quinta-feira, 30 de janeiro de 2014

Amaneciendo

Esta mañana de jueves en Mendoza, pensó. Al ver las palabras apareciendo en el blanco de la hoja, alguna cosa en él se empezó a organizar. El estar aquí empezaba, de a poco, a fluir de una manera que al mismo tiempo le era nueva y familiar. Lo poético, verdaderamente, es más que una forma de expresión: es una forma de ser y de estar en el mundo, como escribe Graciela Maturo. El despertar es el descubrirse sueño real, sueño que sueña no soñar, como dice Jorge Luis Borges. Un día se continúa en el otro. Ayer a la tarde, caminar por las calles de Mendoza como si fuera agua bajando, como las acequias. Esta sensación antigua vino sin buscarla. Estaba allí, pero dónde, cómo, como dice Julio Cortázar. Y ver las miradas de las pibas que te miran y que miras. El rompecabezas se sigue formando. En João Pessoa ya debe haber amanecido.

terça-feira, 14 de janeiro de 2014

Presente

En vez de prestarle tanta atención a ¨de donde vengo¨o ¨quién soy¨, puedo prestarle atención a lo que está aquí, a esto que está aquí ahora. El cambio de foco, me trae vislumbres claros de quién soy, pero no de un modo intelectual o conceptual, sino vivencial, experimental. En la medida en que mi atención se focaliza en el presente, en lo que está aquí, el presente se hace pleno, se llena de contenidos que son mi experiencia pasada, convergiendo en este punto. Uno gana, entonces, una sensación de estar pisando en la tierra, de estar vivendo aqui la eternidad, ya que cada pequena cosa de mi vida cotidiana, está como si dijéramos, anidada en la totalidad de mi existir. Todas estas cosas son fáciles de comprobar, si uno, repito, trata de prestarle atención al momento actual. Esto organiza la vivencia y la experiencia, dándole solidez.

segunda-feira, 6 de janeiro de 2014

Lendo

Não poderias levar todos os teus livros contigo. Não, ao menos, do modo como gostarias de os levar: um a um, pedaços que são, da tua existência, da tua casa, essa casa que aprendeste a habitar, a ser, desde pequeno. Levarias teus livros, então, de outro modo. A sensação de vê-los te traz de volta as horas intermináveis passadas na sua companhia. As longas noites de vigília. As tardes em que o sol ou a chuva.

sábado, 4 de janeiro de 2014

Lugares

Creio que todos necessitamos de um lugar. Isto, não no sentido físico corrente, de uma casa, um quarto, etc, e sim, naquele outro sentido, não menos válido, do poeta, do artista. Um lugar, neste caso, é algo que, embora também seja físico, tem uma outra qualidade, que poderíamos chamar de espiritual. Refiro-me ao lugar que somos capazes de habitar com nosso ser inteiro. O lugar que podemos vir a ter dentro de nós mesmos e no mundo. São lugares pessoais e sociais.

Agora, em particular, gostaria de me referir àquele lugar que nos pertence enquanto seres de cultura, pessoas que somos capazes de criar o belo, e dele nos alimentar. O lado poético da existência. E não adianta alguém dizer que poesia é para os poetas. Poesia é para quem tem sensibilidade para a beleza. E isto quase todo mundo tem, ou deveria ter.

Quando sou capaz de me situar nesse lugar, estou bem, estou em paz. Esse lugar, para mim, é o livro, é a página impressa ou a página escrita à mão. E são também as cores, as telas, os papéis para pintar. São também lugares sociais, lugares nas redes, nas tramas relacionais. Tudo está unido. Meu lugar pessoal, foi construído em relação com outras pessoas, meu lugar contém todos os passos da minha caminhada.

Meu lugar específico, dizia, é uma tela. Um papel telado. Pode ser a tela onde pinto, ou a folha onde escrevo. Esse tecido, é o tecido do universo, são os fios da criação, que se estendem em todas as direções, e pelos quais tudo está integrado. Quando pinto ou quando escrevo, as pinturas que pintei e os textos que escrevi, fazem parte dessa estrutura, desse tecido universal.

E eu enquanto autor dessas figuras ou linhas, enquanto alguém que colhe ou costura os fios dessa estrutura real que conforma tudo que existe, vou me fazendo e me desfazendo ao escrever e ao pintar. Isto não me impede de ter, como todo mundo, as dores que permeiam as vidas particulares de cada ser humano. As nossas vidas estão também tecidas, e muito frequentemente, por dores com as quais temos que conviver.

Lembro de um lavrador de uma comunidade quilombola em Gurugi, Paraíba, que em uma reunião de Terapia Comunitária Integrativa, disse que ele ia trabalhar com as suas dores. E dizia isto sorrindo. As dores não nos impedem de trabalhar, de fazer o que quer que tenhamos que fazer. Vamos com elas. Mas o fato de estarmos conscientes do nosso pertencimento à trama da vida, ao tecido que nos contém e nos perfaz, dá uma sensação muito consoladora, nos conforta e nos da forças.

Podemos ver o nosso ser e estar aqui agora, como uma continuação de toda a nossa caminhada existencial. Todo o nosso ontem e este agora, ficam sendo uma coisa só. Às vezes nos amedronta o desconhecido, tememos não dar conta do que possa estar nos esperando nos dias que virão. Mas a sensação de sermos parte do tecido total da existência, nos faz saber, caladamente, que tudo correrá bem. Não importa o que quer que venha a ocorrer, saberemos enfrentar, como no passado.

quarta-feira, 1 de janeiro de 2014

Buscando paz

Cuando cumplí 18 años, recibí de mi padre un libro muy pequeño, de gran sabiduría, que me acompaña hasta hoy: La imitación de Cristo. Hoy evoco este hecho, pues las palabras de este librito siguen siendo una ayuda muy grande en mis intentos por alcanzar la paz. Una de las reflexiones contenidas en esta obra, dice que hay muchos que dicen querer alcanzar la paz, pero no tratan de seguir los pasos que a ella conducen.

Una primera contradicción, surge en mi corazón cuando albergo resentimientos contra otras personas. No se trata de amar a quien me ha hecho mal, sino tratar de comprender. Si trato de comprender el contexto en el que se encuentra o se encontró quien me hace o me hizo daño, surge una posibilidad de paz. Puedo entonces en vez de condenar, entender. Entender no es justificar. Es apenas soltar las amarras que el odio o el resentimiento establecen.

El libro tiene un espíritu que va mucho más allá de estas reflexiones que ahora comparto. Hay algo en la profunda fe y devoción, en la sabiduría que impregna sus páginas, que sigue siendo para mí una fuente de agua viva, un verdadeiro manantial de fuerza y luz en las horas difíciles, cuando es necesario buscar un apoyo que nos ayude a caminar. Creo que hay un tiempo para todo. Sí, verdaderamente existe un tiempo para todas las cosas debajo del sol, como dice el Eclesiastés.

En este momento, estoy tratando de referirme a algunas cosas que me han ayudado y siguen ayudándome a acercarme a la paz. A estar en paz, a vivir en paz. Una de estas cosas es el respeto a mi propia naturaleza, el diálogo profundo y sincero conmigo mismo. Cuando me acepto como soy, cuando actúo desde mi ser más profundo, está todo bien. Esto no es automático, muchas veces no sé como debería actuar.

Entonces ensayo dejarme llevar. Y esto muchas veces da resultado. Si no sé como actuar y me dejo llevar, algo me va poniendo en el lugar donde debo estar. Claro que no dejo de orar y de tratar de discernir, pero también dejo que la vida me vaya llevando. También trato de aconsejarme con aquellas personas con quienes estoy unido por una afinidad profunda, por los lazos del amor y del trabajo en común, sea en el ámbito familiar o en el comunitario. Entonces puedo ver otros ángulos de la situación.

Puedo ver las cosas en perspectiva. Puedo darme cuenta de que aunque no tenga las cosas del todo claras, en el pasado y también hoy, hay algo en mí que siempre supo y sigue sabendo todo, y ese algo, es la presencia de Dios, del Espíritu, la sabiduría de la experiencia, como podamos llamar a aquello en nosotros mismos, que siempre sabe lo que hay que hacer. Entonces puede surgir una confianza como en otros tiempos, una ausencia de miedo, una certeza del triunfo final.