quinta-feira, 24 de abril de 2014

Cacheuta

Tan importante es la vivencia como el compartirla con otros humanos y humanas. A veces son cosas simples, y sin embargo muy tocantes, como este paseo de hoy por Cacheuta. Las termas. El río, la gente bañándose. Los álamos. Esto merece un capítulo aparte. Estos árboles que se desparraman por el paisaje mendocino con sus amarillos de oro. Uno se queda absorbido por tanta belleza. Imposible describir lo que se siente. Un smergirse en un tiempo eterno. Álamos verdes y amarillos. Amarillos. Amarillos de diversos tonos. Amarillo claro. Amarillo más claro aún. Y las hojas por el suelo, como uniéndose a las que todavia están en los árboles. Cuadros y más cuadros, y uno andando por dentro de esos túneles vegetales, como Van Gogh en aquel cuadro de la película de Kurosawa. Cuesta dejar Mendoza, pero Mendoza está aqui, Mendoza se va conmigo. Donde esté, estará Mendoza. Me la llevo conmigo, o, mejor, soy de Mendoza. Esto define mejor las cosas.

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