terça-feira, 31 de maio de 2011

No hay maestros

Los llamados maestros espirituales son aprovechadores que intentan convencerte de que los necesitás, de que sin ellos sos incapaz. Presta bien atención: tratan de convencerte de que no podés, de que no sos capaz. Esa es la tarea de los que se llaman a si mismos maestros, y construyen empresas disfrazadas de “caminos” espirituales, para enriquecerse, para dominar, para lucrar con tu infelicidad y con tu culpa. Infelicidad y culpa creadas por esos mercaderes.

Por eso Jesús no admitía que lo llamaran de maestro. No queria esclavos, queria seres libres. En lugar de eso, en lugar de gente que nos recuerde que somos capaces, que podemos, que somos vencedores, hay legiones de comerciantes de la tristeza, de la soledad, de la angustia y de la impotencia. Toda una industria de iglesias y sectas, empresas de comercialización de la división interna. Tenés que combatirte a vos mismo para necesitar de ellos, de los “libertadores” que viven de tu dolor.

No hay otro maestro que uno mismo. Esta es la verdad. Y nadie necesita de más nadie a no ser de sí mismo. Y esto lo enseñaron y lo enseñan quienes nunca admitirían ser llamados de maestros. Un Paulo Freire, un Jesus Cristo, un Karl Marx, um John Lennon. Y mirá cerca tuyo pues en el círculo de tus amistades o en tu família, bien cerca tuyo, debe haber quien confia en vos, quien confió en vos todo el tiempo, desde el comienzo, sin pedirte nada, sin exigirte nada. Solo por amarte. Por saber de tu valor, de tu bondad, de tu belleza.

Y no le hubiera gustado ser llamado de maestro o maestra. Mirá bien dentro tuyo y te vas a dar cuenta de que hay un maestro en vos mismo, no lo puede haber en outro lugar. Vos sos tu propio maestro.

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