domingo, 28 de agosto de 2022

Mi fuerza

Los días no son iguales unos a los otros. Hay continuidades, entrecruzamientos, discontinuidades, prolongamientos. Hoy por ejemplo, al ir acercándome a la playa desde la peatonal, comprendí que lo que por ahí me parece una dificultad o un defecto mío, es más bien al contrario, mi fuerza y mi seguridad. Mi potencia. Me refiero a esse mi no saber muy bien qué hacer, qué es qué, etc. Inseguridad, en una palabra. Indecisión, a veces. Respiré aliviado y así fui llegando a la arena. Empecé a ver a la gente. Una mujer viniendo a mi encuentro. No estaba del todo mal. Seguí y pasé por un grupo de jóvenes que se reían y bañaban. Así llegué a la altura del busto de Tamandaré. Vi uma casita amarilla antigua, que se ve que sigue resistiendo al tiempo. Está casi en la esquina de la beira-mar. Me vino un contentamiento. Unos policías en bicicleta conversaban. Había una música alegre. No necesito estar siempre en un estado de ánimo elevadísimo, pleno. Hay variaciones, como todo en la vida. Aprendo a disfrutar de las bajadas también. Aquellos momentos en que estoy casi sin ánimo para nada. Me quedo mirando. Si es una persona conocida o amiga, ya me conoce. Me quedo contemplando, prestando atención mínima, si es que puedo prestar alguna atención. Dejo de exigirme tanto. Así estoy mejor conmigo. Acepto y busco apoyo y ayuda, cuando necesito, inclusive para movimientos mínimos cotidianos. Esto puede venir desde adentro o de al lado, o aún del ambiente circundante. Me doy cuenta de que la belleza me conecta. Me anima. Y yo también puedo buscarla y verla tanto adentro mío como alrededor. Memorias y solidaridad. Observación. Así me muevo. Así voy yendo y viniendo. Así soy.

Nenhum comentário: