Dom Fragoso me dijo una vez: “deja que vengan esas memorias dolorosas. Y que el ángel de la paz te guíe.” Dejé venir esas memorias. En realidad, no hay cómo impedir que vengan. Ellas vienen de todas formas. Sólo que ya va siendo de otra manera. Ahora tiene otro sentido el estar vivo. Y esos recuerdos también van teniendo otro sentido. Uno va dando la vuelta. Y descubre que se hizo fuerte gracias a lo que nos hizo sufrir. Resiliencia.
Nenhum comentário:
Postar um comentário