terça-feira, 11 de maio de 2010

Bienvenido/a

Esta mañana salí a caminar temprano, cuando el cielo empezaba a clarear, mejor dicho, cuando ya estaba claro. Había empezado a clarear un poco antes, las nubes y la luz que venía, dibujando esa silueta inconfundible del día que empieza. En el horizonte, hacia la Ponta do Seixas, el sol empezaba a abrirse paso entre las nubes, creando una línea móvil de luz ondulante en el mar. La gente yendo y viniendo, las casas, la mata, el día empezando. Nunca me cansaré de apreciar ese instante virginal, en que el mundo y las personas parecen en callada comunión. Se oyen voces de gente conversando, unos haciendo gimnasia, otros trotando o caminando rápido o no. Cuando empieza el día, es como si hubiera algo a serte revelado. Es como si el día quisiera decirte algo, como si la vida te estuviera recibiendo de nuevo, recién nacido que llegas a ella. Bienvenido/a.

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