domingo, 30 de dezembro de 2012

Fluyendo

El día había comenzado, al parecer, como tantos otros días. Pero esto podría ser una forma disimulada de desmerecer el gran valor de estar aún vivo, pensó. Escuchó el canto de los pájaros en la mañana. Vio el cielo, las nubes. Algunas grises, pero otras coloreadas por el sol mañanero. Ahora el pío del pájaro cambiaba de cadencia. Se admiró de cuánto amaba estos sonidos matinales. Cómo estos pajaritos con sus músicas, habían sido durante tanto tiempo, sus compañeros en este mágico ritual de comenzar el día. Cómo es verdadeiramente admirable estar aún vivo, pensó. Escuchaba el sonido de las teclas dibujando palavras. El tic tac del reloj, rítmico. Como una ráfaga, algunos acontecimientos del ayer. El cajueiro, con sus ramas hacia el sol, y sus frutos perfumados, dejando en el piso de piedras, una alfombra de hojas que el viento mece. Y más allá, ya del lado de la calle, el jardín de enfrente, con sus flores rojas y amarillas. Un vergel. Primaveras, o santa ritas, como las llamaba mamá. Mamina, María. Mar. Resonaba en sus oídos el son de las palabras. El son de las teclas. El sonido de los pájaros. Cómo habías ido construyendo, como seguís construyendo, un lugar para vos en el mundo, en esto de transponer la vida a las hojas. Es como si las hojas fueran siendo la vida que baja, la vida que va cayendo por su propia naturaleza, dejando el árbol y volvendo a la tierra. Registras algunos leves cambios en la rutina de todos los días. Estos cambios son ecos del gran cambio, ocurrido desde octubre de 2012. La ruptura de la programación negativista. Alguna cosa empezó a soltarse e tí. Fuiste dejando que se aflojara una especie de atomatismo que te aislaba del mundo, de la gente, de la vida. A veces son cosas apenas perceptibles, otras, como una ráfaga que te ventilara por dentro, que te fuera diluyendo e integrando con todo a tu alrededor. Recordabas algunos momentos del año que está por terminar. Los días en Lagoa Seca; los espacios en una revista de Mendoza; la larga jornada al lado de tu amada, en esos infinitos cuidados que ella prodigara a su madre, tan querida, finamente de vuelta al infinito en estos días de comienzo de diciembre. Todo marcando tu propio regreso. El yo puedo, integrado en el movimento de la vida. Los rostros de las personas del medio popular, los vecinos de la Cidade Verde. Familia, amigos. Funcionarios de los hospitales. El velorio de la madre tan querida. Un nido de luz formándose alrededor. Los amigos y amigas del grupo formativo. Llamitas de luz iluminándote por dentro y por fuera. Las redes sociales, pensó. Las redes. Es ésto lo que me sustenta. Es allí que estoy apoyado. La Terapia Comunitaria Integrativa. Redes. Esto es lo que me sustenta. Me sostiene y alimenta. Miró como por un segundo fugaz, toda su vida pasada. Pasara. Ahora ésto, ahora esta mañana con sus pájaros, el cielo, el día, la luz. Dejaría que el dia lo fuera llevando. Como un río, como el viento, como el tiempo.

sexta-feira, 28 de dezembro de 2012

Un solo libro

Hay un único libro Que es todos los libros Leo ese libro y en ese único libro Me leo

quarta-feira, 26 de dezembro de 2012

Meu mundo interior

Fecho a porta do meu quarto E vou para o meu mundo interior Onde me esperam Meus amados livros e cadernos. Ali me integro, me refaço, Me expando e me recolho. Aquí sou eu. No meu mundo interior De livros e cadernos

domingo, 23 de dezembro de 2012

Feliz Natal

Ir às compras em lojas pode ser –geralmente é—uma experiência que põe em jogo quase todas as capacidades humanas. A começar, a paciência. A tolerância, estreitamente ligada à primeira. Nos diversos momentos em que você se vê obrigado a perambular pelos espaços entre as mercadorias de uma grande loja, ou em que você se interna no espaço não tão grande de uma sapataria, por exemplo, você vai se deparar com instantes nos quais terá que, ora orar, ora suspirar, ora deixar o pensamento vagar, ora se deixar atrair por algum ser humano do sexo feminino que passa por aí olhando ou indo não sei para onde. Tudo isto no meio às naturais indecisões às que se defronta você cada vez que tem que escolher alguma coisa, cada vez que tem que decidir. De início, você tenta comprar um par de meias. Mas não meias de esportista, não sou desportista, nem gosto de me parecer com um, e já me apresso em dizer que não tenho nada contra os desportistas, e muito menos contra as desportistas. Apenas que não gosto de parecer o que não sou. E então você fica olhando os pares de meias empacotadas, ou meias soltas, de diversas cores e tamanhos. Médio, pequeno, grande, gigante. Bom, este parece que se parece com o que creio estar a necessitar. A pois tá certo. Pego um, e vou segurando o pacote de meias até que chego em outro setor, a procurar outra prenda de uso diário, e a operação se repete. Então vem a questão da fila. Gente enfileirada com rostos os mais diversos, uns com crianças, outros em parelhas, outros sós. Fila preferencial, entro ou não entro? Ainda não tenho a idade oficialmente determinada, mas o cansaço, sabe como é. Entro. Outras pessoas que não deveriam estar na fila preferencial, também fazem de conta, como eu, que estão no lugar certo. A moça do caixa adverte a presença indevida de diversos seres humanos que não atendem às especificações da fila preferencial, e adverte: oxente, aquí é a fila preferencial, viu? Ninguém se dá por aludido. A fila anda, pagas, pegas o pacote, olhas para a vendedora e para o empacotador com a maior cara de inocência de que és capaz, e tentas pegar o caminho de saída da loja que, a essa altura da tarde, é um formigueiro, um labirinto de gente e mercadorias, luzes, sons. Chegas a um corredor de vidro e metal, luz. Vais te dirigindo para o estacionamento. Tirar o carro, depois de pagar no guichê. Três reais, para uma permanência como a que usaste. Voltas para casa. As ruas tantas vezes percorridas, agora iluminadas de Natal. Luzes, cores. A noite veio e voltas, voltas para casa, estarás sempre a voltar. Feliz Natal.

sábado, 22 de dezembro de 2012

Continuaré

Viene acercándose la Navidad, fin de año, y como creo que todo el mundo, también veo el año pasado, lo pasado en el año, la yunción de momentos, de lugares, de rostros, de acontecimientos. Unos alegres, otros tristes. Pero de todos, una semilla brota, y es esto que está aqui, que busca el sol, que se extiende hacia arriba, hacia abajo, hacia todos lados, esto que soy yo. Miro alrededor, en todas las direcciones, y ese mosaico concéntrico que me envuelve y que me incluye, te incluye también, pues estuviste de algún modo en algunos o en muchos o en todos esos momentos que ahora veo en perspectiva. Y ahora que se acerca la Navidad, que el año nuevo parece estar ya queriendo dar una señal, como un sol escondido detrás del horizonte del tiempo, ahora, esta mañana, a esta hora, te digo que agradezco y que tengo fé, que continuaré, hasta el final y hasta más allá. Pero no iré solo, como no llegué solo hasta aqui. Sé que habrá otros brazos, otros corazones y mentes alrededor, en esa tela infinita que es la vida. Es esto: continuaré.

sexta-feira, 21 de dezembro de 2012

Desexigindo

Ontem noite curti uma noitada de confraternização da ADUFPB, o sindicato docente da Universidade Federal da Paraíba. Foi no Jampa Ville. Mas todo este rodeio foi para dizer que, se curti, como de fato, curti, foi porque estive, como continuo estando, com menos expectativas. Menos expectativas com relação a tudo. Às pessoas, a mim mesmo, ao que acontece. Antigamente, sempre estava como que numa atitude de rechaço, de crítica, de distanciamento. Expectativa quer dizer, neste contexto, exigências. Exigia muito de mim, e exigia muito dos outros, da vida, de tudo ao meu redor. Esta atitude começou a se desmontar em outubro deste ano de 2012, e continua se desmontando, graças a Deus. Ontem à noite, nessa reunião dos docentes, fiquei numa mesa com Maria, minha esposa, a filha dela, Leila, Felipe, o namorado dela, e Romero e Mara, meus cunhados. Encontrei Ricardo, o presidente da ADUFPB, e passou pela mesa, nos cumprimentando, uma amiga de Vagneide, outra das minhas cunhadas. O lugar era aberto, ao menos o lugar em que ficamos. Atrás, uns ciprestes enfeitados com luzes coloridas. Lá dentro, uma orquestra tocando músicas. Comemos salgadinhos, tomei vinho, que um garção repunha na minha taça sem que eu pedisse. Olhava às mesas em volta, olhava em redor, a ver se encontrava alguma cara conhecida. Muito poucas, quase nenhuma. Em outros tempos, teria me frustrado. Agora, curtia o que tinha, o que estava, o que era, ou, melhor dizendo, o que estava sendo. Hoje acordei com uma sensação de paz. Andei pela praia, curti o sol, a água, a vista das pessoas que estavam pela areia. Como algo tão simples, como relaxar a expectativa, a exigência, pode nos fazer sentir tão bem.

terça-feira, 18 de dezembro de 2012

El comienzo del día

El día parecia que empezaba solamente cuando ponías la primera letra en la hoja. La primera hoja en la letra. No, la primera letra en la hoja. A veces uno se confunde, pero se desconfunde enseguida. La cuestión es que solamente ahora, cuando ya ha llegado la noche, has andado, has ido a la editora y al sindicato, has hablado con cierto número de seres humanos, finalmente ahora, sí, es cuando parece que el dia ha comenzado. ¿Puede ser ésto? ¿Cómo puede ser? No sé como, pero es. No todo es explicable, che, no te pongas en racionalista. No, racionalista no, pero es que yo... Ni me vengas con que vos o no sé qué o no sé quien. Lo que quería decir era algo muy simple, y lo has complicado todo. Era lo de que el día apenas parece haber comenzado ahora, a la noche, cuando puse la primera letra en la hoja. Bueno, es eso. No era para nada complicado, ¿no cierto? Esto es algo verdaderamente admirable. Que el poner una letra en una hoja, dé inicio al día. Es muy sorprendente, y agradable, ¿no te parece?

domingo, 16 de dezembro de 2012

Cuando viene la vida

A veces, cuando no tengo nada que hacer, dejo que la vida venga. Hoy me pasó a la tarde, viendo un programa de talentos, llamado The Voice Brasil. Dejé que fuera viniendo la vida, y lo que podría haber sido un momento anodino, se llenó de significado, por algunos minutos. Le empecé a prestar atención a lo que decía el cantor Daniel, que comentaba sobre dos cantores, un joven y una chica, que habían cantado, y entre los cuales debería elegir uno. Presté atención a lo que Daniel decía, la expresión de su rostro, de sus ojos, el tono de voz, el sentimento que ponía en las palabras. Dejé de lado cualquier crítica o rechazo, cualquier cosa que me pudiera distanciar de lo que estaba viendo. Fue entonces que senti la vida venir, el mundo todo de gente que vive dentro mío, en mi sentimento. Fue como una mandala, una imagen de rostros queridos componiendo un mosaico amplio, que se perdía de vista hacia los lados. De pronto me di cuenta de todo el amor que he recebido en mi vida, desde el cariño de mis padres, mis abuelas, hermanos, amigos, esposa, hijos e hijas, alumnos, colegas, gente de algún lugar. No seguí viendo más el programa, ya había recebido lo que necesitaba, solamente dejando que la vida viniera. Después salí a dar una vuelta por las calles de mi barrio. Una vuelta corta. Me sentía liviano. No tenía expectativas, a no ser la de simplemente caminar, y agradecer. Agradecer por la vida. Agradecer por el amor.

quarta-feira, 12 de dezembro de 2012

Inclusión literaria

A veces me veo frente a la hoja y me dan unas ganas no sé muy bien de qué. De poner alguna cosa, de decir algo, de comunicarme con alguien. Escribir tiene para mí algo de mágico. Uno va creando mundos que después habita. De tanto ir escribiendo, a lo largo de los años, es como si me hubiera ido transponiendo de a poco o de a mucho, en las hojas que he escrito. Tengo la imprsión de que esto comenzó cuando yo era muy chico. No eran solamente las hojas que yo escribía, las cosas que yo iba escribiendo, sino también, y muy fuertemente, lo que yo iba leyendo, lo que iba encontrando de mí en los libros. Ahora que ya ha pasado tanto tiempo en esto de ir poniéndome en las hojas, de ir escribiendo en hojas que se han ido yendo, que han ido llegando a tus ojos, a tus anteojos, que han salido a andar por ahí, ya me parece que cada vez más me he ido incorporando a una realidad literaria que me incluye, que incluye todo lo que existe. Es un poco lo que dijo Jorge Luis Borges, de que los libros son extensiones de la memoria y de la imaginación. También de la experiencia. Y también aquello de Julio Cortázar, tan magistralmente dicho en La vuelta al día en 80 mundos: qué él nunca se había encontrado en la llamada realidad cotidiana, pero sí en los libros. Uno se fue encontrando allí, allí se fue quedando, fue haciendo su casita, muchas casitas, un mundo, y se quedó a vivir allí.

segunda-feira, 10 de dezembro de 2012

Um dia

Estavas na frente da folha. Tanta coisa a registrar. As folhas como que te envolvendo. E você, vendo o mundo a se descortinar dentro do seu coração. Um dia inteiro a desfilar pela tua mente. Ou muitos dias, tantos dias. Hoje, o velório de Dona Marieta, o enterro. O cemitério, as ruas arborizadas da cidade dos mortos. A família dispersa reunida. Os amigos do grupo cristão te acompanhando, acompanhando a despedida de uma trabalhadora incansável, alguém que decidiu que queria aprender a ler e escrever, depois de ter criado oito filhos. O tempo parecia ter-se detido. Parecias ter perdido a noção do tempo. Era Dona Marieta ou era Gita, tua mãe, ou era Mamina ou era abuelita Oliva? Não sabias. Eram todas as mães. A canção do violão embalava o instante em que o irmão pronunciava as palavras rituais, sentidas, de coração. As palavras da filha tão amorosa, a se despedir também da mãe. As flores. Tua família argentina e a família paraibana. Família consanguínea e família por afinidade. O sol se punha no horizonte da cidade. Um dia que parecera ter pulado para fora do calendário. Que dia seria, que dia é este, de verdade? Um dia fora do tempo. Recordavas as ruas do cemitério da Boa Sentença, e as falas das pessoas queridas do grupo cristão. Tua família mais de dentro, sem excluir a outra família, as outras famílias. Tudo é uma família. Recordavas as flores, os rostos. As colegas da universidade. Tantos rostos. Tantas palavras diante do indescifrável, a morte. O dia iria terminar em algum momento. Mais adiante, ainda não. Segura na mão de Deus.

domingo, 2 de dezembro de 2012

Agua

La tarde había comenzado con una suave llovizna. Había llovido también por la mañana. Un chaparrón que te obligó a guarecerte debajo de un techito cerca de la panadería. Entre dos aguas, el agua interna que esta tarde lloviznosa está como que llamándote a un retiro interior, a un lugar guardado, donde puedas estar quieto. Hay horas en que uno necessita estar comsigo mismo, en una quietud y paz muy grandes. Solamente dejarte ser, dejarte estar en esa paz profunda, en el centro de tu propio ser.