Querría
escribir alguna cosa. Cosas banales, triviales, si se quiere. Tal vez
no tanto, pues se trata de cosas del corazón. Pensaba en cómo se
había ido armando mi camino de vuelta. Vuelta a Mendoza. Vuelta a
Argentina. Vuelta a mí mismo. Vuelta a mí mismo. De esto creo que
se trata. También volveré a João
Pessoa. Volveré a Brasil y a la Paraíba. Seguiré volviendo. De
esto es lo que creo que se trata. Ayer me emocionó mucho todo esto.
Ví cuánta gente querida, amigos y familiares, han puesto su granito
de arena para que esto ocurriera y siga ocurriendo. Gente que se ha
acercado con su corazón, con su propia historia de vida. Han ido
contribuyendo para que se creara un espacio acogedor. De esto se
trata la Terapia
Comunitaria Integrativa. La familia. Los amigos. La fe. Recordaba
todas estas personas, esta sucesión de momentos, y me daba una
emoción profunda en el pecho. Lloré. Lloré de alegría y de
emoción. Sentí el piso bajo mis pies. Seguridad. Tranquilidad. La
tierra. Sentí mi historia, continuada, florecida. Respiré hondo
ayer y respiro hondo ahora. Cómo se fue juntado el pasado y el
presente. Se fue juntando el ayer y el ahora. Un pasado doloroso
muchas veces, y unas pepitas de oro, unos hilos de luz, no sé cómo
llamarlos. La alegría y la tristeza. Las lágrimas y la risa. Apuré
el paso ayer, mientras andaba por las veredas. Apuré el paso y sentí
una alegría profunda. Agradecimiento. Gracias. Gracias.
Infinitamente gracias.
O sonho de todo escritor, mesmo menino, ou, sobre tudo, menino, é o de escrever. Escrever num jornal. Ter seu próprio jornal. Engatinhando ainda nas ferramentas e no layout dste blog, aqui está a minha tentativa.
sexta-feira, 24 de julho de 2015
quarta-feira, 22 de julho de 2015
El mensaje de Jesús, para Comblin
A
veces pienso que podría querer llegar a escribir algo sobre el Padre
José Comblin. Ciertamente vienen muchas memorias en esos momentos.
Pero sobre todo, una frase, que no sé si es de
O Caminho. Ensaio sobre o seguimento de Jesus,
o bien de A
profecia na Igreja.
En todo caso, es ésta: “El mensaje de Jesús es simple, pero esta
simplicidad está para nosotros como la ciudad en la cumbre de la
montaña. Nos movemos como si la fuéramos a alcanzar, sabiendo que
tal vez nunca lleguemos allá.”
Esta mañana recordé esta frase,
como muchas otras veces. Pero de alguna manera, parece que en esta
oportunidad, la ficha cayó. Ciertamente recuerdo muchas otras cosas
de Comblin, su sueño de una Iglesia pobre volcada hacia los pobres.
El pluralismo del mundo actual, en el cual vivimos, que él siempre
enfatizaba. Su simplicidad. Esa su manera de decirnos cosas muchas
veces solamente con su mirada, o con un humor muy suyo, que nos
tocaba.
Ahora pienso que esa simplicidad del mensaje de Jesús a la
cual él se refería, es de hecho algo para alcanzar. Algo a lo cual
me dirijo, pensando que un día voy a llegar. Y también me queda
claro que este intento de mi parte, no me disocia en absoluto de mi
condición humana, sino al contrario, se integra y me integra.
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