Había ya leído tantos libros
La lista se le figuraba infinita
No lo era, sin embargo
Los muchos libros formaban una lista
Que se perdía de vista
Ya iba a la casa de Usher
O a las montañas de la locura
Al vino del estío o
A los jardines circulares
Se dejaba llevar por lo senderos bifurcados
Y renacía en una tumba como flor
Bajaba como un río de la selva
Y se escondía en una casa de adobe
Por los libros leídos y los que aún leería
Viajaba de oírlos de otros
O de saber de su existencia
El fantástico Necronomincon
El Tertium Orbis
De las historias de niño guardaba
Sensaciones inefables
El hijo de la estrella
La vida del Mesías
El arca de Noé
No sabías aún de filosofia ni teología
Sociología ni astronomía
Pero ibas página a página dando la vuelta
Al libro de la vida
Hoy ya han pasado muchos años
Tantos que ni sabes cuántos
Y de los libros leídos o por leer
Guardas silencios y sabidurías
Y ahora que llega la puesta del sol
Miras hacia allá y ves
El comienzo de un nuevo libro
El libro de la vida
Nenhum comentário:
Postar um comentário