segunda-feira, 29 de setembro de 2014

Escribiendo

Creo que siempre vale la pena insistir en algo a lo cual le damos mucho valor. En este caso, me estoy refiriendo a lo que uno va consiguiendo de transformación personal a través del ejercicio de la lectura y de la escritura. Algo que me ha venido llamando poderosamente la atención, es que a través del escribir continuo, del escribir como una forma de vida, uno va, de hecho, dándole forma a su propia vida. Uno va haciendo el mundo en el que vive. El mundo va perdiendo una cualidad de distante, ajeno, extraño o aún hostil, para pasar a ser algo propio, placentero, unificado, integrado. Ayer u hoy, no recuerdo bien, recientemente, al fin, me pasó de estar mirando unas nubes por la ventana, y sentir esa nube como algo familiar. No era familiar en el sentido de algo conocido o frecuente, sino en un sentido más íntimo. Ya debo haber de algún modo incorporado varias partes del mundo externo, las cuales cuando las veo, ya no son en absoluto externas. Ya son mías, un mío grande, como cuando uno era chico (pero esta memoria no la tengo firme o cierta). Otra cosa que me llama la atención es que al escribir, y al recibir comentarios o impresiones sobre lo que escribo, también las personas van pasando a formar parte de mi mundo interno. Ya no están tan afuera, ya no tan lejos, o nada lejos, en absoluto. Se van borrando las fronteras, siempre tan dolorosas,  entre yo y los demás, entre yo y el mundo exterior. El mundo exterior y yo, el mundo interior y la gente, al final son barro de la misma hechura. Todo está hecho de trabajo, de manos, de intercambio, de construcción colectiva. En el diario vivir, también percibo aún otro resultado del quehacer de escritor, de la vida de lector, que están estrechamente entrelazadas. Escribir y leer son dos lados de una misma realidad. Me refiero a que mis pensamientos y sentimeintos, mis acciones y reacciones, están como que contenidas en um universo simbólico y de significados, hecho tanto por mí, como por los escritores y escritoras que forman parte de mi mundo interno. De este modo, cuando estoy hablando con alguien, y siento lo que la persona está diciendo o la reacción que me viene (de decir o de pensar), como algo contenido en un universo más grande, hecho tanto por experiencias mías, como por las lecturas leídas. Creo que cada lector o lectora, cada escritor  o escritora, podrán agregar muchas más experiencias a este breve inventario. 

sábado, 27 de setembro de 2014

Presente

Tenho-me visto --e ainda estou-- às voltas com duas sensações prazerosas, nestes dias. Uma oriunda do meu novo livro, (Libertatura) que volta a mim como um oceano que retorna a si mesmo. Outra, derivada de um quadro azul e amarelo, com uma casa e um álamo sob o céu, que ainda pintarei de novo. Uma e outra sensação, são como os dois lados de uma onda que vai e vem. Vai e vem de lá para cá e de cá para lá. E neste ir e vir, o aqui e agora, o presente unificado em que vivo cada vez mais, este tempo de beleza e quietude que me contém. Um tempo detido em que me encontro a me alimentar da beleza de estar vivo e ter superado o que me tocou superar. Dores que me fizeram forte, me tornaram sólido e firme. Sustentado na terra que acolhe meus passos sob o sol, sob o céu, por aquele caminho do campo beirado de álamos e de uma casa em que nasci e na qual vivo para sempre feliz.    

sexta-feira, 26 de setembro de 2014

Residencia

Como tantas otras veces, ahora escribo sin tener algún propósito definido en la mente. A no ser el saber, ese saber que se ha ido afirmando a lo largo del tempo, de que cada acto de estos, cada venir a la hoja con la pretensión de aprehender y comunicar algo, me va trayendo más acá. Cada vez más acá, más hacia el lugar donde estoy, donde soy, donde me puedo encontrar y de hecho me encuentro con vos, con todas las personas, con el mundo, con el tiempo que se escapa y vuelve y se queda, eternamente. Ahora acabo de volver de un encuentro en familia, en Bessa. Una casa que tiene ya muchos recuerdos. Muchas otras reuniones. Una casa donde ya me he encontrado tantas veces, que estar allá es como ir al encuentro de mí mismo y de este pequeno o no tan pequeño mundo de afectos familiares que me constituye. Hoy me llamó la atención un precioso cuadro de Bagdad antigua. Una lámpara amarilla en el techo de la sala. Unos revólveres también antigos sobre una madera en el barcito. Y las calles empedradas. Vuelvo de esta casa a mi casa en Tambaú. Y otra casa em Mendoza dejé atrás hace unos días. Una casa que me espera también. Tantas casas. Todas las casas son una sola casa. Una única casa. La casa donde he nacido y vivido hasta hoy, y donde viviré hasta el instante en que me pase al otro lado, definitivamente, si es que así son las cosas. Si no, lo sabré al día siguiente y estaré de nuevo por aquí, como siempre. 

quarta-feira, 24 de setembro de 2014

Presente

A veces a uno le gustaría escribir algo, no sabe bien qué. Pero el mero hecho de disponerse a la comunicación, como que llama a nuestro aquí y ahora la presencia condensada de toda nuestra vida, de todos nuestros intentos de diálogo, desde el comienzo de nuestro existir. Es como si todo lo vivido se congregara, de manera consolidada, alrededor nuestro, conteniéndonos. Las experiencias más recientes, las de esta tarde en el consultorio del dentista o en la academia, y las de esta mañana al levantarme e ir a la verdulería para comprar frutas y las de agosto pasado y la de todos los días de todos los años hacia atrás, están aqui, solidificadas. El acto de escribir me va aliviando del peso de lo vivido, en el sentido de que me voy depurando de lo que no es presente. Queda el presente, cada vez más el presente. El presente y nada más. Y en este presente, están todos los presentes pasados, uno a uno, unificados en un único ahora eterno.

segunda-feira, 22 de setembro de 2014

Pertencimento

Hoje saí dar uma volta pela praia de Cabo Branco. Senti as areias suaves. O mar cinzelado. A sensação de que o mundo em que vivo é um mundo feito pelas minhas próprias mãos. Tendo lido vários dos escritos do meu novo livro, Libertatura, esta sensação tem uma origem precisa. Esses relatos, o que escrevo, vão solidificando uma sensação de pertencimento. É como se o mundo em que vivo não estivesse lá fora, mas dentro de mim, ou como se eu estivesse andando por um mundo que me contém por completo. Isto é uma sensação nova e velha, ao mesmo tempo. Este novo livro contém relatos deste viver que vai se tornando, cada vez mais, um viver unificado. Uma sensação de paz que não exclui os conflitos, mas que os mostra como tendo a sua origem, geralmente, em atitudes minhas que posso mudar. O sentimento de que o tempo vai se ajustando, tudo vai sendo como deve ser. Tudo está onde deveria estar, e eu também. Uma ideia-sentimento de pertencimento, de ser um com tudo. Alguns dos relatos deste meu novo livro falam em pintura, em cores. Também em literatura, poesia. E o que consigo perceber, hoje que saí caminhar por dentro do meu mundo, é que temos a possibilidade, como seres humanos, de fazer o nosso mundo com as nossas próprias mãos. Então saímos da condição de vítimas, tão penosa. E podemos desfrutar deste fato magnífico que é o de fazermos parte de um todo em movimento que nos inclui, que nos contém por completo.

domingo, 14 de setembro de 2014

Composición

Hay días que se van armando de a poco. Empiezan de un modo nebuloso. Uno va emergiendo del lado de acá como tanteando. Y así, medio indecisamente, vamos llegando. Tropezando y acertando. Juntando hilachas de pensamientos y recuerdos, sentimientos e ideas. Avanzando como a tientas. Tratando de encontrar el rumbo. De pronto una llamada telefónica. El recuerdo de un amigo muy querido. Pequeños pedazos van ocupando su lugar. Todo se va ubicando como debe. Una caminata hasta el kiosko a comprar el diario. Ida y vuelta. Las veredas. Los charcos de la lluvia de la noche anterior. Las flores. La verdulería. Los recuerdos y proyectos. Todo va ocupando su lugar.

sábado, 13 de setembro de 2014

Arte

Estoy leyendo nuevamente “La caída de la casa de Usher”, de Edgar Allan Poe. Y lo que me fascina, en esta nueva visita a este texto ya tantas veces leído, es que me aproximo del mismo como quien se acerca a una obra de arte, para contemplar otra vez su belleza. Todo está como las veces anteriores, del mismo modo, en el mismo lugar. La misma maestría en la elección de las palabras por parte del autor, la misma sensación de estar dejándome llevar por un embelesamiento que sin duda será igual o casi igual que las veces anteriores. Pero como una bella estatua o un bello jardín o una puesta de sol o las estrellas, mirar lo bello no cansa, aunque sea casi como una exacta repetición de vistas anteriores.

quinta-feira, 11 de setembro de 2014

Ubicación

De pronto querrías guardar aquella charla para siempre. Fijarla en el tiempo. ¿Pero es que ya no está allí, fija como algo inamovible? Los ojos de ella. Mirabas sus ojos y te invadía una alegría inenarrable. Como si todo se fuera componiendo. Como si todo ya estuviera en su lugar. Moviéndose pero en su lugar. Moviéndose y en su lugar. Dejarse llevar no es abandonarse sin rumbo: es saber adónde ir, pero te dejas llevar. Remas y te dejas llevar. No hay ninguna contradicción. Es más bien colaborar con el movimiento de la vida. Es dejarme llevar y remar. Todo va ocupando su lugar. Todo está en su lugar. Es un lugar donde estuvo siempre. Es el propio lugar. El justo lugar. Esto es dejarse llevar por el movimiento de la vida. Hay algunos rostros, algunas expresiones, algunos sentimientos que sentiste hace muy poco en Paraná. Vas sintiendo que todo está en su lugar. Todo ocupa su lugar. Como una antigua canción. Here, there, and everywhere. Vas viendo el fondo del mar y las placas tectónicas acomodándose. Todo está como debe ser. Todo es como debe ser. La vida es muy curiosa. Sales de aquí, sin haber querido irte, y vuelves como si nunca te hubieras ido. El rostro de tu madre. Tu padre como un niño. Y ella. Ella y vos. Uno solo. Sólo uno. Uno en movimiento. Uno es todo y todo es uno. Comunidad. Común unidad.

terça-feira, 9 de setembro de 2014

Terminando libros

De vez en cuando, termino de leer algún libro que había empezado en otra oportunidad. Recientemente, fue el caso de “O jovem trovador,” de Cronin. Antes, “Ciudades Muertas,” de Miguel Otero Silva. Cuando termino de leer algún libro empezado, me viene una satisfacción profunda, como si hubiera terminado una jornada. En algún sentido, esto es literal. En otro sentido, un sentido más completo, termina una experiencia. La lectura es un viaje, o son muchos viajes. Muchas veces me llama la atención el viaje interno que hago cuando escucho a otra persona, cuando veo una película, o cuando leo un libro. Creo que esto nos pasa a todas las personas. Entonces terminar un libro es concluir una exploración de mi propio mundo, que inicié de la mano de un autor o una autora, que me fueron llevando a lugares que ellos conocieron o crearon. Y en ese viaje por su mundo, me adentré más en mi propio ser, en mi propia realidad. Ahora estoy prosiguiendo con la lectura de otro libro de Cronin, “A coragem de resistir.” Un joven con un brazo defectuoso, y su vocación de ser médico. Sus luchas contra el prejuicio y la discriminación. Cronin en particular, es un autor que cambia bastante de estilo entre un libro y otro. Cambia y permanece. Uno se va adentrando en la personalidad y en las vicisitudes de los protagonistas, frecuentemente enfrentando problemas vocacionales o conflictos oriundos de la religión o la nacionalidad. Cada autor o autora tienen un cierto repertorio de caminos que nos invitan a recorrer. Sus caminos y los nuestros se hacen como un haz, un caleidoscopio, una rueda que gira. Me siento acogido profundamente por los libros de literatura y de poesía. No son libros que me quieran imponer una visión de mundo o una verdad. Más vale al contrario, en su apertura, me hacen ver mundos más vastos que los que el prejuicio y lo aprendido pueden permitir. Recordando muchos de mis autores y autoras favoritos, es como si se recompusiera mi unidad vital, muchas veces fragmentada en el diario existir y coexistir. Pienso en Julio Cortázar y en Jorge Luis Borges. Graciliano Ramos y Cecília Meirelles. Lya Luft y Anaïs Nin. Gabriela Mistral y José Saramago. Todos los libros y las autoras y autores, son como que una morada gigantesca donde me puedo cobijar siempre que lo necesite.

quinta-feira, 4 de setembro de 2014

Seguimiento

Hay algo que me gustaría comentar aquí, y es la cuestión del seguimiento, la fluidez, el adaptarse a las circunstancias cambiantes. Es una idea oriental, que está expresada de manera clara en dos textos: el I Ching - El libro de las mutaciones, y el Eclesiastés, en aquél trecho en que dice que hay un tiempo para todas las cosas. La idea del seguimiento, de estar atento a las exigencias del momento, propone una inserción en el movimiento de la vida, un dejarse llevar por el movimiento de la vida. Esto no es un abandono puro y simple, sino una actitud de flexibilidad. La imagen del agua en movimiento me parece apropiada para esta idea. Por lo tanto, no se trata de una pura pasividad, sino de un dejarse llevar, lo cual supone una intencionalidad de nuestra parte, pero una intencionalidad flexible y no rígida. Sé lo que quiero, sé adónde quiero llegar, pero mi querer no se contrapone a lo que se va presentando, sino que más bien me dejo interpelar por las circunstancias, en vez de avanzar ciegamente. El I Ching agrega que quien desee ser seguido, deberá servir. Jesús dice algo semejante, cuando se refiere a que el que quiera ser más grande, deberá estar al servicio de los demás. De modo que seguimiento y servicio se presentan asociados.

quarta-feira, 3 de setembro de 2014

Espacio

Puede haber un lugar. Puede haber un espacio. Puede haber una posibilidad. Esta tarde pensaba en estas cosas, mientras estaba con mi esposa en el living de la casa de mi padre. Puede haber un lugar, un espacio, una posibilidad. Cuando pensaba en esto, sentía una gran paz, como un espacio ilimitado, algo sin fin de lo cual formaba parte. En ese momento, se me ocurrió que ese gran espacio podría originarse del no reaccionar, del escapar de la reacción automática, del prejuicio, del miedo. Es como si hubiera una posibilidad de estar aquí desarmado, sin exigirme tanto. Hay un tipo de exigencia que es típica del artista, de la persona creadora, y esta es una exigencia positiva, que nos lleva a no estar satisfechos hasta que no encontramos la palabra justa, el tono exacto, el color que estamos buscando. Pero si esta exigencia se translada al aquí y ahora, puede ser un infierno, una insatisfacción continua. Una cobranza continua que nos aparta de nuestra humanidad.

segunda-feira, 1 de setembro de 2014

Cuando el pasado se presenta

Hay veces que el pasado se viene con todo, y nos dejamos envolver por él. Es como si nos anidáramos en el tiempo que se fue, que se fue y no se fue. Se fue y se quedó. Está aquí ahora. Hay un solo tiempo. En particular, ahora estoy siendo testigo de una transformación de un pasado al que me había quedado pegado de manera dolorosa, y que de a poco, o tal vez ya casi del todo, está cicatrizándose. Me refiero a lo vivido a partir del golpe de estado de 1976 en la Argentina. Ese recuerdo había quedado como impregnando mi estadía en mi país. Venía como con miedo, y me iba como no habiendo estado. Dejaba de conectarme con el presente, como si tuviera miedo del contacto con la Argentina de aquí y ahora. No sé si es exactamente así, pero es lo que me va pareciendo. En agosto de este año, algo cambió, decisivamente. Participé en una formación en Terapia Comunitaria Integrativa en Paraná, en el centro Mariápolis. El clima de este encuentro hizo que me fuera entregando totalmente a la actividad grupal. Diferentemente de lo que ocurriera en formaciones anteriores, no escapaba de la convivencia, ni tampoco venía a ella acorazado. Me dejé llevar, no podía dejar de participar totalmente. En las conversaciones con los/las participantes, fui sintiendo un clima de confianza en el que me fui dejando envolver. Pude hablar en varias oportunidades, de lo que fue para mí haber sido expulsado de la UNCuyo como subversivo. Haber tenido que exiliarme. Escuché personas que también se habían exiliado. Algunas que perdieron entes queridos. Sentí el cariño de toda esa gente que desde distintos lugares, había venido para trabajarse como persona, para habilitarse a una experiencia más profunda de ser y de existir en el mundo. El clima era tan amigable, y a esto contribuyeron sin duda las jóvenes mujeres del Movimiento Focolares que viven en la comunidad de Mariápolis, que también se integraron a la convivencia, con su trato afable, y con la descripción sucinta de su propia experiencia de vida comunitaria. Hoy al mediodía estuve con mi padre y María, visitando una amiga de la familia de muchos años: Sarita Roitman. Su jovialidad y espíritu alegre dejaron una marca en mí. El pasado vuelve y nos envuelve.