quarta-feira, 1 de abril de 2009

Cambios tenues pero decisivos

Era un momento muy importante en su vida. Difícil de definir. ¿Qué había ocurrido? Ayer pensaba: es la obsesión que se ha ido La compulsión, la forzación de barra constante, desde hace tanto tiempo. La violencia interna, el empujarse constantemente hacia esto o hacia lo otro, o contra esto o contra lo otro. De mañana, se despertara y no había ninguna compulsión. Eso era nuevo. Durante el día, la sensación persistió. Algo había cambiado. Era extraño, y de algún modo lo desconcertaba. Su compañera le dijo que no había nada de errado en estar indeciso, eso era normal. No era locura. Ella le preguntara qué es lo que habría cambiado, y hoy, un día después, él mismo se preguntaba. Era algún énfasis, sí. Una especie de exceso de expectativa. Algo se había ido. Una especie de desmesura, talvez podría decir. Hoy ya no lo tenía tan claro. No era la fijación, que persistía, aunque más tenue. Talvez, pensó, no fuera tan importante saber qué es, saber definirlo, sino vivirlo y agradecer. Agradeció. Era la madrugada del dos de abril de dos mil nueve. Talvez fuera paz, pensó. Simplemente paz. Paz y nada más. ¿Sería la insistencia, la repetición o repetencia? Ella continuaba presente, aunque más tenue. El miedo, también persistía, aunque más tenue también. Talvez, pensó, fuese solamente eso, una cuestión de intensidad. No le preocupaban respuestas hechas, ni inmediatas. Ya vendría. Confiaba que sí, que ya vendría, y estaba contento y agradecía. Bom dia.

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