segunda-feira, 28 de outubro de 2013

Escribiendo

A veces no tengo nada que hacer, y me pongo a escribir. Cuando empiezo a escribir, cuando las letras empiezan a aparecer en el renglón y van llenando la hoja, algo en mí se empieza a ordenar. Algo en mí empieza a ocupar su lugar. Soy yo mismo, que no me encuentro mejor en nada, sino escribiendo. Ahora mismo, mientras escribo estas cosas, me viene una paz bárbara, una paz que no encuentro de otra forma. No es necesario que tenga algún asunto determinado para escribir.

Los dilemas, las indecisiones, los conflictos, las rabias, los miedos, las preocupaciones, van como si dijéramos, diluyéndose en la hoja, van dejando de ser, y comienza a aparecer algo nuevo y muy antiguo, una sensación alegre, contenta, como infantil. Una despreocupación y consuelo profundos, de ser parte, estar contenido, de que está todo bien, que siempre estará todo bien. Dios está en todas partes: esto no elimina los problemas, pero es como si en el fondo supieras que está todo bien, que todo estará siempre bien. Y que ni la muerte ni el dolor, jamás podrán destruír esto que está aqui, tan fugaz y eterno: la vida, el amor.

quinta-feira, 24 de outubro de 2013

Tiempo y pintura

Flores en jarros o floreros. He pintado varios de estos cuadros a lo largo del tiempo. Ahora que escribo, vienen a la memoria algunos de estos cuadros. Uno con flores rojas acorazonadas, centro amarillo, sobre un mantel de ajedrez.

Otro con flores blancas, de pétalos grandes, en un florero de cuello fino que va subiendo, y hacia abajo se ensancha, redondamente. Hay al lado de este motivo, una figura inversa que la complementa. El fondo es amarillo-naranja. Recuerdo unos cuadros de Van Gogh de flores en floreros o en jarros. Uno, eran girasoles en un florero redondeado, que había en casa de mis padres.

Me llamaba la atención la forma de los pétalos, pintados como al descuido. Después supe que era el modo como pintaba Van Gogh. Veo otro, también en la casa de mis padres, que eran flores de almendro, en un jarro cilíndrico verde. Una vez dibujé un florero en un rincón, en blanco y negro, a lápis grafito o carbonilla. Estos cuadros me dan impresión de eternidad. Ayer cuando pintaba uno de estos cuadros de jarro con flores, esta vez unas hortensias, sentí nitidamente el tiempo suspendido, parado. Esto era real, objetivo. Estaba en la sala y el tiempo estaba quieto.

He pintado también un cuadro de flores rojas, de pétalos estirados, como en llamas, que ilustra estas anotaciones. Un motivo que he repetido también varias veces, son los álamos con casas, montañas, caminos al sol, soles enormes al fondo, a veces un río o praderas de ambos lados, o cielos girando. Álamos, soles, casas, flores, jarros. ¿Qué tienen en común? Eternidad. Quien haya estado em bosques de álamos, lo sabe. El tempo allí está detenido. No se mueve el tiempo.

Pueden moverse las hojas, lentamente, ya que los álamos son conocidos por detener el viento. Detienen el tiempo, también. Uno siente una queitud admirable en sus cercanias, aún cuando se trate de álamos solitarios y no agrupados en bosques. La montaña, los ríos de montaña, las casas que se ven en las áreas rurales, aisladas, evocan siempre quietud, eternidad, algo que no pasa, y que sin embargo está vivo, pulsando en pianíssimo.

quarta-feira, 23 de outubro de 2013

Buscando un rumbo

Cuando empiezo a escribir, me empiezo a ordenar. No importa mucho lo que escriba. El mero hecho de ir poniendo letras en la hoja, me organiza. Ahora escribiría, por ejemplo, sobre las sensaciones de esta mañana. La cabeza hecha un enjambre de abejas. Las hablas incomprensibles de ayer a la mañana y ayer a la noche. Gente que habla como si uno tuviera que descifrar lo que quieren decir. ¿Por qué no hablás claro, che piba o pibe?

La celebración de anoche, tan linda. La mujer viniendo con la vela encendida, y todos pidiendo al Espíritu Santo que descendiera sobre nosotros. La universidad de noche, llena de gente y de autos. Y hoy de mañana, las abejas en la cabeza. Abejas, hormigas. Algo así. Ahora la mañana ya va internándose hacia el mediodía, y yo todavía aqui tratando de encontrar un rumbo. Me iré a caminar, que esto es muy lindo y me hace bien.

domingo, 20 de outubro de 2013

Flores em um jarro

Hoje pintei este quadro de flores em um jarro. Como sempre, é muito instrutivo este processo de se abstrair por uns momentos das expectativas de resultados e desempenho, e se deixar levar para um mundo de maior gratuidade e leveza. Um mundo infantil, ou mundos infantis. Lembrava dos meus pais, que me introduziram no mundo da pintura e do desenho. Lembrava de tanta gente que conheci graças à pintura e às cores. Alguém que me ensinou alguma coisa, alguma técnica. Nem sempre obedeço essas dicas ou técnicas, mas a lembrança vem.

Quando começava a ver o desenho ir aparecendo, vinha uma alegria muito antiga. Comecei a pintar desde guri. Brincando com cores e formas. Foi uma das heranças mais preciosas da minha criação. Meus pais sempre me estimularam a pintar, e meus irmãos, esposa e amigos, sempre me alentaram a seguir nesse caminho. Um caminho que comunica. Sempre sinto que é um caminho que vai e vem, uma estrada de duas vias, pelo menos. Uma é a que vem até a tela, uma estrada plural, junção de muita gente e lugares, momentos. Outra, a que vem da tela para você, para mim, para quem estiver olhando. O ambiente se transparenta, fica mais leve, mais tênue.

sábado, 5 de outubro de 2013

Flores

Ontem à tarde, vi umas rosas formando uma coroa. Senti uma paz e alegria profundas. Essas rosas rosas, estavam em algum lugar que eu via ao fechar os olhos. As vejo agora, na lembrança, com as mesmas cores, e sinto essa mesma paz e alegria. Serão essas as rosas que nascem das dores? Estes dias tenho voltando a sentir uma dor profunda, ao ver pessoas próximas, em atitudes indignas. Gente de muito perto, tão longe éticamente. Serão essas as flores que nascem das dores? A minha avo dizia, em italiano: dal tua dor, fa un fiore. Não sei se a escrita está correta, mas está certo o sentido. Será que os humanos fazemos, mesmo, flores das nossas dores?