sexta-feira, 24 de julho de 2015

Volviendo

Querría escribir alguna cosa. Cosas banales, triviales, si se quiere. Tal vez no tanto, pues se trata de cosas del corazón. Pensaba en cómo se había ido armando mi camino de vuelta. Vuelta a Mendoza. Vuelta a Argentina. Vuelta a mí mismo. Vuelta a mí mismo. De esto creo que se trata. También volveré a João Pessoa. Volveré a Brasil y a la Paraíba. Seguiré volviendo. De esto es lo que creo que se trata. Ayer me emocionó mucho todo esto. Ví cuánta gente querida, amigos y familiares, han puesto su granito de arena para que esto ocurriera y siga ocurriendo. Gente que se ha acercado con su corazón, con su propia historia de vida. Han ido contribuyendo para que se creara un espacio acogedor. De esto se trata la Terapia Comunitaria Integrativa. La familia. Los amigos. La fe. Recordaba todas estas personas, esta sucesión de momentos, y me daba una emoción profunda en el pecho. Lloré. Lloré de alegría y de emoción. Sentí el piso bajo mis pies. Seguridad. Tranquilidad. La tierra. Sentí mi historia, continuada, florecida. Respiré hondo ayer y respiro hondo ahora. Cómo se fue juntado el pasado y el presente. Se fue juntando el ayer y el ahora. Un pasado doloroso muchas veces, y unas pepitas de oro, unos hilos de luz, no sé cómo llamarlos. La alegría y la tristeza. Las lágrimas y la risa. Apuré el paso ayer, mientras andaba por las veredas. Apuré el paso y sentí una alegría profunda. Agradecimiento. Gracias. Gracias. Infinitamente gracias. 

quarta-feira, 22 de julho de 2015

El mensaje de Jesús, para Comblin

A veces pienso que podría querer llegar a escribir algo sobre el Padre José Comblin. Ciertamente vienen muchas memorias en esos momentos. 

Pero sobre todo, una frase, que no sé si es de O Caminho. Ensaio sobre o seguimento de Jesus, o bien de A profecia na Igreja. En todo caso, es ésta: “El mensaje de Jesús es simple, pero esta simplicidad está para nosotros como la ciudad en la cumbre de la montaña. Nos movemos como si la fuéramos a alcanzar, sabiendo que tal vez nunca lleguemos allá.” 

Esta mañana recordé esta frase, como muchas otras veces. Pero de alguna manera, parece que en esta oportunidad, la ficha cayó. Ciertamente recuerdo muchas otras cosas de Comblin, su sueño de una Iglesia pobre volcada hacia los pobres. 

El pluralismo del mundo actual, en el cual vivimos, que él siempre enfatizaba. Su simplicidad. Esa su manera de decirnos cosas muchas veces solamente con su mirada, o con un humor muy suyo, que nos tocaba. 

Ahora pienso que esa simplicidad del mensaje de Jesús a la cual él se refería, es de hecho algo para alcanzar. Algo a lo cual me dirijo, pensando que un día voy a llegar. Y también me queda claro que este intento de mi parte, no me disocia en absoluto de mi condición humana, sino al contrario, se integra y me integra.