domingo, 16 de dezembro de 2012

Cuando viene la vida

A veces, cuando no tengo nada que hacer, dejo que la vida venga. Hoy me pasó a la tarde, viendo un programa de talentos, llamado The Voice Brasil. Dejé que fuera viniendo la vida, y lo que podría haber sido un momento anodino, se llenó de significado, por algunos minutos. Le empecé a prestar atención a lo que decía el cantor Daniel, que comentaba sobre dos cantores, un joven y una chica, que habían cantado, y entre los cuales debería elegir uno. Presté atención a lo que Daniel decía, la expresión de su rostro, de sus ojos, el tono de voz, el sentimento que ponía en las palabras. Dejé de lado cualquier crítica o rechazo, cualquier cosa que me pudiera distanciar de lo que estaba viendo. Fue entonces que senti la vida venir, el mundo todo de gente que vive dentro mío, en mi sentimento. Fue como una mandala, una imagen de rostros queridos componiendo un mosaico amplio, que se perdía de vista hacia los lados. De pronto me di cuenta de todo el amor que he recebido en mi vida, desde el cariño de mis padres, mis abuelas, hermanos, amigos, esposa, hijos e hijas, alumnos, colegas, gente de algún lugar. No seguí viendo más el programa, ya había recebido lo que necesitaba, solamente dejando que la vida viniera. Después salí a dar una vuelta por las calles de mi barrio. Una vuelta corta. Me sentía liviano. No tenía expectativas, a no ser la de simplemente caminar, y agradecer. Agradecer por la vida. Agradecer por el amor.

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