda: ¿qué es más fructífero? Servir al desheredado. Servir. Solo el darse transforma.. Su mente vaga en distintas direcciones. Concentración. Centrarse. Mandala. Aquí y ahora. Esto sí, esto no. Elección. Decisión. Voluntad. El tema de 2009. El amor de mis padres, pensó. Los trabajos en que estoy comprometido. La traducción de Barreto y el grupo de Teología de la Liberación del Padre Comblin. Gratuidad. Espontaneidad. ¿Quén leería esto? Era para vos. Leelo. Absorbelo. Dejalo correr. Dejalo que el viento se lo lleve. La música subía desde el piso de abajo. Gratuidad. Espontaneidad. Elección. Decisión. Voluntad. Ya empezaba a repetirse. Tomaría el mate y se dejaría de fastidiar. Irían con María a caminar, a lo de Luzimar, con los infinitos pendejitos sonrientes y juguetones. O a lo de Joselia, a disfrutar de la compañía de la cuñada sonriente. Al final, qué importaba tanto cualquier cosa. ¿No estoy aquí en la escuelita? ¿No es para aprender lecciones? Pensó en el nirvana. Alcanzar la unión con Dios en vida. ¿No es esto? Es. Pues entonces chau. No la hagas tan larga, no sé si te das cuenta. No sé si me explico, no sé si me entiendo. Hoy es 25 de febrero de 2009, ¿te das cuenta?

quinta-feira, 26 de fevereiro de 2009

Quisiera ser Ringo Starr

Si soy un beatle, pensó, si soy Ringo Starr, o George Harrison, o entonces Paul o John, (le embargó la emoción), si soy un betale, entonces miro el cielo estrellado y canto una canción. De mi ametralladora brotan flores, como en Submarino amarillo. Y desde el fondo del mar canto y alegro al mundo con canciones que hacen alegrar a la gente, bailan y cantan también. Esa es mi vida, pensó. Hago la vida posible, como la de aquél gurisito que al escuchar mi canción en el colegio interno, en 1962, supo que él era posible. Supo que mientras hubiera una canción beatle tocando, él podría ser. El tiempo pasó y el niñito fue creciendo (Little Child) y juntando recortes de Los Beatles de las revistas y de los diarios. Hizo un álbum y se imaginaba ser Ringo Starr (I wanna be Ringo Starr). Se dejaba el pelo y usaba camisas para parecerse a Los Beatles. Con su papá fue a ver Help! Y su papá se reía cuando Ringo escapaba de los hindúes que trataban de sacarle el anillo de la diosa Kali. Michelle, my belle, escuchó, y vio a la rubiecita amiga de Jiménez, que le gustaba. O Alicia, de servicio social. Una noche, soñó con George y los cuatro bailando, vestidos de blanco. Cuando mataron a John, juntó todas las revistas que contaban su vida. Tenía una colección de letras de Los Beatles y los Rolling Stones. If I feel, I feel fine. Me siento bien. Si necesitara a alguien, pensó. Si necsitara a alguien, cantaría All you need is love. Veo el cielo estrellado y oigo los grillos. Un auto pasa. La casa es u castillo y soy el único morador. El señor de la casa de Usher. El que acecha en el umbral. El hombre de la camisa Rorschach. El color que cayó del cielo. La tumba. Baby´s in black. Roll over Beethoven.

En construcción

Aguarde.....

Somos peces nadando en el acuario cósmico.

No el agua, sino el aire, nos comunica y nos da la vida, provee el medio para que nos desplacemos de aquí para allá, por todas partes. Hoy no quería levantarme porque me dolía todo el cuerpo. Me acordaba de Cortázar y el Axolotl. Anoche hacía el sumario de mi libro Peregrinando, con prefacio de Gita Lazarte. Está Dios que acecha, cita ella de Borges, en el prefacio. Prefacio, prefacio. Lo que está antes del fascio. No el fascio di combatimento de Mussolini, sino el haz de hojitas que compone un folleto, un cuadernillo, cuya suma hace un libro. Lo escribía para la Editora Contexto. Leyendo los nombres y parte de los contenidos de esos escritos, veía, o mejor dicho, sentía, la continuidad de los parques. La telaraña, o la tela, si preferís, que compone el andar de una persona por esta vida, por este mundo, por este acuario. Ya no hay aquél afán de publicar. Publicas. O que dices resuena en el acuario todo. Otros peces sueltan sus burbujas semejantes a las tuyas, son munditos de aire en el agua. Miras los ojos de Natalia y te ves. Te ves en esos ojos sin anteojos que antes de ojos son burbujas de cristal y de vida, mundos que giran, mandalas que reúnen la vida y el tiempo. Sientes el aire entrar en tus pulmones y sabes que la vida es esto, que el sur es esto, que no hay otra tarea que el vivir y que el mapa está en tus manos. Siempre lo estuvo. O lo sabes o te lo han dicho pero ya es tuyo. Haces camino al andar. Andas por ahí, como un tal Lucas, un tal Der Julius, un tal Adro. Tus pasos van formando caminos o siguiendo caminos y los caminos y los lugares, los encuentros y la gente, construyen mundos que entran en ti o de ti en cada respiración. Hasta lo abominable, lo odioso, lo odioso, lo enfermizo, lo que quisieras olvidar, entra y sale de ti, hasta que se va y no vuelve más. Un día lo dejas ir y las burbujas o llevan bien lejos de ti y eres niño otra vez. Otra vez. Niño. En el acuario municipal de Mendoza. Tan lejos Mendoza. ¿Lejos? Mendoza está aquí. Mendoza es esto. Yo soy Mendoza. Nada de mí fuera de mí. Sabes que no hay muerte. Lo sabías de chico. Solo vida. Todo es vida, hasta la muerte, que quisieron poner contra la vida, como si fuera su negación. Algún pez para de nadar alguna hora, o sus aletas dejan de moverse, o ya no te mira con sus ojos redondos de mundos que giran y mandalas que te llevan al punto inicial y todo comienza otra vez. Recomienzo. Ya empiezas a repetirte pero sabes que no hay repetición, apenas continuidad. Los grillos cantan rítmicamente esta madrugada. Enseguida vendrá el día y otra vez el milagro. Verte en ella. Verla a María. La miras y algo en ti para. Es como un sueño de adolescente o de niño. Una novia para todos los momentos, la compañera, el amor de tu vida. Todo lo que soñaste y más. Un sueño vivo. Anda por ahí, como los otros Axolotl. Ser Cortázar para hacer un cuento de esto. Cortázar, Lazarte, Foa, Fortaleza. E. Adónde querés llegar con todo esto? No hay adónde llegar, hay haber llegado, ya llegué, ya llegamos, nunca nos fimos de aquí. Estamos en la vitrina mojada, transparente, translúcida del acuario Municipal de Mendoza y mamá está a tu lado y nos miramos y la vida continúa, continuará, siempre continuó y continuará, no hay como detenerla. La vida es la vida. Es todo lo que es. Bueno, ya me voy yendo, hasta otra vez. Hasta la vista. Gis la revido, como dice papá. Até, comodísimos aquí. Bye bye, como dicen los yankis. Arrivederci, como dice Vagneide. Tomo agua y el agua de adentro y el agua de afuera me devuelven la sensación acuática del comienzo de estas líneas. De modo, querido lector, lectora, no has perdido el tiempo. Miras tus ojos en este vidrio y te ves. Te vas. Me fui. Chau.

domingo, 22 de fevereiro de 2009

Los libros

Los libros no son solo conocimiento acumulado, saber explicitado o compartido, visiones de mundo, y cosas así. Lo que voy a decir talvez sea para ti, querido leitor o lectora, una verdad de Perogrullo: Los libros son compañeros, compañías, sentimientos. Estoy con uno aquí cerca de la pantalla del computador, que ahora llaman tela, aunque no tenga hilos, comunica, conecta, teje. Es Marx (Os Pensadores). Hace un ratito, hojeaba unos libro s de Alder Calado, Fios do cotidiano de quem tece Solit(d)ario, Ensayos de Un aprendiz, que es como un diario. Hojeaba también de Ira Progoff, The Well and the Catedral, un libro de meditación. Veía Dom Fragoso profeta dos pobres, de Luiz Gonzaga y compãnía, y un librito que mis padres me dieron, de Einstein: Así lo veo yo, o así veo el mundo. No recuerdo bien el título, pero sí el contenido, y su impacto en mí. Muchos libros hay que cambian a la gente. Registro algunos: La caída de la casa de Usher, de Edgar Allan Poe, el cuento indeleble del autor de Ligeia, Berenice, El escarabajo de oro, Historias Extraordinarias. Ayer le comentaba a María, mi mujer, que cada vez que leo el cuento sobre la Caída de la Casa Usher, veo lo mismo, siento lo mismo, es lo mismo. Una película, decíamos, es cerrada, es lo que está ahí. El libro lo hacés vos, es construcción conjunta. No podría citar los libros que me han hecho, los que me hacen lo que soy. Es puxar um fio, que viene toda la biblioteca. La Biblioteca Universal de Borges, las Historias de Cronopios y de Famas, de Cortázar, En las montañas de la locura, de Howard Phillips Lovecraft, Homo Gestalt, de Sturgeon, El arva de Noé, la señora del espino blanco, y mientas escribo la lista infinita clama: Martín Fierro, la Biblia, el manifiesto comunista, eu e tu, de buber, y ya no hay tiempo para poner mayúsculas ni distinguir o mencionas autores y títulos, y menos editoras o lugares de publicación. Ediouro, Adcea, Civilização Brasileira, Abril, Larousse, dibujan sus nombres en la memoria y de pronto descubres el Libro de Rolando juntando todas las páginas y ves los rostros todos de los seres todos y los lugares todos que has visto en tu vida y es un pergamino contínuo que se extiende a todo alrededor tuyo y el computador y las teclas y María allá abajo lavando la loza y mamá en el recuerdo y papá leyendo esto y vos leyendo esto es una sola tela.

sexta-feira, 20 de fevereiro de 2009

Llovía. De mañana, escuchaba Rain, como lo hiciera ayer.

Saliendo del garage, viera las gotitas de lluvia en las hojas de la enredadera. El olor de la tierra mojada. La calle reluciente. Mara llegando bajo la lluvia. When the rain comes, they run and hide their heads, escuchó. Yo te mostraré que si llueve o hace sol, es buen tiempo. En el Mestrado, Edlene presentando su tesis. La terapia comunitaria en Pedras do Fogo. Tanta vida. Tanta poesía. ¿Cómo transcribir sin traicionar? ¿Cómo transmitir sin distorsionar? ¿Será que cada escritor escribe lo que quiere? That when it rains and shines, there´s just a state of mind, cantan Los Beatles. El marido de Edlene le declaró su amor en la misma sala de clases en que descubrí que te amaba, en 1990. El ruido de la sierra de al lado. El pasar de los autos en la calle. Marina. Edlene. Marcia Rique. Maria Filha. Adalberto. La tela se extendía hasta el infinito. Era el veinte de febrero de 2009. Llovía adentro y afuera. Recordaba los tiempos dolidos, las flores nacidas de la tormenta, y todas eran. ¿Quién es una persona si no nació de una tormenta, de una borrasca, de un vendaval? Resiliencia. Pero ya te estás poniendo pesado. I can show you... la lluvia se iba yendo, y vos también.

segunda-feira, 16 de fevereiro de 2009

Hey Jude

Esta mañana escuchaba Hey Jude. Leía la letra: Hey Jude, don´t make it bad, Take a sad song and make it better, Remember to let her into your Heart, Then you can start to make it better.

Enseguida oigo Revolution: You say you want a revolution, well, you know… We all want to change the World, But when you talk about destruction…You must to free your mind instead.

La mente paraba, era como si hubiera llegado a un remanso. Recordaba vos cantando Hey Jude. Un niño llorando. Ya pasó, Menino. Nosotros te amamos.

El sonido se iba llevando la tristeza. No que hubiera algo de malo con ella. Es que se iba yendo nomás, como una lluvia que pasa. Thank you, Girl.

domingo, 15 de fevereiro de 2009

Aunque no lo sea, siento orgullo de ser brasileño.

Aunque no lo sea, siento orgullo de ser brasileño. Llegué a este país cuando el mío, la Argentina, se hundía en un baño de sangre. Dios sabe hasta que punto ese dolor vive en cada uno de los sobrevivientes. También es cierto que del lado de acá de la frontera, descubrí, y descubro cada día, afinidades que me llevaron y me llevan, me llevarán más allá, más aún, hasta lo más hondo de mi ser, de la realidad profunda, de mi destino argentino, latino, nordestino. Cuando escucho canciones del lado de acá de la frontera, me reconozco, reconozco mi vida, mi venida, mi llegada, mi estada, mi deambular, mi esperanza insistente, mi golpear puertas, mi fuerza, mi recibir gestos amigos, gestos solidarios, amor, cariño, que no olvidaré. Hoy siento haber transpuesto la línea del tiempo. La vida que vivo es más que vida, es sobrevida. La gente que veo, es un milagro, son milagros ambulantes, milagros como yo, milagros como todo lo que me rodea, como es el existir, como es esto que está aquí, como sos vos que me leés. Hoy pasé el domingo entre la playa y Mangabeira, donde viven mis suegros, seu Chico y dona Marieta, Matheus, Mara, Romero. Dos mundos, de Cabo Branco, la parte pobre, a Cidade Verde, la parte verde, abierta. Mientras estaba en la casa de mis suegros, un viaje en el tiempo. Una canción me trajo de vuelta. Sigo viniendo. Vengo cada vez más. O talvez ya haya vuelto, no sé. Sé que esto es maravilloso, es más de lo que nunca soñé, o es todo lo que soñé y la yapa. No tengo nada de que hacer propaganda, ningún panfleto, nada para vender, nada de que convencerte. Apenas compartir, compartir estas cosas, esta alegría, este asombro que un buen poeta pondría en cuatro frases, o en una, o en una palabra. Talvez la tengas en la punta de la lengua. Talvez la sepas, la sepamos los dos. Hoy es domingo, se casa Peringo con una mujer que barre la casa con un alfiler. Hay un documento que dice ser este escribiente, brasileño, y no lo niego. Soy un brasitino, un argentero, un brargentino, como en un tiempo me gustaba decir. Ya los grillos cantan, como siempre cantaron y seguirán cantando, mucho después que estas letras hayan seguido viajes inesperados a través de la memoria de los tiempos. Ya el sueño se anuncia, el jugo de cajú espera, la televisión murmura alguna cosa, y me voy a dormir. Chau, que te vaya bien. Que te pise un tren y te deje chato como una sartén.

Esta mañana pensaba en San Francisco

Los pajaritos cantaban y yo acompañaba su canto. Parecía que el tiempo se había detenido. En algún lugar estás tú, padre Francisco.
Hijo de Bernardone. Hermano Ovejuela. ¿Qué podría decir de ti, padre Francisco?
¿Qué, que no haya ya sido dicho? Los jóvenes franciscanos en retiro en el Sitio São José. El padre Comblin. Alder Julio. María. Papá. Vivir el presente. Mamá.
O todo es sagrado o nada es. Respiré hondo. Terminamos el desayuno. Llovía.
Hay libros que nos callan. Hay seres que nos silencian. ¿Qué podría decir de ti, padre Francisco? Las florecillas, que conocí por mi padre. La porciúncula, que conocí en Asís. Nada que dijera, diría algo de ti. Solo los pájaros. Solo la lluvia, que amaste con ternura, andando con el hermano León por los caminos de Umbría. Y la hermana Clara. Celano. Capello. Espejo de perfección. Las llagas. El monte Alvernia. Tu madre, Francesco. Mamina. Todo volvía. Era el domingo 15 de febrero de 2009.

Este es el tiempo (Ten years after - Diez años después)

Ese día, sentado al piano silencioso, escribía, volviendo de la playa. Hiciera ejercicios con su novia, miraran el jardín, se amaran uno al otro, admirando la belleza recíproca. Desayunaran en la sala de abajo, en la mesa mandálica. El mar los recibiera. Cosa rara, ella se bañara. El mar la llevaba como en arrullo. Se veía bonita. El cuerpo delineado en el aire, conteniéndolo todo. El olor de las flores en el camino a casa, los envolvería. En el trayecto, una caja de son caída. ¿Adónde habrían ido los acordes? Llevaría el auto al taller, mañana. Hoy estaba aquí, tecleando para nadie, para vos, si te atreviste a ver detrás de las paredes que ayer te has levantado. El sol brillaba como hacía muchos días no lo hiciera, escondido en la lluvia y las nubes. La lluvia y las nubes dejaran un agujero. Los pájaros cantaban. No estás solo, escuchó. La enredadera azul. El florero de Nina. Mamá. Un día como éste, pensó, estaría en el parque, con Carolina. O llevando Natalia a peteco. O Leo en los hombros, a cococho. O yendo con el Toty a comprar pipoca. Pero el tiempo era ahora. Esa pasionaria. La veía siempre. Pasiflora. No te pongas teológico. Basta la vida. Esto ya es bastante. Respirar ya es bastante. Estar vivo ya es mucho. ¿No te parece? Este es el tiempo. Ahora. Ya.

segunda-feira, 26 de janeiro de 2009

A escrivaninha de seu Chico - El escritorio de don Francisco

Francisco Pires Fereira e Rolando Lazarte, autor deste texto, entrelaçam histórias. Marceneiro um, terapeuta comunitário e escritor o outro, a cessão de uma escrivaninha feita a mão pelo primeiro, deslancha novamente o processo criativo do segundo.

Seu Chico cedeu-me uma escrivaninha que ele mesmo fez. Ele e dona Marieta carregaram o móvel até ajeitá-lo no portamalas do meu carro. Ele tem mais de 80 anos. Lavrador de Conceição, pai de Maria, minha mulher, portador de muitas histórias, cedeu-me a peça feita pelas suas próprias mãos, marceneiro, a mim, sociólogo e escritor, eras depois nascido, aqui, na frente do computador, às minhas costas, a escrivaninha de seu Chico me faz companhia.

Fazia tempos que não escrevia nada, mas hoje, depois de saber que o móvel feito a mão pelo meu sogro, viria me sevir para exercitar meu ofício, aqui estou, outra vez. Não é um caderno, não é uma caderneta, não são folhas de papel, mas são folhas de qualquer modo, algum tipo de folhas que poderás, passageiro do ônibus que esperas no ponto, saborear ao teu bel prazer ou, pelo contrário, deixá-las ir no vento. Isto me é indistinto, pois, saídas da pena do escritor, todas as folhas são do vento.

Seu Chico chegou em João Pessoa em 1979. Um dos seus primeiros trabalhos, quando morava na rua Riachuelo, foi de marceneiro. Até hoje, seu olhar se ilumina de alegria, ao contar dos seus primeiros passos na grande cidade, com Tizé, com quem pintavam casas no Bessa. Joselia, uma das suas filhas, mora no Bessa. Outra, Luzimar, o faz, com um sem número de pequenininhos, na casa da rua Riachuelo onde seu Chico começou a vida na cidade.

Luzimar trabalha de costureira nas horas vagas, como dona Marieta o fizera em Conceição, depois de saírem do sítio Maria Soares, onde Maria nasceu. Era um tempo de alegria, dos meninos ajudarem o pai, que fazia moldes para rapadura. Maria levava comida pros trabalhadores no sítio, trabalhava na colheita do algodão. Era um tempo de alegria. O pai de dona Marieta foi morto por causa da posse da terra. Maria não chegou a conhecê-lo. Hoje moram ambos, dona Marieta e seu Chico, na Cidade Verde, em Mangabeira, em frente de um cajuzal onde Romero, meu cunhado, e Mara, sua mulher, colhem frutas que partilham.

Matheus, filho de Mara, sorri no seu sorriso maroto. Marayara, sua irmã, é bem bonita, e ajuda a mãe nos afazeres domésticos. Gilvandro, o marido de Josélia, é construtor, como Arturo fora, só que de casas de menor padrão do que as que Arturo fizera com os planos de Gita. Somente com 20 anos, é que seu Chico foi usar sapatos. É católico fervoroso. Hoje, quando fui pegar a escrivaninha na sua casa, tinha um rosário enrolado encima de uma das cadeiras que hoje estão comigo.

Hoje carreguei terra para dentro de casa. Acompanhamos o casal ao banco, para receberem seus proventos de aposentadoria. Depois fomos para o supermercado, onde algumas compras foram feitas, como leite, bolachas, etc.

De tarde, compramos alguns móveis na rua da República, sabor a tempo. Maria reencontrou um buffet que virá para a sala da minha casa. Será uma casa de verdade.

E eu, com a escrivaninha de seu Chico às minhas costas, também serei (ou já ou) um escritor de verdade. Para não ser dito que não me prezo, que estou com baixa autoestima, ou coisas assim, direi apenas que, com escrivaninha em casa, sinto ser um escritor de verdade, com todas as letras.

Marcadores: Escrivaninha; produção de textos; contexto; Brasil rural; mudança de hábito; el ámbito interno; histórias (contadores de); recordadores de historias (los terapautas comunitarios).

quarta-feira, 21 de janeiro de 2009

Tive uma relação conflitiva com a Igreja posconciliar, a do Vaticano II.

Esta aclaração redundante se faz necessária, uma vez que estou falando para mim mesmo. Busco, nestas linhas, tratar de entender melhor o que a leitura do livro do Padre José Comblin, “A Profecia na Igreja, da Editora Paulus,” despertou em mim.

Esta ressonância será parcial, creio, como toda tentativa de qualquer coisa. A aceitação da incompletude, base da pedagogia de Paulo Freire, começa a fazer parte da minha vida . Criado numa família de três irmãos, pai médico e mãe dona de casa (arquiteta, educadora, escritora, mística), recebi em casa os fundamentos da espiritualidade.

Uma estatueta de Cristo Jesús apontando com o dedo para o coração, que para mim era o próprio Cristo, de quem pouco sabia. Mamãe nos lia histórias bíblicas e da vida de Jesus. “La señora del espino blanco”, falava da vida de Maria, mãe de Deus. Uma outra, relatava as peripécias de Noé às voltas com o Dilúvio. Meus pais foram, como eu fui, da seita (como os católicos a chamavam) dos Cavalheiros Americanos do Fogo, em Mendoza, oeste da Argentina. Província conservadora ao pé da cordilheira dos Andes, na escola a pergunta pela religião era inevitável. Diga que és deísta, dizia papai quando eu lhe manifestava as minhas apreensões frente à alternativa de mentir ou dizer a verdade frente à pergunta: Ès católico? ou qual é a tua religião?.

Os evangélicos eram escanteados, e nem pensar nas outras religiões. A minha, eu me negava a qualificar como seita, termo despectivo. Sempre gostei das ordens esotéricas: Rosacruzes, onde aprendi muito do Cristo real, a pessoa humana de Jesus, coisa que aprendi mais tarde também na leitura, num retiro espiritual em Pedra Azul, Espírito Santo, no livro “Cristo e os essênios”, se é que estou bem lembrado do nome. Edouard Schuré, dos “Grandes Iniciados,” bem como Khalil Gibran , Nikos Kazantzakis, e San Francisco de Assis, me levavam para outro Cristo. Um Cristo mais humano, mais perto. Assim também, Chico Xavier e os espíritas de Kardek ou os irmãos da Legião da Boa Vontade.

Ramakrishna, o santo indiano que vivenciou Cristo em si mesmo, em experiência relatada por Romain Rolland no “E evangelho de Ramakrishna”, de Editorial Kier, marcou minha adolescência. Brahmananda, Yogananda, Blavatsky, Bessant, Romain Rolland, Krishnamurti, Leadbeater. O corpo etéreo, A aura astral, Aos pés do mestre. Assim falava Zarathustra, de Nietzsche, na contracorrente. Aliás, a corrente do contra sempre me seduziu. Vivi em meio a correntes opostas. “Papai pra um lado, mamãe para outro,” parecia-me ser a realidade em casa. Como o São Francisco de Assis na biografia de Kazantzakis, parecia-me viver num mundo dilacerado por forças contrárias, em mim e no mundo exterior mais próximo. Aprenderia, muito mais tarde, que aquilo que via no externo, era reflexo do interno. A Ânsia de libertação e o apego ao passado, a ressurreição de Hes e a Dama Negra, o estandarte e o abismo, a razão e a intuição, fé e política.

E, nos anos 1960, na Argentina dos governos marionete que sucederam ao golpe que derrubou Perón em 1955, um fato viria mudar a minha vida: o golpe militar de 1966. O presidente Illia expulso aos empurrões da casa Rosada. Eu estudava no Liceo Agrícola y Enológico Domingo Faustino Sarmiento, em San José, Guaymallén. No dia 28 de junho, não entramos em sala de aula, e fomos ao centro da cidade protestar. Eu tinha 13 anos. Estudantes universitários e outras pessoas se juntaram ao protesto, bem como os secundaristas do Colégio Nacional Agustín Álvarez e os companheiros da Universidad Tecnológica Nacional.

Em 1969 , ano da chegada do homem à lua, ingressei na Sagrada Ordem dos Cavalheiros Americanos do Fogo, fundada por Santiago Bovisio, chamado “Dom Santiago.” Numa forte cisão entre vida material (mundana) e espiritual (o comportamento definido e vigiado pelos superiores, numa relação de obediência), aprendi a deixar de ir aos bailes e festas, bebidas ou sexo nem pensar. Sentia-me sapo de outro poço entre meus colegas de idade e de escola, na rua, em qualquer lugar.

Em 1970, a onda hippie e da contracultura arrefecia, os grupos de Hijos de Dios de Mo, bem como os mórmons, testemunhas de Jeová, Adventistas e Evangélicos em geral, disputavam as atenções deste jovem já de seus 17 anos, que queria começar a namorar e a ser parte do mundo normal, depois de 4 anos de reclusão no internato dos bovisianos em Córdoba.

Não era fácil. A militância, o trabalho o estudo, as guitarreadas, as reuniões espirituais, a mobilização social, foram outras tantas tentativas do ETzinho se sentir parte do mundo, da vida, da gente, da humanidade.

Em 1972, o mendozazo. Já na época, chamavam minha atenção os Sacerdotes del Tercer Mundo, que publicavam na revista “Cristianismo y Revolución” de García Ellorrio. Eu era estudante de sociologia na época, e o conflito revolução interior-social estava na ordem do dia. Eles pareciam juntar as coisas. Seduzia-me, mas me dava má espinha, como se diz em castelhano: me daba mala espina. Suspeitava dessa Igreja guerrilheira que colava cartazes de um Cristo com metralhadora da OSPAAL pelas ruas de Mendoza. Rolando Concatti e o pessoal freireano, Ezequiel Ander-Egg, as meninas de Oikia, Daniel, Luciano, Carmelo Cortese, vinham com essa perspectiva, que incorporamos no novo curriculum da carreira de sociologia, que durou até 1974, no retrocesso da missão Ivanissevich.

Em 1977, após a expulsão da universidade, num clima de desolação, sem amigos, com medo (todo mundo tinha, não só eu), no segundo ano da ditadura de Videla, fiz o exército. Expulso da acsa de altos estudos como subversivo, nem percebia o alcance da acusação. Era um elogio. Mas os subversivos eram mortos. Meu Cristo interior unia-se à Divina Mãe, adorada em Cafh. Eram um só e me guiavam. No exéricto, em Puente del Inca, orávamos de manhã com Darío Martinez, Rubén Dallapé e Hugo Cabezas.

Mas voltando à vaca fria: pensava que a Igreja de esquerda era como os Montoneros, algo estranho. Cheirava mal. Igreja, na minha visão, era exploração, ditadura, genocídio. Os bispos ao lado dos algozes. Caggiano ao lado de Onganía, o golpista de 1966. Um outro prelado, ao lado de Massera e cia., em 1976. É certo que havia os metodistas, o pessoal do ACNUR, que socorria os exilados chilenos fugindo de Pinochet.

Mas na minha mente tudo estava confuso. Weber me aclararia depois, já no Brasil, em São Paulo e João Pessoa. Mas Comblin me aclara mais. E o silêncio em que suas palavras me deixam, merece ficar ali. Sei que tenho muito a aprender. E se estas palavras soam a mea culpa, não faz mal. Talvez seja. Talvez seja necessário um mea culpa para começar uma nova caminhada, ou perceber que nunca se saiu dela, que a confusão é apenas mental. Hoje trabalho como terapeuta comunitário e na tradução do livro de Adalberto Barreto (“Terapia Comunitária passo a passo”), e nesta tarefa e convívio, nesta colaboração em que me reconstruo junto com tanta gente do Brasil e da América Latina, se refaz a minha história, a história que me tocou viver. Ainda há confusões, mas a luz se aproxima.

Este ano a Terapia Comunitária chega à Argentina. Já está em andamento no Uruguay, vai pra Venezuela, e sei que nesta missão de paz e de fraternidade, de amor e de confiança, de esperança e alegria, um Cristo que nos anima a todos e a todas, alguém que nas páginas e no sentir, na clara expressão e na profundidade profética do livro do Pe. Comblin, escolheu os pobres, por causa da gratuidade, da ética do não dinheiro, da solidariedade. Pode ser que não entenda muito ainda desta Igreja que desconheci, que admirei e invejei, da qual desconfiei pensando se tratar de mais uma estratégia de dominação da velha instituição queimadora de hereges e aliada dos poderosos. Hoje sei que é outra Igreja, uma que cava na contracorrente e trabalha por Aquilo que não morre.

Não há palavras conclusivas para este breve relato. A marcha está apenas começando, ou, talvez, nunca parou. É a eterna caminhada da humanidade em busca de si mesma.