quarta-feira, 31 de agosto de 2022

Esperanza y confianza

Cuando escribo me anido y sé que es posible

Dar un paso más

Seguir un poco más

Saber que el día va a llegar

Y con él una nueva esperanza

Así sea de seguir dando pasos

Hacia arriba y adelante.

Todo lo que he escrito es un solo escrito

Un solo y único texto que me contiene

Me mantiene con ese hilo de confianza

Que he podido ir construyendo a lo largo del tiempo

Ahora me agarro de ese fino hilo de luz

Para esperar el sol del nuevo día.

terça-feira, 30 de agosto de 2022

El rumbo correcto

El día ya ha comenzado. Algunas palabras buscan bajar al papel. Andando por la peatonal algunos recuerdos antiguos se me juntan. Entonces soy más poderoso. Tengo más energía. Es notable como es que esto sucede. Se me juntaron todos mis yos anteriores. Digo yos y esto puede ser impreciso. Soy yo mismo en todas mis versiones anteriores. Entonces estoy más junto. Más presente. Veo el mar brillando bajo el sol. Alguna silueta apreciable pasando en bicicleta. La belleza tiene siempre un efecto estimulante. Me reconozco en mis escritos anteriores. Me he ido trayendo en textos. Quien escribe borra también. Me doy cuenta de que he ido borrando al mismo tiempo que escribía. Borrar es tan importate como escribir. Borro lo que no sirve, lo que me molesta, lo que es falso, nulo, de nulidad insanable. Trato de afirmar lo que es valioso, lo que es real, lo que es verdadero. No necesito dejarme llevar por lo que no tiene substancia sino solamente confunde. La comprensión libera. Ahora ya el sol ha subido bastante en el cielo. Yo no solamente veo las cosas, sino las siento también. Y sentir me es más importante que solamente ver. Al ver el mar lo siento. Al ver el cielo, una persona que pasa con un animalito, siento todo. No sé si siempre fue así. Lo que sé es que así es ahora, y así me siento bien. Los días van pasando y esta ascensión prosigue. Cada vez más luz. Más integración. El pasar del tiempo me ha venido abriendo la percepción de la unidad. Sé que he venido buscando esto, y lo sigo buscando, pues es donde puedo vivir. Es lo que soy. Es así de simple. Han pasado muchas cosas en mi vida, y siguen pasando, ya que la vida es contínua. Ahora prevalece más bien la sensación de las cosas buenas. Las otras las veo de otras maneras. Deshice muchas equivocaciones, muchos falsos recuerdos. Ví que tuve el valor de enfrentar lo que se me impuso. Y dejé de creer que yo tuve alguna culpa sobre males que se abatieron sobre mi pueblo y mi país. Fue exatamente al revés. Me conté entre el número de aquellos jóvenes que le pusimos ganas a una Argentina que quisimos justa. Trabajé y sigo trabajando en la misma dirección, en Brasil, adonde voy. Tuve y tengo un único rumbo. Es el amor. Oro y medito y le pido a Dios que no me aparte de esta dirección. No tiene que ver con tendencias ni partidos. Es algo meramente humano. Se acercan las elecciones de octubre en Brasil, y la industria del odio se enardece. La mentira y las amenazas se multiplican. Agitan el fantasma del anticomunismo, sinónimo de persecuciones y arbitrariedad. No toleran que las personas pobres coman, tengan casa, salud, escuela, universidad, salario decente. Son la deshumanidad. El tiempo pasó y ví que en Argentina seguía imperando aquello que yo creí que había muerto. La gente se sigue dando las manos, cooperando, apoyándose mutuamente. Lo mismo en Uruguay, Bolivia, Venezuela. No pueden matar lo que no puede morir. Lo que es eterno es el amor. Y esto no es prédica de alguna iglesia. Es una práctica, una constatación humana. Hay que seguir poniéndole el hombro a aquello que ningún ladrón puede robar. Aquél tesoro que está adentro nuestro y a nuestro lado. Así sabremos que no hay derrota posible. Sólo un rumbo correcto. Esta revista se transformó para mí en un ejemplo vivo de esto. Empecé a salir a flote al publicar en sus páginas, luego desde el comienzo. Así que ahora sigo vinendo aquí aunque no tenga nada que decir. Sólo para seguir respirando.

segunda-feira, 29 de agosto de 2022

El tesoro existe

Los días van pasando uno tras otro, como las cuentas de un collar. En el medio, mis pasos en esta o aquella dirección. Buscando el sol. El amor. La canción. Todo lo que trae alegría a la vida. Sigo en ese mismo intento, día tras día. Sé que no estoy solo, y esto me anima. Recupero la noción total de mi vida. Desde el comienzo hasta este instante. Un color, anaranjado y amarillo. Después rojo. Celeste, azul, hasta formar un arco-iris. Rosado, verde claro. El sueño es real. El tesoro existe. Está en mi interior. Creo que debe ser así con cada persona que se quiera, que se abrace de verdad, que se perdone, que se sepa humana. No hago generalizaciones. Vivo mi vida, entretejida con quienes me componen por dentro y alrededor. No es poca gente. Me veo en ese espejo. Respiro y sigo. ¡Hasta mañana! ¡Quien sabe hasta pasado mañana! ¡Hasta el año que viene!

domingo, 28 de agosto de 2022

Mi fuerza

Los días no son iguales unos a los otros. Hay continuidades, entrecruzamientos, discontinuidades, prolongamientos. Hoy por ejemplo, al ir acercándome a la playa desde la peatonal, comprendí que lo que por ahí me parece una dificultad o un defecto mío, es más bien al contrario, mi fuerza y mi seguridad. Mi potencia. Me refiero a esse mi no saber muy bien qué hacer, qué es qué, etc. Inseguridad, en una palabra. Indecisión, a veces. Respiré aliviado y así fui llegando a la arena. Empecé a ver a la gente. Una mujer viniendo a mi encuentro. No estaba del todo mal. Seguí y pasé por un grupo de jóvenes que se reían y bañaban. Así llegué a la altura del busto de Tamandaré. Vi uma casita amarilla antigua, que se ve que sigue resistiendo al tiempo. Está casi en la esquina de la beira-mar. Me vino un contentamiento. Unos policías en bicicleta conversaban. Había una música alegre. No necesito estar siempre en un estado de ánimo elevadísimo, pleno. Hay variaciones, como todo en la vida. Aprendo a disfrutar de las bajadas también. Aquellos momentos en que estoy casi sin ánimo para nada. Me quedo mirando. Si es una persona conocida o amiga, ya me conoce. Me quedo contemplando, prestando atención mínima, si es que puedo prestar alguna atención. Dejo de exigirme tanto. Así estoy mejor conmigo. Acepto y busco apoyo y ayuda, cuando necesito, inclusive para movimientos mínimos cotidianos. Esto puede venir desde adentro o de al lado, o aún del ambiente circundante. Me doy cuenta de que la belleza me conecta. Me anima. Y yo también puedo buscarla y verla tanto adentro mío como alrededor. Memorias y solidaridad. Observación. Así me muevo. Así voy yendo y viniendo. Así soy.

quarta-feira, 24 de agosto de 2022

Agradecimiento a mis lectores y lectoras

Con bastante retraso he leído varios comentarios valiosos. Me traen ecos de textos escritos y publicados en distintos tiempos. Algunas son personas conocidas y queridas, o parientes de gente que conocí. Siento el tiempo pasado para agradecerles. No ha sido desatención, talvez distracción. No sé. Un ritmo a veces demasiado rápido que ahora me veo obligado a disminuir. Pausar. Despacito. Las palabras que me han hecho llegar y que leo (algunas por segunda vez) esta mañana, me alegran y reconfirman. Este camino vale la pena. Venir a la gente en un espacio confiable. Sin piedras en la mano. Las piedras que sirvan para construír paredes y puentes.

La suma de los días

Cantan los grillos

Es un sonido contínuo

De pronto interrumpido

Un bichito de luz

De esos llamados luciérnaga

Todo ese mundo vivo diminuto

Que me contiene en Carapibus.

Es de noche

Ya nomás nace el día

En medio de la sucesión de los días

La vida va pasando

Como una película

Como un libro cuyas hojas

Escribimos a diario.

Los diarios nos confunden

Siembran miedo y desconfianza

Desesperación y rechazo.

Por eso este diario

Hace el camino contrario

Recordar que la vida

La hacemos nosotros mismos, mismas.

Que tenga nuestra cara.

A estas horas del día

Todos los días

Memorias queridas nos envuelven

Sostienen la fe y la alegría

La confianza y la esperanza

La belleza que nos mueve

El hilo fino

Que cose las horas

¡Buen día!