terça-feira, 18 de dezembro de 2012

El comienzo del día

El día parecia que empezaba solamente cuando ponías la primera letra en la hoja. La primera hoja en la letra. No, la primera letra en la hoja. A veces uno se confunde, pero se desconfunde enseguida. La cuestión es que solamente ahora, cuando ya ha llegado la noche, has andado, has ido a la editora y al sindicato, has hablado con cierto número de seres humanos, finalmente ahora, sí, es cuando parece que el dia ha comenzado. ¿Puede ser ésto? ¿Cómo puede ser? No sé como, pero es. No todo es explicable, che, no te pongas en racionalista. No, racionalista no, pero es que yo... Ni me vengas con que vos o no sé qué o no sé quien. Lo que quería decir era algo muy simple, y lo has complicado todo. Era lo de que el día apenas parece haber comenzado ahora, a la noche, cuando puse la primera letra en la hoja. Bueno, es eso. No era para nada complicado, ¿no cierto? Esto es algo verdaderamente admirable. Que el poner una letra en una hoja, dé inicio al día. Es muy sorprendente, y agradable, ¿no te parece?

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