quarta-feira, 2 de dezembro de 2009

Un día

Ese día, se había levantado como sin ganas, sin alguna motivación especial. ¿Sería un día menguante, como la luna cuando se va haciendo menor hasta casi desaparecer en el cielo? ¿Sería la falta de aquel mensaje que esperabas y no vino? Los pájaros cantan, como todos los días. El cielo está nublado y el día está fresco. Esperarías alguna alegría grande para empezar el día. Hay días que empiezan así, como no queriendo empezar, pero empiezan. Después hay que llegar, como dice Cortázar. Sí, llegar a qué, no sabes bien a qué, pero llegar. Llegar, por ejemplo, a la playa a caminar. A ver el mar y a sentir esa masa inmensa de agua que se pierde de vista en el horizonte. Sentir ese antiguo ser, como dice Borges. Acordarte de la noche pasada, con ella al borde del mar oscuro fundido con el cielo. Los dos recordando los comienzos, los primeros tiempos, mirándose a los ojos. Tiempos inolvidables, perpetuados hasta hoy, de otro modo. Ahora el viento sopla y piensas en tus hijos, en tus amigos, en la gente que amas, en quienes sin conocer, te dieron una mano, allá en los lejanos tiempos del ayer, cuando llegabas a Brasil, casi un náufrago. Ya faltan pocos días para que cumplas años. El día que pasaste la frontera de Uruguayana. Veías árboles floridos del lado de acá. Miedo, del lado de allá. Tristeza. Empezaba otra vida, esta vida. Tus hijos, tantas cosas nuevas. Una vida nueva. Este año, ahora, antes del 8 de diciembre, recuerdas ese día, esos días estos días, esta vida nueva. Agradeces. El viento sopla y de a poco los pájaros te van trayendo. Te dejas venir. Otra vez estás aquí. Piensas en la vida, misteriosa. Cómo es extraño estar vivo. Ser quien eres, recordar lo que recuerdas. Saber que hay una trama infinita que se continúa en cada ser vivo, en todas las cosas. Sentirte esa trama viva, contínua. Eres eso. Todo es parte de esa infinitud presente que se extiende en todas las direcciones. Apenas respiras, estás en contacto con todo lo que está vivo en todas las partes de la Tierra. Oyes, y el universo entero está diciéndote algo al oído. Miras, y esa maravilla de ver deja el mundo entrar en ti y te sorprendes con las hojas verdes de las plantas, los colores de las flores azules, blancas, amarillas, rojas, que ves en el jardín y en los caminos. Ya no piensas que es un día sin gracia pero al contrario, agradeces el nuevo día y te vas a caminar. Buen día.

Nenhum comentário: