domingo, 26 de dezembro de 2010

Amor

Algunas veces he pensado que podría querer escribir alguna cosa sobre el amor. Pero ¿qué podría decir sobre el amor que no hubiera sido ya dicho? ¿Quién podría querer siquiera tentar decir lo que es el amor? Yo solo puedo decir que para mí, es la única cosa que vale la pena en la vida. Es lo que hace que valga la pena estar vivo.

Volver a ser niño

Empieza el día y te preguntas si serás capaz de empezar, de hecho, un nuevo día. O si este día será de alguna manera una especie de repetición o de copia de los días anteriores, o de tus formas anteriores de empezar el día. Los pájaros ya han empezado a cantar, ya te has encontrado con alguien de la casa, y algo te dice que puedes estar, de hecho, teniendo una experiencia virginal, estar empezando, de hecho, un nuevo día. Nuevo tú, nuevo el día. Nuevo tú, y sabes que no importan los años que digas que tienes o los años que hayas creído que viviste. Importa si te has despertado de hecho, con la conciencia de estar otra vez vivo, y este “otra vez” puede estar sugiriendo alguna repetición, otra vez la copia, no sé si me explico. Digo otra vez vivo, pero es en realizad, vivo nomás. ¿Te das cuenta de que estás vivo? ¿Qué sentido tiene estar vivo para ti? ¿Te estás dando la oportunidad de estar viviendo, de hecho, como si fuera la primera vez? Hay algo en ti que debieras visitar con más frecuencia: es tu conciencia de niño, o tus conciencias de niño. Cuando eras niño, tenías ciertas formas de atención, una curiosidad, ciertos sentimientos, que puedes recuperar si lo quieres. Una cierta despreocupación, una espontaneidad, un asombro. Fijate que te digo que puedes volver a ser niño, volver a encarar el mundo y la vida, a ti mismo y a los demás, como si fuera la primera vez. Esto es lo que quiero decir con volver a ser niño. Empezar el día, de hecho, como si fuera un día nuevo, como que lo es, en verdad. Esto significa atención, fluencia, espontaneidad, curiosidad. Dejarte llevar por lo que va viniendo, menos por lo que te propones o esperas, aunque esperes, pues de hecho siempre algo esperamos. Pero puedes esperar sin desesperación. Esperar tranquilo. Ya vas a ir viendo que de a poco, o de una vez, en distintos momentos del día, vives en ese estado de paz, de pureza, de fluencia. Esto es lo que uno puede llamar de “volver a ser niño”.

sábado, 13 de novembro de 2010

Unidad

Hay días en que tratas de llegar. Talvez hayas llegado. Unidad. Hay horas en que tratas de llegar. Talvez ya hayas llegado. Talvez ya estés aquí. Talvez desde que empezó el día y viste la luz entrar por la ventana del cuarto y te sorprendiste por haber luz, por ser otro día y estar vivo. Talvez desde que fuiste a la playa y volviste después de ver el mar y de entrar en el agua y ver el sol en el cielo y la gente andando por la arena como vos. Talvez ahora que el día se ha hecho noche y recuerdas lo que ha sido este día. Un día de playa, de sol, de mar, de buscar un lugar, de buscarte y encontrarte talvez sin saber que nunca te habías ido. Un día de andar por los caminos. Y los bambúes a los lados del camino y las nubes y el sol y la gente y las ciudades pasando. Talvez un día así, de unidad, de integración, de buscarte y encontrarte a cada vez que te creías perdido. Un día de regar plantas y de buscar amigos que viven lejos, amigos y familia que viven lejos. ¿Qué digo? Familia y amigos no viven lejos. Están aquí, siempre estarán. No podrían dejar de estar aquí pues aquí estás, aquí está todo. Unidad.

domingo, 7 de novembro de 2010

Identidade

No se puede conversar con el preconcepto. Desde el lado argentino, kirchneristas quieren porque quieren convencerme de que Kirchner fue una especie de líder que movilizó a los jóvenes a participar en la política, que Argentina está mejor después de Kirchner, y que quien no quiere a Kirchner es una especie de gorila, reaccionario y burgués. No me convence. Nunca me van a convencer si no me dan razones. Del lado de acá, del lado brasileño, el preconcepto antinordestino, asociado a la victoria de Dilma Rousseff, en quien acredito, en buen portuñol. No soy nordestino de nacimiento, pero por destino, camino con nordestinos y nordestinas hace años. Argentino, nordestino, brasileño. Me busco y no me encuentro, te cuento. Me busco en la madeja de prejuicos que apuestan en la imbecilidad humana y sigo apostando en un instinto tenaz, mendocino, muy mío, argentino del interior, nordestino, paraibano, de seguir apostando en el amor. Y si te parece piegas y no sabés lo que es piegas, te falta estrada, pibe, te falta. Como Hermann Hesse, continuo pensando: Pátria não é lá nem cá, é onde você está, ou em lugar nenhum.

sexta-feira, 5 de novembro de 2010

Vida, tiempo, amor

Entre ayer y hoy se me ocurrieron dos cosas que me parece interesante compartir: (1) ¿Qué es el tiempo, y qué sería perder el tiempo o, al contrario, usarlo de manera útil o productiva, y (2) No es propiamente un pensamiento o una reflexión, pero se refiere al hecho de que la vida, las cosas, lo que existe, nosotros mismos, todo, puede verse al menos desde dos perspectivas: la de quietud o inmovilidad, y la de movimiento o cambio.

Los he colocado aquí en sentido inverso a cómo vinieron. O sea, ayer se me ocurrió, antes de salir y mientras iba saliendo de casa a la tarde, que las flores, las plantas, las cosas, la gente, todo, podía verse desde la inmovilidad, desde el no cambiar, desde el ser las cosas quietas, paradas, inmóviles. Esto se me ocurrió mientras entraba por al calle con el auto, rumbo a la consulta con la dentista. De algún modo, me dio mucha tranquilidad ver que nada cambia, que todo es inmóvil, que puedo vivir desde la quietud. Más que un pensamiento, era un recuerdo. Recuerdo ya haber vivido así, ya haber estado así en el mundo, en la vida. De alguna manera, ya he vivido así en algún tiempo, no sé dónde, en la infancia talvez, ese reino de lo inmutable.

Hoy esa sensación ha vuelto, y he recordado La Arboleda perdida de mi infancia, de Rafael Alberti, y aquel poema de Alfredo Zitarrosa, y también Fernando Pessoa, sobre el tiempo. Y aquí los dos temas se unen, se juntan, se mezclan. Los dos temas tienen que ver, o son uno solo. El tiempo, el cambio, la inmovilidad. Perder el tiempo. ¿Qué sería el tiempo para que yo lo perdiera o no? pregunta Fernando Pessoa. Hoy pensaba en estas cosas mientras iba al mercadito a comprar frutas y verduras. Iba hacia el mercadito y pensaba: ¿Qué sería perder el tiempo? ¿Qué es el tiempo, cuándo se lo gana y cuándo se lo pierde, si es que el tiempo puede o no ser perdido o ganado. Me da la impresión de que el tiempo es como la vida, es la vida, es todo lo que tenemos o somos, como seres humanos. ¿Qué es el ser humano a no ser tiempo?

Alguien dirá, y yo también pensaba, mientras iba al mercadito, si mirar una mujer o pensar en un poema u orar o amar, serían o no pérdidas de tiempo. Algo me decía que no. Amar no es perder el tiempo. Amar es vivir. Si amo, pensaba, me eternizo. El amor es lo que no muere.

Si no piensas en la vida, en el amor, en el tiempo, en la inmovilidad, en lo que no muere, ¿en qué pensarías?

Comparto con vos estas reflexiones no por pensar que sean originales, o de alguna manera novedosas. Pienso que siempre nos estamos interrogando sobre la vida, sobre lo que es el vivir, y hay momentos en que el tiempo se acelera y otras en que parece detenerse. No me parece que yo sepa mucho sobre estas cosas, ni tampoco que no sepa nada, pero me gusta compartir lo que me va viniendo a la mente, pues es una forma de ir uno sabiendo que está atento, que no vive mecánicamente.

quarta-feira, 3 de novembro de 2010

El otro lado

Muchas veces pienso que vivimos demasiado de un lado apenas de la vida, de las cosas, del mundo, de nosotros mismos. El lado externo, el objetivo, el del hacer, el del mostrarnos o ver a quienes se muestran. La vida es eso, pero también es el otro lado, el lado de dentro, de lo que no se ve, lo que no importa o no parece importante y sin embargo lo es, tanto como el lado de fuera, el lado objetivo, del hacer. Ser y hacer. Tener y ser.

Todas las duplicidades, las oposiciones, las contradicciones, la dualidad, expresan el movimiento de la vida. La vida no es sólo día sino también noche. No solo verdad sino mentira también. No solo luz sino también sombra. No solo vida sino también muerte.

Pero con demasiada frecuencia vivimos de un lado solamente de la vida, de nosotros mismos, del mundo. El otro lado no es menos real, es tan real cuanto lo es el lado de acá. Hay tanta verdad en el silencio, en la quietud, en la paz, en lo que no se mueve ni se muestra, como en su contrario, el mundo de lo externo, de lo activo, de lo que se ve, lo que se puede pensar o entender.

Si hay dos lados, y es sabido desde antiguo, confirmado por la ciencia moderna, que no somos solo razón sino también intuición, si no hay apenas luz sino también sombra, si no hay apenas palabras sino también el silencio que hace que las palabras digan alguna cosa o, al contrario, se muestren apenas como ruido, si hay la mentira que muestra la verdad como verdad, ¿no sería más sabio que vivieras de los dos lados, en ese vaivén del Tai-Chi, de la eterna danza de la vida, día y noche, vida y muerte, luz y sombra?

terça-feira, 2 de novembro de 2010

Meditación

Muchas veces me pregunto qué es la meditación. Sé que hay numerosas definiciones sobre esto, pero no es eso lo que quiero focalizar aquí, sino más bien la experiencia, qué es lo que la experiencia me ha mostrado que es vivir centrado, a la presencia de Dios, en mi propio eje interior, en la morada del Altísimo, el Templo del Corazón, la Casa del Amor, la casa de la Divina Madre, el aquí y ahora, el eterno presente, la realidad en sí.

No podría siquiera intentar pasar muy superficialmente por tantos asuntos o uno sólo, ya que en el fondo es una sola y la misma cosa: vivir centrado, a no ser compartiendo con mis lectores lo que la experiencia me ha enseñado y me sigue enseñando sobre un tema tan complejo y tan simple. Creo que en el fondo esto es lo que uno puede compartir: qué es lo que he aprendido, qué es lo que sigo aprendiendo, a partir de mi propia vivencia, y a partir de lo que he podido aprender de las personas con quienes he convivido y convivo.

Recuerdo una vez que comprendí que levantarme temprano era para mí lo decisivo, aquello que me ponía en sintonía con la vida, más que cualquier ejercicio espiritual de meditación, oración, etc. Esto sigue siendo verdad, pero de manera alguna pretende disminuír la importancia de, al comienzo del día, hacer alguna invocación al Dios interno, a la Divina Madre, a lo más alto. Lo que quiero enfatizar aquí es que, en mi experiencia, el levantarme temprano me sintoniza con la vida primera, original, en un estado virginal.

Esto lo consigo muchas veces deteniéndome al comenzar el día, ni bien despierto, y mientras me desperezo, haciendo crujir las articulaciones. Este parar al comienzo, para mí es fundamental. Paro y leo alguna invocación o meditación, o bien simplemente dejo que la mente, en medio de los pensamientos habituales que comienzan a llegar, se vaya focalizando por un instante en lo eterno, lo que no muere, el amor, la paz, la inmortalidad, Dios, etc. Esto crea una dirección, un aquietamiento, una referencia, un estar en el centro. Durante el día, después, como que vas volviendo a esa sensación primera.

Pero esto no es una técnica, no estoy tratando de enseñarle a nadie cómo es meditar, cómo se medita. Apenas comparto experiencias, y nada más.

domingo, 17 de outubro de 2010

Pregunta

Hay veces que uno quisiera ponerse en un papel, como un barquito largarse por la acequia para llegar hasta el corazón de Dios y preguntarle: Dios mío, ¿qué quieres de mí?, ¿qué debo hacer?, ¿cuál es el camino a seguir?, ¿estás contento con la vida que llevo?, ¿cómo puedo ser feliz para alegrarte, que sepas que te amo y que amo esta vida que me diste?

sexta-feira, 15 de outubro de 2010

Tentativa

Sería un desafío para su condición de escritor. Levantarse y llegar hasta el computador y escribir en el exacto estado de conciencia en que se levantara. Las cosas parecían desafiar esta posibilidad o propósito. Los fósforos no estaban en su lugar, no los encontrabas y seguías queriendo escribir en el exacto estado en que te levantaras esa mañana de sábado de octubre. Recordabas el día anterior. La reunión con el padre Comblin. Dilma. La granja de Genaro y Gláucia. Aquellos rostros que estaban en tu memoria. La vuelta a casa a la noche. Las luces de la ciudad. Y ahora esta madrugada intentando capturar lo que fuera ese día tan especial que te dejara exhausto. Militares. Serra. Lula. Todo pasa como en un turbilhão. No te procupes por el portuñol. Tratas de escribir en el exacto estado en que te has levantado esta madrugada. No desfigurar, no adaptar, no ajeitar.

Dejar que el río de la vida te lleve a la ciudad de Dios, como aquél bello salmo dice. Un salmo que no encuentras a estas horas de la madrugada en tu vieja y querida Biblia ecuménica. Talvez allí hubiera una clave. Oikía. Casa. Espacio. No lo sabes, pero lo intuyes. Los rostros de Comblin. Mónica. Los rostros de todos los presentes. Hailton. É isso aí, bicho. João Fragoso. Irmã Cecília. Lembras de Gita. O e-mail do teu pai ontem tinha um tom especial. A pessoa que volta a ser ela mesma. Los leería en sus horas de recogimiento. El padre Contreras. Te preguntabas por tu lugar en la Iglesia de los Pobres. Iglesia pueblo de Dios. La granja de Genaro y Gláucia. Esta mañana de octubre de 2010. No habría golpe militar. Nunca más. No, aquello no. Solo amor y paz. Fraternidad. Seguimiento de Jesús. Ontem à noite voltaras cansado. Sono. Pensavas na Divina Mãe. Jesus. São Francisco. Ramón. Tudo gira e dá voltas. É de noite ainda. Logo mais chegará o sol. O sol não falha. Irmão Sol. Bom dia.

domingo, 10 de outubro de 2010

Comunicação, Saúde Mental, coisa e tal

Tenho me visto às voltas com desentendidos com um editor de portal de notícias argentino, onde durante alguns anos publiquei textos da minha autoria, como colaborador numa coluna de opinião e, às vezes, na capa da publicação. Nesse portal ou jornal, não sei como chamar, site, sei lá, minhas opiniões foram às vezes acolhidas, outras não, até que, na semana passada, recebo um e-mail do editor, dizendo que eu estava abusando da licença concedida. Embora o tom fosse amistoso, não o recebi como tal, mas como uma agressão à liberdade de imprensa e de opinião. Para encurtar: pedi que retirassem todos os meus textos, ao que atenderam, alegando ser a revista de orientação psicanalítica, comunitária, e tal, e os meus textos estarem enveredando muito para o lado da “autoajuda”, o que não é nem um pouco verdade. Este desabafo de agora com você, leitor ou leitora, é apenas para tentar clarear, para mim mesmo, o que houve, de fato. Não para acusar nem me penitenciar, mas para tentar esclarecer o ocorrido. Sei que não cuidei muito de me alinhar com a perspectiva da publicação, a não ser quando eram textos de cunho mais político, relativos aos direitos humanos, ao julgamento aos genocidas, e coisas do gênero. Mas como eles publicavam também, se bem que na coluna, não na capa, textos meus de poesia ou autoconhecimento e, eventualmente, Terapia Comunitária, me senti encorajado (esse foi o meu erro, acho) a continuar lhe enviando este tipo de escritos, o que incomodou. Isto não nos interessa, disse o tal editor. Ora, se não lhes interessava, para que publicavam? Para me confundir? Para me dar um pontapé como agora? Sinto um alivio por não ter mais essa coluna, embora, para ser franco, também um quê de tristeza. Era a única publicação argentina em que eu colocava de vez em quando algum texto. Talvez por isso insistisse em manter ali algum espaço. Na pretendo aqui e agora me desculpar, nem culpar, não creio nesse tipo de coisa. Tento esclarecer, para mim mesmo, e para os meus leitores e leitoras, o que houve. Sei que para um escritor é sempre importante ter um lugar onde escrever, como chegar ao público. Tenho publicado em diversos meios eletrônicos do Brasil e do exterior, inclusive outro da Argentina, com o qual houve outras formas de desentendimento, também. Neste caso, mais intolerância, acho, da parte deles. Não admitiram retrocessos, retirada de textos, mudança de opinião. É como se você ao se auto-corrigir, estivesse traindo ou se traindo. Enfim, se tiveste paciência de ler até aqui, querido leitor ou leitora, deverás estar a te perguntar, como eu mesmo agora, aonde quero chegar, qual o propósito destas digressões, deste desabafo. Como já disse mais atrás, é uma tentativa de clarear, que talvez tenha clareado apenas um ponto: a tolerância, a dificuldade de comunicação, a dificuldade, da minha parte, em me adequar a linhas editoriais ou determinações temáticas, torna difícil a minha coexistência com meios jornalísticos, sejam eles quais forem. Os blogs e a comunicação direta com pessoas da minha área de trabalho e interesse, afora conhecidos e familiares, parece ser o meio mais adequado para que eu possa seguir partilhando meus textos e reflexões, que abrangem áreas tão diversas, embora convergentes, do meu ponto de vista, como: direitos humanos, reflexões sobre o genocídio na Argentina, a Igreja dos Pobres (à qual pertenço, enquanto membro do Movimento Kairós-Nós também Somos Igreja), a saúde mental comunitária, a inclusão social, a mobilização social, a promoção da pessoa humana, a través da Terapia Comunitária (sou membro da diretoria de comunicação social da Abratecom, do MISC-PB (Movimento Integrado de Saúde Mental Comuntária da Paraíba, e do Grupo de Estudos e Pesquisas em Saúde Mental Comunitária da UFPB), a poesia, a filosofia perene, a religiosidade universal, para citar apenas alguns tópicos, aos que há de se acrescentar a literatura, minha grande casa, minha grande oikía.

terça-feira, 5 de outubro de 2010

La culpa

En el camino de regreso a tí mismo, encontrarás diversos obstáculos. Uno de los más difíciles, la culpa. Tanto difícil de reconocer, como de remover. Puede estar tan escondida y camouflada (y generalmente lo está), que un sinnúmero de aspectos de tu comportamiento en relación a los demás pero fundamentalmente en relación a ti mismo, está condicionada fuertemente por ella, y no te das cuenta. Te invito a mirar tu conducta y a ver si encontrás en ella aspectos que te parecen demasiado obligatorios, como que no podés substraerte a ellos. Probablemente por detrás de los mismos, pueda estar la culpa. Si no podés decir que no, si decís no y te sentís culpable, si tenés una necesidad invencible por agradar y ser aceptado, talvez te estés culpando tanto que ni te des cuenta. Hay hechos de los cuales uno se avergüenza, y cree que todo el mundo los conoce. No nos perdonamos por haber hecho aquello que nuestra conciencia y nuestra moral, nuestro sentido ético, condenan. Pero no iremos lejos culpándonos. Es necesario comprender. Comprender que en aquella situación, fuimos forzados a hacer lo que hicimos. No lo hicimos por maldad o por perversidad, aunque hayan tratado de convencernos de esto. Y siempre hay quien lucre al culpabilizar a otros. Es impresionante la cantidad de conductas que dependen de la culpa. La ansiedad, la formalidad excesiva, el servilismo, la omisión, una necesidad excesiva de servir a los demás, de ser útil, pueden estar escondiendo algún comportamiento culposo. No hay recetas, ni estoy haciendo otra cosa que compartir pistas, que cada uno podrá examinar por sí mismo, y tratar de descubrir qué hay por detrás de ellas. Lo que puedo decir sin dudas, es que la libertad que se adquiere al perdonarse uno a uno mismo, abre un espacio de aceptación y auto-respeto, imprescindibles para que la persona se sienta digna y merecedora de la vida en sociedad.

sábado, 2 de outubro de 2010

Mundo literario

Andaba por entre los libros como quien anda por un universo propio. No porque pensara en ellos, o en sus historias o en los autores de sus páginas, sino porque entre él y los libros había una continuidad. Eran una sola cosa. Andaba por entre los libros como quien anda por los pasillos de sí mismo. Talvez fuese una de sus ciudades predilectas. Allí no había conflictos que no pudieran resolverse con dar vuelta la página. Este expediente tan sencillo ponía fin a cualquier drama, a cualquier sufrimiento o desentendimiento. Era una ciudad de libros. Él andaba por las páginas etéreas de ese mundo, como una letra que recorres con tus ojos, un renglón en que te descubres. Abres una de esas puertas por donde andas, y vas a lugares dentro de ti y del mundo exterior. Todo está allí. Tú eres eso.

Caminos de unidad


Existe una convergencia entre la meditación, la desalienación, el placer, el arte, y otras prácticas sociales en que la persona vuelve a ser ella misma. Entre estas últimas, la terapia comunitaria, que es un espacio de escucha activa de si mismo, en que uno se descubre en el otro, en los otros. Hay un reconocimiento mutuo, se pierde la sensación de separatividad y aislamiento, y se recupera la sensación y la experiencia de unidad.

Por un lado, Jung con su abordaje del inconsciente colectivo, por otro lado, las experiencias de meditación como vivenciadas por Jesús, Gandhi, Ramakrishna, San Francisco de Asís. Uno y otro camino llevan a lo mismo, a la vivencia de la unidad, a una experiencia de que todo está unido, de que formamos parte de la totalidad. Entonces el concepto de Dios no es una entelequia abstacta.

Cuando la persona se descubre parte del todo, o mejor dicho, cuando ella recuerda, vivencialmente, experimentalmente, que ella es parte de la totalidad, toda su vida cambia, para mejor. Deja de sufrir por cosas que antes la afligían, como las sensaciones de pérdida de sentido y vacío existencial, que empujan millares de personas por todo el mundo, a cosas como el consumismo, la drogadicción, la depresión, el suicidio, la anomia, la alienación.

Días atrás, leyendo un libro de Hermann Hesse, leía lo que el escritor decía sobre su experiencia espiritual. Decía ser un hombre profundamente religioso, que siempre había vivido sin iglesia. O sea, decía: puedo vivir sin religión, pero no puedo vivir sin la fe. Espero ser fiel al sentido de sus palabras. Lo que quiero enfatizar, en todo caso, es que para Hermann Hesse, lo que interesa es la unidad, una preocupación insistente, casi obsesiva, del hinduismo, en sus palabras.

De hecho, el hinduismo, al igual que el mensaje de Jesús (Yo y el padre somos uno), rompen con la disociación, afirmando la unidad. Tú eres Aquello (Tat Tvam asi). La persona no tiene que transformarse en Dios, ella es Dios. Esta afirmación de radical unidad es revolucionaria, si se piensa que vivimos en un sistema que vive de la separatividad, de la disociación, de la exclusión, del no-reconocimiento de sí, de la anomia y la alienación. De hecho, el sistema capitalista es eso: la afirmación de la divergencia, mientras que la vida llama a la convergencia.

Por eso se dice que el capitalismo es un sistema intrínsecamente perverso. Invierte la realidad, muestra la apariencia y esconde la esencia. Rompe la unidad, crea pedazos, fragmentos de personas, fragmentos de vida. El arte y el placer, por otro lado, son también caminos hacia la unidad. Estas breves anotaciones no pretenden ser más que eso, esbozos de lo que se siente y se vive en busca de la unidad.

Cada uno es un camino hacia sí mismo, y todos, en conjunto, somos caminos de retorno de una humanidad que se pierde en la mercantilización y el utilitarismo, en el objetivismo y la cosificación, y se reencuentra en la solidaridad y en las prácticas de fraternidad. No se necesitan nuevos discursos, nuevas teorías o interpretaciones, sino nuevas experiencias, para ser feliz.

La felicidad está al alcance de la mano, en realidad, en las manos de cada persona, y de la humanidad como conjunto. Consiste en ser uno quien es, y esto se aplica a cada individuo, y a la sociedad, o a las comunidades como la familia, los grupos religiosos o de otra índole. La identidad refleja lo que uno es, y eso se aplica a lo personal y a lo colectivo. La identidad se pierde cuando lo esencial se confunde con lo aparente, y toda disociación es oriunda de la pérdida del sentido original de pertenencia.

El individuo cuando se redescubre vinculado al todo, parte de la comunidad y de la historia, del tiempo y de la vida, se recupera de todos sus males. Vuelve a ser feliz, con esa felicidad original que se tiene de niño, antes de que los traumas empiecen a hacer llorar a ese niño o niña que, en al vida adulta, somos obligados a traer de vuelta, pues es nuestro primer maestro.

Es quien conoce el camino de regreso: el placer, la alegría, la simplicidad, la confianza, la despreocupación. Todos los caminos conducen a Roma, podríamos decir, a título de conclusión provisoria de estas reflexiones. Y los caminos son muchos, tantos cuantas personas hay o hubo en el mundo, pues la continuidad de la vida muestra la conexión indestructible de todo lo que es, lo que fue, y lo que será.

Poetar

Vivir es estar constantemente en busca de uno mismo, esto no termina mientras estamos vivos, en verdad es la propia señal de la vida, al menos para los artistas, o para el lado poético de cada persona humana. El artista, el poeta, está constantemente en pós de sí mismo. Sus poemas, sus escritos o pinturas, su canción, son llamados a una belleza interna, o una emanación de ésta. Algo como lo de Leopoldo Marcechal en Ascenso y descenso del alma a Dios por la belleza, si recuerdo bien el título de su libro. Una cosa que Van Gogh buscó toda su vida, que yo busqué cuando pinté, que sigo buscando al escribir, que los Beatles buscaron al cantar, al tocar: reverberar en los corazones humanos. Escribir es para mí ésto, y escribo hasta cuando no estoy escribiendo. Al vivir, el libro de la vida vuelve sobre sí mismo y me contiene, me veo como una de sus letras, como decía Jorge Luis Borges en Para una versión del I King, el libro de las mutaciones. Es un volver y volver, constantemente estar volviendo a sí mismo, al origen, al lugar donde comenzó tu existencia, como dice el Martín Fierro. Lo humano es esto: Volver.

quinta-feira, 23 de setembro de 2010

Tu lugar

Algunas veces te preguntas si estás siendo útil, si estás sirviendo para algo o para alguien. Talvez no te des cuenta suficientemente cuánto alguien puede servir a los demás, siendo lo que es, haciendo lo que debe hacer, estando donde debe estar. Es posible que estés pensando en reconocimiento, en alguien diciéndote cuán valioso eres. Y esto lo tienes, pero talvez no te des cuenta todavía que tu lugar en el universo depende mucho menos de lo que haces que de lo que eres. Deberías estar tranquilo, pues tienes evidencias suficientes de que estás haciendo lo que debes hacer, del modo como debe ser hecho, y en el lugar o medio social correspondiente. No te cabe pensar en otras acciones o formas de intervención: esta es la tuya, este es tu camino, tu modo, la manera de un místico.

segunda-feira, 20 de setembro de 2010

Volviendo a casa

El camino de regreso a uno mismo no es metafórico o alusivo, es real. La persona se va alejando, va dejando de ser ella misma, para ser algo aceptable, lo que Allan Watts, el gurú de los hippies y teólogo anglicano, decía en Tabú: lo que no deja que sepas quien eres. Te has estado buscando toda tu vida, a veces a sabiendas, otras sin saber, pero de algún modo sabiendo.

Andabas a tientas, o concientemente, buscando por todas partes lo que estaba dentro tuyo, como dice Allan Watts en su libro. Ibas por el arte, el amor, la política, la literatura, la familia, la amistad, por todas partes buscando el reencuentro con el ser que eres en ti mismo, el ser que no puedes dejar de ser, pues eres tú mismo. Orabas, cantabas, meditabas y meditas, andas por la calle y por los laberintos de tu mente, en busca del ser que eres, el ser que no puedes dejar de ser, pues eres tú mismo.

Estas palabras se repiten, pero es porque tus intentos han sido siempre orientados hacia el centro de tu ser, y como un mantram, es necesario que sepas que estás yendo siempre hacia allá, como dice Santiago Bovisio. Aún cuando errabas, estabas intentando acertar, dar con el estrecho camino que lleva a lo eterno en ti, a la realidad pura, sin apariencias, a la verdad. No erraste por maldad o por perversidad. Tus errores son la oscuridad en la que brilla la luz eterna, esa que no se apaga. Hoy ya vislumbras la realidad que anduviste buscando toda tu vida. Una imagen real se forma en ti.

Es el centro de tu ser, el lugar hacia donde estuviste yendo todo el tiempo. La morada interna, como decía Santa Teresa. Es algo tan real. Ya la ves, la sientes todo el tiempo, está en ti. No es mente ni cuerpo, pero está en tu mente, en tu cuerpo y en tu corazón, es la realidad final, la verdad sin apariencias, como decía Jesús. La verdad que liberta. Vas hacia allá, has estado yendo siempre, y lo seguirás haciendo. Pues aunque creas que hayas llegado, es como la utopia, en el decir de Eduardo Galeano, siempre se va un paso más allá, hacia el horizonte que nunca alcanzas. Vas hacia allá, hacia el centro mismo de tu ser, del que nunca te apartaste, aunque te hayas apartado.

Es una paradoja sólo para la razón. Vas hacia el lugar de donde nunca pudiste apartarte, aunque te hayas apartado tanto que a veces te sientes o te has sentido perdido para siempre. Vuelves, como vuelve la primavera, como vuelve el agua en la lluvia y en el mar, como vuelve el pájaro a cantar todas las mañanas. Te has ido pero vuelves. Vuelves una y otra vez porque es humano el volver.

Eres un eterno retorno, como decía Mircea Eliade, y uno sólo se puede alegrar cada vez que alguien retorna a sí mismo. Hay fiestas en los cielos por cada oveja perdida que vuelve al redil, vuelve a casa. Yo te agradezco que compartas estas cosas. Pues a veces las olvidas, y al compartirlas, las recuerdas.

El camino interior

La búsqueda interior es una tentativa constante del alma por descubrir quién ella es. Esto que parece fácil o hasta obvio, no lo es, pues hay diversas dificultades en esta tentativa. La primera de ellas, o talvez la mayor, las nociones equivocadas que tenemos a respecto de nosotros mismos. Lo que pensamos a respecto de nosotros mismos, muchas veces no tiene nada que ver con lo que somos en realidad.

Como abriendo una cebolla, iremos sacando cada una de esas capas de ideas falsas sobre nosotros mismos, hasta llegar a lo que somos en verdad. Este núcleo interno, o la verdad interior, es algo que no es lo mismo para cada ser humano. Cada uno irá a llegar a saber quién, es, y en esto estará solo, por un lado, y unido a todos los demás y a la totalidad, por otro. Sólo, pues es como llegar a un lugar que estuvo deshabitado durante mucho tiempo, y al que vuelves sin haberte nunca ido, como dice Muñoz Soler.

Llegar a ese lugar puede ser algo que ocurra gracias a la ayuda de imágenes internas que se refieren a lo eterno en ti, el Cristo interior, o el Cristo cósmico de que habla Yogananda. Puede ser la luz interior, cada uno irá descubriendo este camino. Lo importante es saber que allí estás en contacto con tu realidad más profunda y esencial, es tu propia esencia, lo que no cambia en medio de los cambios constantes, lo que es más allá de las apariencias. Rabindranath Tagore, en La religión del hombre, dice: "renunciar no es dejar, renunciar es sacarnos de encima todo lo que nos echaron encima, e ir atrás del único tesoro que siempre nos perteneció."

Ese tesoro interno es lo que Jesús refiere al decir: "allí donde esté vuestro tesoro, estará vuestro corazón." Es tu propio ser, el lugar de donde nadie ni nada puede ni debe sacarte, pues eres tú mismo. Los salmos aluden a esta realidad inmutable: “Una cosa pedí al Señor y la buscaré, que pueda habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de su rostro e inquirir en su santuario”. En medio de las circunstancias más adversas, en medio de la obscuridad y la turbulencia, de los miedos e inseguridades, los devotos encuentran paz y quietud, recogimiento y seguridad. Esto es algo que cada uno debe construír por sí mismo, no está dado. Debes hacer tu propio camino, es la ley.

Talvez ya esté dado en tu propia constitución molecular, talvez tu propia realidad material y mental, afectiva y social, encierren la pista hacia esa realidad inmutable que es tu interior más profundo. Un poema de León Felipe expresa bien esto: “Nadie fue ayer, ni va hoy, ni irá mañana hacia Dios por este mismo camino que yo voy. Para cada hombre guarda un rayo nuevo de luz el sol, y un camino virgen, Dios.”

Muchos ocultistas y gurús definen la meditación como volver a casa. La casa es tu cuerpo, es lo más íntimo de tu corazón, el Dios escondido, y es también el mundo donde vives, la red de relaciones profesionales y cotidianas, familiares y de todo tipo de que formas parte.

sábado, 18 de setembro de 2010

Escribir

A lo largo del tiempo que has pasado escribiendo, se ha ido formando en ti más que un hábito: un clima, un modo de ser. Escribir es más que una tarea, es una manera de vivir. De a poco has ido creando intimidad contigo mismo, lo que ya es mucho, pues recuperas tu mismidad, el lugar de ti en ti mismo, y un lugar en el mundo, una vez que al escribir, te sitúas entre las personas a tu modo, el modo de un escritor. Ser escritor es ser un constructor de lugares, un escritor es eso, talvez más que otras cosas: un constructor de lugares, alguien que construye lugares para vivir, como se construyen casas, como se hacen habitaciones, como se construye un país. Escribes para ti mismo, en una tentativa de divertirte, de aprehender la vida, de ir trayéndote de vuelta para fortalecerte, para reunirte cada vez que el mundo te disperse. Con el pasar del tiempo, la memoria de lo que has ido escribiendo, y sus ecos en gente significativa, ha ido moldeando tu propia vida, creando como un nido para tu vivir. Ya no vives en un mundo solitario, sino en un mundo comunitario. En tus escritos está tu propia vida, y la vida que has ido viviendo a lo largo de los años, la vida de países y comunidades, familias y grupos sociales. Escribir te ha ido rescatando del anonimato, de lo genérico, de lo repetido, del sinsentido, de lo masivo, de la enajenación. Te has ido construyendo en tus propios escritos, y esto es muy positivo, pues es algo propio del oficio, y no sólo un logro personal. Muchas personas lo han sabido antes que ti, otras muchas hoy mismo lo están practicando, de maneras diversas, y ciertamente que la humanidad lo seguirá haciendo, en el futuro.

Mosaicos

Escribes como quien construye un lugar para vivir. Pones estos mosaicos y lo vienes haciendo desde hace tiempo. Observas los mensajes que ellos te dan a través del tiempo.

Mar

Venías de la playa. El mar, las olas, la gente, los veleros a lo lejos. Los niños jugando en la arena y en el agua. El sol, la música, las charlas.

domingo, 29 de agosto de 2010

Conhecimento

O ser humano é uma conjectura, não uma certeza. E se você não tiver certeza disto, tente se responder por quê você existe, ou quem ou o quê é você.

Isto não lhe digo para lhe criar confusão, mas para o tirar dela. Aprendemos muitas coisas sobre nós mesmos e sobre a vida, sobre os demais, o tempo, as coisas, e aos poucos, estas noções vão subsituindo as coisas, a realidade, nós mesmos, os demais, tudo.

Se você achar que estou brincando, peço-lhe uns minutos de atenção, que irei lhe demonstrar que não, que não é brincadeira, é uma triste realidade, mas pode ser revertida, em verdade, se você se dispuser a ir tirando uma a uma essas capas de preconceitos que foste acumulando encima de ti mesmo ou de ti mesma, encima de tudo que existe, e ainda sobre o que ainda não sabes se existe ou não.

Émile Durkheim, Julio Cortázar, Karl Marx, Osho, Carlos Castañeda, para citar apenas alguns dos mais renomados, poderão lhe ajudar a saber que o que você sabe é. Na verdade, muito pouco ou quase nada.

O que você sabe, ou acha que sabe, é na verdade um saber alheio internalizado. São aparências tomadas por realidades, preconceitos e noções ocupando o lugar do que existe.

Mas o caminho de volta é possível, e está na sua consciência originária, naquela parte de você, da sua percepção, do seu sentimento, da sua memória, que permaneceram virgens ao longo de todo o processo da sua socialização.

Não pretendo lhe ensinar o que você já sabe, mas apenas lembrá-lo ou lembrá-la de que isto é possível, e de que vale a pena. É muito melhor viver na realidade do que na ilusão.

Você pode ensaiar seus próprios caminhos de regresso à realidade, e pode ser ainda que descubra que nunca se extraviou de verdade, nunca deixou que uma cópia substituísse o original. Seja como for, espero um dia saber como foi a sua viagem.

Quanto à minha, está em processo, e por aqui o deixo, ou a deixo. Bom dia.

El comienzo

Parecía que había vuelto a un tiempo primordial, a la vida en su comienzo. Yo conocía esa sensación, ese estar como al borde de algo nuevo. Eran los tiempos de mi ingreso a Cafh. Los tiempos en que me levantaba de mañana e iba a la cocina a leer los libros de Chaitanya, En las horas de meditación, y de Vijoyananda, Pláticas inspiradas, o Vedanta práctica.

Lo refiero a los tiempos de mi ingreso a la orden a la que pertenecí durante muchos años, donde aprendí las bases de la vida espiritual, pero puede ser que fuesen tiempos aún más primordiales, el comienzo de la vida. También vienen a la memoria los años de las idas a la montaña en bicicleta con Daniel. Las madrugadas en el cuartel. Los comienzos del día en el colegio Santa Rosa.

Hoy es domingo y todos duermen en la casa. Sé que estas sensaciones tienen que ver con libertad, con origen, con comienzo. Con certeza, vienen por haberme libertado de un prejuicio a respecto de una persona de quien pensaba mal, por atribuírle intenciones hostiles hacia mi persona, en virtud de su silenciosidad, una silenciosidad que me perteneciera, antes de que me exilara en un mundo de palabras, en el mundo de lo dicho, de lo explicado, de lo pensado.

Estos tiempos anteriores, había estado pensando, y aún lo sigo haciendo, en la infancia, en ser niño, ser feliz y vivir en ese tiempo sin fin, sin miedos, sin muerte ni preocupaciones, un tiempo eterno y feliz. Este vivir primordial tiene que ver con el aprendizaje que significa para mí vivir al lado de mi mujer, de quien aprendo siempre cosas nuevas, de allí la novedad regresar a mí esta mañana. Vivir en libertad, vivir la libertad, ser libre de verdad y en justicia.

Un cristianismo práctico, esencial y concreto, no doctrinario ni eclesiástico o sectario. Vienen a mí en plenitud la presencia de mi padre, de quien aprendo a vivir sin defenderme. La presencia de mi madre, de Ramón, de Dom Fragoso, de un niño que ya ve llegar la estación final pero sin miedo, como en aquél poema de Urbina, La visita. Sé que llegará, pero no pienso en ella. Cerraré los ojos y pensaré en Dios.

sexta-feira, 27 de agosto de 2010

Eva Perón

Quisiera compartir algunas cosas que la figura de Eva Perón me suscita. No conozco mucho de su vida ni de su obra, pero me permito, y creo que lo debo hacer, decir algo a partir de los sentimientos que Eva Perón despierta en mí, esta mañana de agosto en que recuerdo la primera vez que sentí lo que siento al evocar tu presencia, Eva Perón. Era en los años 1970, la película La Hora de los Hornos. Esa fue la primera vez que vi tu rostro, el rostro de Eva Perón en el balcón de la Casa Rosada, en Buenos Aires.

El bombardeo a la multitud en la Plaza de Mayo. Otras mujeres, Eva Perón, reconozco en tu sentir, las mujeres del pueblo, las que vienen de abajo y tienen esa extraña manía de tener fe en la vida. Las que se juegan por su sentir, las que no tienen miedo. Las madres de Plaza de Mayo. Las madres y mujeres de las clases pobres, que no se doblan, que no se venden. Que no desisten, resisten. Yo no sé dónde estás, Evita, Eva Perón. Pero sé que en la condición femenina, de mujer de lucha, guerrera, noble, entera, que tu figura evoca, muchos vemos lo que es la mujer en la vida del hombre, lo que es la mujer.

Creo que el peronismo fue algo para la Argentina, mientras vos vivías. Eras el alma de una justicia que fue verdad, por poco tiempo, y que despertó el rencor y el odio de las clases dominantes. Tu opción por los pobres no era ideológica ni oportunista. Era tu lealtad a tí misma. Era esa nobleza de quien llegando al poder, no olvida quién es, de dónde viene, su historia, su identidad, su memoria de clase. En esa lealtad, es esa lealtad, la que nos mueve, hoy y siempre, a buscar ser lo que somos, a no vendernos, a no perdernos. La opción por los pobres no significa romantizar ni endiosar a los pobres, pero sí buscar la justicia.

Es reconocer que todos somos pobres en algo, y ricos en algo, como enseña Adalberto Barreto, el creador de la Terapia Comunitaria. Es saber que todos somos aprendices, como enseña Paulo Freire. Es saber que el mundo será mundo, humano, hermano, cuando seamos capaces de cumplir en nuestra vida, la voluntad de Dios, como San Francisco de Asís, como Gandhi, como John Lennon, como cada persona en este mundo que se siente parte de lo creado.

quarta-feira, 7 de julho de 2010

El amor

El amor es la dirección del sentimiento. El amor es un lugar. El apóstol Pablo dijo en su epístola a los Coríntios, “Aún que hablara las lenguas de los hombres y también la lengua de los ángeles, si no tuviera amor, nada sería. Si yo tuviera fe, aún aquella que mueve montañas, pero no tuviera amor, nada sería”. No dice qué es el amor, pero todos saben, al leer y evocar estas palabras, que el amor es todo lo que el ser humano necesita para vivir, para ser feliz y pleno, para poder existir sobre la tierra sin arrepentirse de haber nacido. Los Beatles, en “All you need is love”, nos recuerdan: Todo lo que necesitas es amor. Pensamos en estas cosas hoy, y nos damos cuenta de que esto es de verdad lo único que se necesita para vivir. San Francisco decía, en su oración simple: Señor, que nunca busque yo tanto ser amado como amar, ser comprendido como comprender, porque es dando como se recibe, es perdonando como somos perdonados, y es muriendo como se nace para la vida eterna. Jesús dijo, en cierta oportunidad, que amar a Dios y al prójimo, eran toda la ley y los profetas, eso era todo lo que era necesario. Hoy nos preguntamos si de hecho estamos yendo en esa dirección, si el amor es, de verdad, la dirección de nuestro sentimiento. Muchas veces es necesario limpiarse de cosas inútiles que fueron cayendo en nuestro interior, en la morada del amor, para poder otra vez nacer a la vida plena. Gandhi decía, en uno de los himnos que recitaba constantemente: Guíame, amable luz a través de la obscuridad circundante, guíame adelante. Un paso para mí es bastante. Muchas veces he pensado que esta es para mí la oración que más me conviene. En vez de pensar en muchas cosas o en muchas posibilidades: ¿cuál es el próximo paso? ¿adónde debo ir ahora? ¿qué es lo que tengo que hacer en este momento? Mi madre decía que la felicidad es obedecer a la ley que está escrita en el cielo y en el corazón del ser humano. ¿Cómo descubrirla? ¿Cómo saber a cada momento, cuál es la dirección del sentimiento, la dirección del amor? Max Weber exhortaba a escuchar y obedecer la voz del espíritu de cada uno, que teje los hilos de nuestra vida. No es mucho lo que se puede decir sobre el amor, no, al menos, que pretenda traer alguna novedad. No creo que necesitemos de nuevas definiciones, nuevos conceptos o explicaciones, sino una nueva experiencia, un modo más pleno de ser y de vivir, más generoso, más atenido a lo que es nuestra esencia más íntima, aquella que nos hace ser lo que somos en realidad y en verdad.

sexta-feira, 18 de junho de 2010

Um escrito

Escreveria um texto que não tivesse a pretensão de ensinar nada a ninguém, e nem, tampouco, a de ser despretensioso ao ponto de não querer dizer coisa alguma. Um texto assim, devem já ter compreendido, já existe, é este aqui, são estas linhas que desenham arabescos nos teus olhos, linhas desenhadas ao cair da tarde deste dia de junho. Venho de ler umas páginas de uma história ocorrida há muitos anos. De manhã, a surpresa repetida de estar vivo, de perceber que respiro, que é de noite e o dia começa a clarear.

Andar pela praia e ver as pessoas andando ou correndo, conversando ou em silêncio, e o sol aparecendo aos poucos entre as nuvens sobre o mar. O mar balançando, silencioso ou barulhento como a gente. As ondas batendo nas pedras e a espuma aparecendo nas idas e voltas desse movimento rítmico. Flores azuis na beira da calçada. Os coqueiros subindo para o céu, a mureta onde fazes exercícios como que te esperando. Muretas não esperam, sabes, estão ali, apenas.

Uma árvore de espirradeira na esquina de um jardim, as casas antigas ainda não alcançadas pela especulação imobiliária. A casa da senhora que pendurava frases nos troncos dos coqueiros. A areia guardando as pegadas dos pescadores e dos caminhantes dessa manhã que começa, a estas horas, tão cedo, e um céu de chuva dizendo que é hora de voltar para casa.

Agora ouves o som dos grilos como um mantram contínuo a embalar a noite que vai chegar. As cigarras anunciam chuva. Terminas este escrito despretensioso, que tenta não ensinar nada para ninguém, que apenas partilha coisas vividas num dia de junho que aos poucos vai entrando na noite.

terça-feira, 1 de junho de 2010

O nazismo sionista

Os últimos acontecimentos no Oriente Médio, envolvendo mais um dos infindáveis atos terroristas de um estado que se diz constantemente ameaçado por terroristas, obrigam a algumas reflexões. O mundo constata, não sem estupor, que a lei do mais forte continua a preponderar nas relações internacionais, sem qualquer contrapeso das Nações Unidas, mais uma vez a reboque dos interesses dos que mandam. Isto não é novidade, em se tratando de Israel na sua política de genocídio contra o povo palestino.

Mas isto, mesmo não sendo novo, nos leva a refletir sobre por que algumas culturas e povos que foram objeto de terrorismo de estado, tornam-se terroristas de estado. Israel mantém uma relação violenta com os palestinos desde a sua criação, e isto não é por acaso. Um estado de guerra permanente interessa a quem vive da guerra e para a guerra, os fabricantes de armas e os países cujos governos vivem do terror. Da ameaça de guerra e da guerra. Leia-se: Estados Unidos, Inglaterra, e seus sócios: França, Alemanha, etc. E ao mundo, o que interessa?

O Brasil tem entrado no cenário internacional, a través da figura e da atuação do presidente Lula, para tentar o que não querem os senhores e senhoras da guerra: o diálogo, a escuta do outro, a negociação.

As Nações Unidas dizem condenar a matança israelense dos que navegavam na barca atacada, que levava ajuda humanitária para os palestinos em Gaza. Uma condena que não condena, não é condena, todos sabemos. A ordem política internacional, na contramão da ampla caminhada da sociedade civil em prol dos direitos humanos e da coexistência pacífica entre os diferentes, continua na perspectiva e sob a égide da lei do mais forte, da prepotência, da mentira, da enganação, da impunidade. Esta nova matança judaica não pode nem deve permanecer impune. O nazismo que se esconde sob as práticas do estado sionista, deve ser condenado pelo mundo inteiro, como o está sendo.

segunda-feira, 31 de maio de 2010

El movimiento de la liberación interior, la revolución interior

Algunas veces, he pensado que podría ser interesante escribir algo sobre el movimiento de la liberación interior, o sobre la revolución interior, que no son lo mismo, pero se parecen, están inter-relacionados estrecha y profundamente. En ambos casos, se trata de un movimiento que la persona emprende en dirección a si misma. Un camino que ella decide emprender para saber quién ella es. Debo decir --abriendo aquí un paréntesis-- que estas disquisiciones no tienen otro objetivo que el de clarear mi propia trayectoria de vida y, en algún sentido, el vasto esfuerzo de la humanidad como tal, desde las profundidades del origen de su caminar en busca de sí misma.

Aquí no hay doctrinas ni organizaciones, tampoco fronteras ideológicas o cualquier otro tipo de afán privatista o exclusivista. Podemos decir, como forma de comenzar este diálogo, (porque es de esto que se trata, de una conversación y no de un discurso, no hay pretensión de exhibir conocimiento o convencer) que entendemos como movimiento de liberación interior o revolución interior –aún tratando ambos en conjunto, casi como sinónimos, que no lo son—todo lo que el alma hace para verse libre de lo que la traba, lo que la aliena, do que la confunde y engaña.

En este sentido, podemos decir que la terapia comunitaria es un movimiento de liberación interior, que el pensamiento de Karl Marx inspira movimientos de liberación interior, el pensamiento de Paulo Freire, las ideas y la práctica de Jesús, etc. Todo lo que traiga a la persona de vuelta a si misma, todo lo que disuelva las ilusiones o mentiras, los engaños o prejuicios, son movimientos de liberación interior. La meditación la oración, el arte, el estudio de las religiones y su práctica, el compartir, la expansión de la conciencia a través del trabajo individual y colectivo, de las acciones solidarias o solitarias, son también expresiones o formas de realización de la liberación interior. Deve estar claro, a esta altura, que no hay –como dijimos— recetas o dogmas.

De la revolución interior podemos decir que sea el proceso de retorno del alma a si misma, producido por una recordación o reintegro de ella a la matriz divina esencial que subyace a toda manifestación, a todo lo que existe. Talvez podamos decir que esta revolución, que resulta de la liberación interior, es el fin del camino humano, es la conclusión del caminar.

Algunos, como San Francisco de Asís o Gandhi y el mismo Jesús, se hicieron ejemplos de esa posibilidad que está abierta a toda persona humana por el mero hecho de existir. Los Beatles, John Lennon y George Harrison en particular, pero el conjunto como un todo, funcionaron –y funcionan todavía-- como promotores de la liberación interior y colectiva por el amor expansivo, el amor sin fronteras, la fraternidad universal, la comunión con todo lo que existe.

No hay conclusiones para este dialogo inicial, solamente la expectativa de que podamos acordarnos, de que podamos acordarnos de nosotros mismos.

quarta-feira, 19 de maio de 2010

Praia Bela

Chegavas à tarde em casa, rememorando o que fora esse dia tão singular. De manhã, acordando com ela do lado, tomando café juntos. Indo para a casa da Cidade Verde. Praia Bela, o caminho até lá, as paisagens passando e vocês passando no meio das paisagens que passam. Os barrancos verdes, o mangue, o mar embravecido, as palhoças. O menino jogando pedras. O peixe e a cerveja. O sol onipresente. O terreno das casuarinas. A volta, os bambuzais, as barracas onde compraram frutas. O sorvete na praia, o retorno para casa. Uma nova vida começou.

terça-feira, 18 de maio de 2010

Pintando

Essa tarde, voltara ao atelier, depois de tanto tempo. Tirara a poeira dos tubos de óleo. Sentira as cores amarelo, vermelho, laranja, azul, verde de vários tons. O velho pintor sentira o que sentira tantas vezes diante de uma tela branca. Olhara para a tela e rabiscara a silhueta de uma mulher de costas, um desenho que fizera, durante três anos, muito tempo atrás. Ela na sala, preenchia as cadernetas de sala de aula, os diários de classe da universidade. Lembrara do tempo em que pintara o quadro que agora um azul cobria. O azul cobrira os rabiscos. A mulher de costas desaparecera. Ela continuava na sala.

segunda-feira, 17 de maio de 2010

Poesia e literatura

Deixara-se ir pela ladeira da memória. A cidade perdida de Marte, de Bradbury. A cidade e as estrelas, de Arthur Clarke. Nas montanhas da loucura, de Lovecraft. Esse mundo sem fronteiras e sem ideologias, essa terra que se estendia em todas as direções, acolhendo-o, acolhendo o mundo, a vida, tudo que existe. O mundo da literatura, dos contos, dos romances.

Outro, é o mundo da poesia. Um mundo também sem proprietários. Um poeta prossegue as rimas dos outros, a construção é anônima e sem outro alvo que ela mesma, esse algo que não pode ser alcançado de outra forma. Borges o disse na Arte poética. A alusão. É um mundo de alusões. O poeta busca o que está ali, dentro dele e ao seu redor, e o traz para o lado de cá, o lado do efêmero, e nesse efêmero enxerta a eternidade.

Tardes literárias

Muitas vezes, de tarde, ia para a sala com um livro na mão, e deitava no sofá laranja, contra a parede com o mural do campo florido. Ia com o livro na mão e ecostava-se no sofá laranja, abrindo na página que tinha acabado na tarde anterior. Então, via a página amarelada que seguia na seqüência, e lia. Lia o romance na página subseqüente à que deixara na tarde do dia que passara.

Deixava-se levar pelo enredo, as falas das personagens, a história que ia-lhe na mente. Nela, ou a partir dela, encontrava outras histórias desse mesmo ou de outros autores ou autoras. Então, ia para Cronin a partir de Helena, de Machado de Assis. Ou de Helena, para A mão e a luva, também de Machado de Assis.

E de uma para outra, e destas para outras, desdobrava-se na mente do nosso amigo leitor, o mundo da literatura que os autores e autoras criam para nosso beneficio e deleite. Assim, passava horas deliciosas, horas em que o tempo parecia ter-se detido, horas em que nenhum problema o afligia, horas em que se deixava levar, simplesmente, pelas páginas dos livros pelo mundo da literatura e das histórias.

domingo, 16 de maio de 2010

Os livros

Essa tarde, leria os livros todos que lera na sua vida. Do primeiro ao último. Iria pelas paisagens, veria as personagens, aprenderia as mensagens, sentiria os sentimentos. Viajaria aprendendo o aprendido nessa viagem pelos livros que lera na sua vida.

Leituras

Ao ler o livro que lia, ia para outros livros que lera. Voltava para as paragens de uns e do outro. Misturavam-se as personagens. A leitura era uma viagem em múltiplas direções.

sábado, 15 de maio de 2010

Traerse de vuelta

Hay horas en que uno debería ser capaz de ponerse en una hoja. Traerse de los lugares por donde el mundo nos dispersa y estar aquí. Traerse de vuelta de la infancia, de los sueños y los miedos de niño, los juegos infantiles. Traerse de vuelta de los lugares donde la adolescencia se quedó o pasó, hizo un dibujo en el aire y siguió. Traerse de vuelta de los lugares donde la vida adulta se escondió, se hizo presente, dio una vuelta y siguió. Traerse de vuelta de los lugares donde la madurez convoca. Esta página, este cuento que sin darse cuenta viene a la luz una tarde de mayo.

sexta-feira, 14 de maio de 2010

Sabedoria

Sei muito pouco ou quase nada, e nem sempre sei o que importa. O que sei e o que vejo, são apenas a ponta de um iceberg: por detrás e em volta de tudo, está a vastidão do que ignoro.

quarta-feira, 12 de maio de 2010

Oposiciones

Esta mañana observaba el combate, o mejor dicho, el embate entre los pensamientos a los que llamaré libertadores o que traen felicidad, y otros que traen tristeza, preocupación, miedo, insatisfacción, a los que llamaré opresivos. Los nombres podrían cambar a tu gusto, lectora o lector, pero por ahora los llamaré a sí, y más que la denominación, son sus cualidades opuestas y el movimiento entre ellas, lo que quiero destacar.

A veces trato de atrapar la vida en recetas, y no creo que sea la única persona que haga esto. Como si hubiera una o más reglas fijas y uniformes que pudieran garantir la felicidad o el triunfo, la alegría permanente, total y definitiva. Como te decía, al despertar –esto no te lo decía pero te lo digo ahora—observaba como dos substancias mezclándose, de manera parecida a lo que ocurre cuando líquidos de densidades y colores entran en contacto.

Cuando predominaba lo opresivo, el día que empezaba no tenía gracia, sería un repeteco, como decimos aquí en Brasil, una repetición de los enfados de ayer, los miedos de ayer, las frustraciones de ayer. No que ayer haya sido un día solamente frustrante o de miedo y preocupación. También hubo comunión, en la casa de mi suegra, charlando en familia, riendo y discutiendo sobre las características personales del modo de actuar de cada uno.

Esto es lo lindo de estas reuniones de familia. Que las cosas se hacen más leves. Pero lo que te quería decir, es que al ver estos pensamientos de miedo de los ladrones, bronca por no haberme ido a vivir a un departamento y haber insistido en una casa de la cual me siento preso ahora, el día que había empezado, no me entusiasmaba en lo más mínimo. Era como una mancha oscura. Estaba de ojos cerrados y veía una mancha oscura, en la que iba entrando un líquido amarillo o claro, naranja, cambiando el tono y el sentimiento. Era de alivio, de alegría, de felicidad. Entonces sí había valido la pena despertar en ese día. No sería lo mismo. Nunca sería lo mismo. No puede ser lo mismo. Todo cambia.

Entonces bajé a tomar agua y al bajar por la escalera iba sintiendo el frío del piso de mármol. Tantos pensamientos y sentimientos que vienen a toda hora. A veces no es fácil orientarse y elegir. Pero aprendí con mi papá, que la dificultad de elección se debe a la profundidad del mundo en que vivo, a mi naturaleza particular, y no es una deficiencia. Es una característica. A veces hay que decidir y se decide. La vida es una lucha, no un abandono. Esta es otra cosa de la que me di cuenta ahorita de mañana. Pero es una lucha particular, con características especiales. Una lucha donde aprendes las reglas en la hora.

No hay padrones fijos de referencia. Y esto, que ya parece una regla demasiado segura de sí misma, talvez tampoco sea un padrón fijo de referencia. Oía un pájaro y pensaba si ya lo habría oído cantar así otra vez. Me parecía que no. parecía un canto nuevo. Pues bien, así, con ese canto nuevo y estos descubrimientos que me alegran, te dejo y me voy a ver qué tal está el mate que todavía no probé. Frío, talvez. Pero qué me importa que esté frío, si ahora el día comenzó y no será nunca más igual a ningún día parecido que hayas vivido antes. Buen día o, si prefieres, bom dia.

terça-feira, 11 de maio de 2010

Gambeta

¿Qué hacer con dificultades que no puedes vencer, al menos por ahora, en el momento actual? Aprender a convivir con ellas, como todo el mundo hace. Dar a volta por cima, dar um jeitinho, olhar para outro lado, não é verdade, não é mesmo? É isso aí, che!!!!!

Bienvenido/a

Esta mañana salí a caminar temprano, cuando el cielo empezaba a clarear, mejor dicho, cuando ya estaba claro. Había empezado a clarear un poco antes, las nubes y la luz que venía, dibujando esa silueta inconfundible del día que empieza. En el horizonte, hacia la Ponta do Seixas, el sol empezaba a abrirse paso entre las nubes, creando una línea móvil de luz ondulante en el mar. La gente yendo y viniendo, las casas, la mata, el día empezando. Nunca me cansaré de apreciar ese instante virginal, en que el mundo y las personas parecen en callada comunión. Se oyen voces de gente conversando, unos haciendo gimnasia, otros trotando o caminando rápido o no. Cuando empieza el día, es como si hubiera algo a serte revelado. Es como si el día quisiera decirte algo, como si la vida te estuviera recibiendo de nuevo, recién nacido que llegas a ella. Bienvenido/a.

sábado, 8 de maio de 2010

Terapia Comunitária no Uruguay

Entre os dias 9 e 10 de abril, foi realizada em Montevideo, Uruguay, a segunda intervisão do primeiro grupo de terapeutas comunitários formados na América Hispânica. O encontro contou com a participação de 15 terapeutas formados em Paysandú em 2009, e mais a presença de pessoas interessadas em conhecer a terapia comunitária. Conversou-se sobre as dificuldades encontradas na prática, e se refletiu sobre as razões para que cada um se mantivesse na terapia comunitária. Esta reflexão mostrou, nas explicitações de cada um, a estreita relação entre esta atividade de recuperação da pessoa humana, e a história pessoal de cada um. Uma das terapeutas falou da atividade realizada com jovens de rua viciados em drogas. A professora Maria Filha, da UFPB, ressaltou a importância do auto-conhecimento no exercício da terapia. Uma roda de terapia comunitária foi realizada com os presentes, com a condução da professora Silvia Meliá, de UDELAR, Luz Vázquez e Aracely Otarola. O encontro foi realizado nas instalações da Facultad de Enfermería da Universidad de la República.

Chove

Esta tarde, olhava para os rostos do John, Paul, George, Ringo. Via as caras e as expressões. As piscadinhas entre eles e para o público, os sorrisos e as caras das fãs no Shea Stadium. Ouvia The Inner Light, She Loves You, Across the Universe. Pensava numa alma voltando para Deus. Via o rosto de quem se fora, e pensava nos meus pais, meus filhos, minha amada, as amizades que fez nesta vida. Uma porta se abre para lá e lá vais. Lá vamos amanhã ou depois, quem poderia saber. Esta tarde chove em João Pessoa.

quarta-feira, 5 de maio de 2010

El proceso de procesar al proceso

A veces la gente me pregunta por qué sigo escribiendo sobre el proceso. Si eso ya pasó, si a mí no me hicieron nada. Yo entiendo la pregunta, pues es gente querida la que me la hace, familiares, amigos. Ha sido un largo camino, ajustar las cuentas con el proceso. Desde la auto-tortura, allá por los años de 1978 en adelante, hasta 1996, en que decidí volver. No decidí volver solo, ni volví solo. Empecé a volver, a dejar de torturarme con la culpa de haber sobrevivido y empezar a darme cuenta de que había una vida aquí y ahora exigiéndome respuestas, pidiéndome que diera cuenta del milagro de haber sobrevivido. De a poco, y con la ayuda de muchos y de muchas, empecé a volver. El camino es lento, pero se puede. Digo estas cosas pues vuelvo de la Argentina después de una estadía de 20 días, y me doy cuenta de que el proceso de procesar al proceso es una tarea contínua, colectiva, interminable. Yo quiero agradecer a tanta gente que me recibió en Brasil en 1977 y a quienes, en Argentina y Brasil, me fueron dando pistas para digerir el proceso. Saber qué había sido aquello. No diré nombres, pues la lista sería injusta, por las omisiones. Pero en mi corazón agradezco contínuamente a todas aquellas personas que me ayudaron a seguir creyendo en la vida, en el amor, en la honestidad, en la esperanza, la justicia, el bien, la nobleza, la verdad, la caridad, todo aquello que el proceso vino a destruír. Agradezco porque cada día que pasa me pone más lejos de aquellos tiempos oscuros, tiempos que ninguno de nosotros gustaría de haber vivido. Cada segundo que pasa estamos todos más distantes de la felonía nazi que se enseñoreó en la Argentina entre 1976 y 1983. Un día, no habrá más recuerdo de la barbarie. Habrá desaparecido en el olvido, habrá otra vez la inocencia.

domingo, 4 de abril de 2010

Un día, una hoja

Hay días en que a uno le gustaría poder ponerse en un papel. Ser esas palabras que caen sobre la hoja y se van ordenando o no, dejándose caer. Dejarse en la hoja y dejar que el viento te lleve por ahí, no sabes dónde, nadie sabe adónde el viento va. Te dejas llevar, vas como una hoja, y el día se deshoja como un otoño que no viene.

sábado, 20 de março de 2010

Un día marzo

Un día sería marzo, solamente marzo. El mes del comienzo de las clases, o su recomienzo. El mes de la vendimia, y nada más. No el mes del oprobio y la traición, de la antipatria, y la aberración, del cinismo. De la mentira y de la fuerza bruta, del engaño y la falsedad. De lo que no es humano ni tiene perdón. De lo que aún espera el juicio y el castigo a los culpables. Aún es, para quienes pudimos sobrevivir, el mes en que evocamos una Argentina que insiste, resiste, persiste. Una Argentina destinada a ser lo que es, lo que nadie podrá nunca evitar: una patria para todos, justa, libre, soberana, igualitaria. Una Argentina socialista de alma, de corazón, de manos dadas. La Argentina que no pudieron matar los asesinos de marzo de 1976. Nuestra Argentina, mi Argentina, tu Argentina, pibe. ¿Qué te parece? Valdrá la pena haber sobrevivido.

sábado, 13 de março de 2010

Días sin comienzo

Hay días que comienzan como queriendo no comenzar. Te levantas y es como si aún estuvieras en la cama. Le dices buen día a alguien y es aún como si no te hubieras dicho a ti que el día ha empezado. Me acuerdo de un chiste en que el sol empezaba el día de varias maneras: una de ellas, como que llegando de a poquito. Hoy el día empezó así, empezó sin empezar. Es como si te hubieras quedado en algún lugar del otro lado. Ya has tomado un mate o lo tomas aún, oyes el ruido de la pala en la calle, recuerdas haber hablado con tu amada y con alguien más, leído ciertas cosas, pensado otras, pero es como si todavía no hubieras llegado a este lado, como si aún el día no hubiera comenzado.

sábado, 27 de fevereiro de 2010

Tu vida

Todo había pasado tan rápido. Recién nacido en tu cunita pobre, cajón de madera. Todos los días pasados. Veías toda tu vida en un solo lugar, en este mismo lugar, aquí donde estás. Como una película, un panel. Todo pasó tan rápido

terça-feira, 23 de fevereiro de 2010

Bom dia

Ese día, como tantos otros, se levantara sin alguna finalidad o propósito determinado. Lo de siempre, esa lenta manera de ir llegando de a poco, de irse dando cuenta muy lentamente de que estaba vivo, de que otro día había comenzado. Entonces, desperezarse, ir encontrando los pensamientos y sentimientos del día anterior y los de ese día. La moto que pasa, los pájaros cantando, el sol iluminando las plantas de la mata enfrente, los primeros e-mails del día Todos somos parte de esa historia, dice uno de ellos, y es así. El cordobazo, el mendozazo. Todo eso y más, mucho más, eres tú que me lees a esta hora del 23 de febrero, un día que empieza con calor y canto de pájaros y aroma de flores de la mata y el vecino que empieza a mover los metales de su taller. Talvez vayas a buscar el libro a la librería. Talvez hagas gimnasia más tarde. Las palabras van abriendo camino, van dejando venir lo que debe venir y te admiras de leer estas cosas que no habías programado escribir. Empieza una nueva vida. Buen día, o, si prefieres, bom dia.

quinta-feira, 18 de fevereiro de 2010

El lugar

Ese sería su escrito definitivo. Su mejor escrito, talvez. O, si prefieren, el escrito al cual estaba destinado. Las palabras ocupaban sus lugares, y en él algo se ubicaba, también, simultáneamente. La relación era directa, sin intermediación. Talvez todo escritor o artista, la persona común un día, todos y todas alguna vez, en una oportunidad inolvidable, sintieran esa sensación de que todo está en su lugar, que todo, aún aquello que te incomoda o te molesta un poco (no hablo de grandes dramas o tribulaciones) está donde debe estar. Pero ya me estoy alejando del foco. Decía que era su escrito definitivo. Su escrito final. El escrito al que estaba destinado. Como si el universo entero fuera una tipografía y tú, que me lees, la letra exacta para el lugar exacto. ¿Ya tuviste esa sensación? Si fuiste niño o niña, lo sabes. Sabes qué es esa sensación que tuviste, que tienes ahora, cuando tu vida no eran expectativas ni miedos, era sólo levantarse a la mañana y vivir, solamente vivir, como ahora, tantos años después, ya viejo, lo mismo, otra vez. Esa sensación de encaje, como digo. Repito. Los viejos repiten, repetimos, y repito. Todo está donde debería estar. Todo tiene su lugar. Un poema nunca es un poema, es una intersección, una integración de poemas y poetas, de frases poéticas y de la poesía. Es una costura continua en que a veces percibes y otras no, pero existe, la unión total de todo y de todas las cosas. Es eso que sientes esta mañana y tantas otras veces, y con certeza otros y otras sienten también en sus vidas, en algún momento, o siempre, no lo sabes. El lugar.

terça-feira, 16 de fevereiro de 2010

Hacer poesía de las piedras

Hay días en que te levantas como hoy, sin ningún propósito o intención determinados. ¿Por qué habrías que tenerlos? ¿No basta estar vivo? ¿No es bastante haberla visto a ella a tu lado y haber respirado juntos? Haber comenzado el día en ese espiarse el uno al otro al borde del sueño, al borde de la vida que comienza, que continúa, que sigue como si nunca fuera a interrumpirse, como si no hubiera nada que la pudiera entrecortar. Toman el café, vas al jardín con ella y esperas que se quede. Talvez siempre soñarías con un día en que ella no se fuera, un día en que ella se quedara en casa. Hablan en la mesa, desayunando. Recordarías para siempre este día. Hacer poesía de las piedras. Eso fue, eso es tu vida. Hacer poesía de las piedras. Vuelves a casa y escribes estas cosas mientras los autos pasan, incesantes. Un poema de Borges, Límites, te recuerda lo humano. Saber lo que se quiere, aunque sea un arduo camino. ¿Lo sabrías un día? Hacer poemas de las piedras. Poemas de las piedras. Hacer poemas de las piedras. Eso fue, eso es, eso será para siempre tu vida. Hacer poema de las piedras. Recordaron los días en que se encontraron. Los días en que se esperaban, distantes, soñándose. Recordabas, recuerdas ahora una canción que cantabas en Ipiranga. Que é que há, ¿te acuerdas? Sabías ya de ella sin saber. De algún modo sabías. Dios, que todo lo sabe y dispone o permite, hizo el camino hasta unirlos, hasta este día de febrero en que estas líneas se escriben y las lees.

segunda-feira, 15 de fevereiro de 2010

Un cosmos en el cosmos

Hay días en que no parece haber nada especial para hacer. Descubrirte amando a tu amada ya es bastante. Sentirte uno con ella. Uno con la vida. Ya es mucho. El día va, y no sabes adónde va. Tanta gente en tantos lugares. Tantos mundos alrededor, y dentro tuyo un querer estar aquí, lo más limpiamente posible. Lo más presente que puedas. Los libros, la televisión, este cuaderno, tus pies, la respiración. Oyes, ves, respiras. ¿No es bastante? Es mucho. Agradeces, de modos más tenues. Tu charla con Dios es otra. Él y tú cambian de contínuo. La vida es este mutar constante. Preparas un trabajo para Venezuela. María en ti. Su voz, su amor. Su presencia. Tus padres, tus hijos, tus amigos y colegas. Seu Chico y Dona Marieta. Leila, Diogo, Bruno. Arturo, Leo, Lucia, Blanca, Emilio. La cadena se extiende como una tela en todas las direcciones, y tú, una gota, un cosmos en el cosmos.

domingo, 14 de fevereiro de 2010

Noción de sí

No sé quién soy, pero amo profundamente al ser en que me transformé.

Domingo

Ese día, se había levantado sin ningún propósito determinado. Ninguna meta interna o externa a alcanzar. Estar aquí, ahora, lo más plenamente posible. Veía a su lado la mujer amada, aún dormida. Fueron a la playa. El sol ardiente los obligó a volver. La lluvia dejara un aroma de tierra mojada. Los transeúntes iban y venían por la calzada al borde del mar. Una manga caída en el camino fue el comienzo del desayuno. La casa del vecino, con sus flores blancas. Un portón abandonado. Las flores en el camino. Tomaron el desayuno. Café con leche con galletas integrales y manteca. Dulce, queso. El día comenzaba. La llevó a su casa. Tantas cosas en tan poco tiempo. Ella iría a casa de sus padres, ya viejitos, a acompañarlos. Te dejarías llevar por el día. Le escribieras a tu hija que vendría a visitarte. Escribirías estas cosas que ahora lees y se quedan en esta hoja.

sexta-feira, 12 de fevereiro de 2010

Esta mañana

Ese día, se había levantado sin ningún propósito determinado. Apenas esa vieja y repetida sensación de sorpresa, de estar vivo. Respirando. El cuerpo pulsa. Por la ventana, el aire entra y me refresca. Los recuerdos, pensamientos viejos, el sueño de anoche. Tú atrás de infinitas puertas que iba abriendo y siempre estabas más allá. El rostro de Amanda. Después regar las plantas, ver la casa vacía y los pasos dibujados en el piso, en el polvo. Los estantes. Las plantas en el jardín. El agua. Tu voz al teléfono. Un e-mail de Omar. La prevención de la drogodependencia. Como que dándote un respiro. Sientes el viento susurrando en los coqueros.

terça-feira, 9 de fevereiro de 2010

Saber

Eu achava que sabia de muitas coisas. Hoje não sei mais de nada ou quase nada. E isto às vezes me entristece, por ter aprendido a valorizar o conhecimento. No entanto, algo me diz que é melhor não saber do que achar que se sabe, quando não se sabe.

Vacaciones

Decidió tomarse unas vacaciones en serio. Dejar de obligarse a esto o aquello, lo de más allá. Simplemente permitirse estar sin hacer nada, sin culparse ni exigirse nada. De pronto, se dio cuenta de que la vida era muy linda, sin peso, algo que iba por sí mismo.

domingo, 10 de janeiro de 2010

Son infinitas

Son infinitas las cosas
Que traen lágrimas
al corazón de un hombre.

Hay un amor sin fin
Que transforma cada una de ellas
En flor, canción, estrella

sábado, 9 de janeiro de 2010

Os valores na formação do terapeuta comunitário

Na terapia comunitária, a pessoa se reencontra com o que ela é, com seu ser mais profundo. Quando você começa a participar das rodas da terapia, você percebe que não está só nem isolado, que a sua história não está solta nem você desgarrado. A sua vinda para a cidade, se você veio do interior ou de outro estado ou, ainda, de outro país, é um caminho que muitas pessoas na roda fizeram. Aos poucos, você vai se sentindo mais coeso, mais integrado, mais parte de um todo. Esse todo é você mesmo, a pessoa que você é. A soma de pequenos e não tão pequenos atos e decisões, fatos da sua família e do seu povo, da sua cultura e das situações que você passou para chegar aonde está, para vir a ser quem você é.

Como foi escolhido o seu nome, qual dos filhos ou filhas da sua família você é, como foi o seu nascimento, todos são fatos que compõem essa diversidade conflitante ou não, em movimento, em perpétua reorganização, que cada um de nós é, que todas as pessoas são. Na formação como terapeuta comunitário, cada um de nós da um mergulho profundo na sua história, nas suas raízes, na caminhada que o fez chegar a ser quem é e a estar aonde está.

Muitas vezes na primeira roda, a primeira vez que comparece a uma terapia comunitária, a pessoa descobre que ela não é a única que sofre dessa dor ou que passa por essa dificuldade que lhe tira o sono, que a faz sentir alguém sem um lugar. Na primeira intervisão dos terapeutas comunitários formados em Salto, Uruguay, em novembro de 2009, tive a oportunidade de ouvir a história de um homem que entrou na roda da terapia comunitária, na sua cadeira de rodas, e saiu aliviado, dizendo: “Eu achava que eu fosse o único”.

Quando você descobre que a sua dor não é a maior do mundo, que a sua perda, a dor que você acarretou durante anos, o não gostar de si mesmo ou de si mesma, que lhe foi inculcado por circunstâncias que você aprende a decodificar e compreender, ou por situações perante as quais você foi forçado a se submeter sem poder reagir para preservar a sua identidade, você começa a fazer o caminho de volta.

Se diz que a terapia comunitária é integrativa e sistêmica. Integrativa, porque a pessoa passa se perceber como uma unidade, não mais como um pedaço ou fragmento. Sistêmica, porque a sua vida, a sua história, as coisas em que cada um de nós crê e que nos dão razão e sentido para viver, são comuns a um povo e a uma cultura. Na formação do mesmo grupo de terapeutas comunitários do Uruguay, em julho de 2009, tive a oportunidade de intervir, com os conteúdos sobre "os valores na formação do terapeuta comunitário". Lembro como se fosse agora, as expressões nos rostos dos participantes da formação. A alegria de se saberem partes de uma história, descobridores e descobridoras de si mesmos.

Na ocasião, entre outras coisas, se falava do lugar e do papel de cada um e de cada uma na vida, o lugar que cada um e cada uma ocupam, lugar insubstituível. Em outra formação, no interior da Paraíba, na cidade de Souza, uma formanda expressava com veemência: Eu sou o que eu sou, e não o que os outros querem que eu seja. Essa expressão, seu profundo significado, vão trazendo você de volta.

Quando fui para o Uruguay em 2005 pela primeira vez, participei de uma sensibilizaçaão em terapia comunitária na Universidad de la República, na Faculdade de Enfermagem. Nessa oportunidade, por primeira vez na minha vida me encontrei com um grupo de pessoas que tinham sobrevivido, como eu, a uma ditadura. Ouvia as histórias de todos e de todas, e aos poucos a minha história foi ganhando um outro significado, uma outra solidez e consistência.

Isto ocorre nas rodas da terapia. Na história do outro, me reconheço. Essa história evoca a minha própria história. É o que se chama de escuta ativa, uma das ferramentas do terapeuta comunitário. E vou deixando por aqui, na expectativa de ter atiçado a sua curiosidade, querido leitor ou leitora, para vir a fazer parte dessa roda, caso já não o faça.