terça-feira, 11 de abril de 2017

Llueve

Llueve adentro y afuera. Hay gente que le escapa a la tristeza como si fuera una especie de enfermedad. Ahora escucho el agua que cae, y recuerdo aquella canción de Los Iracundos: “bajo un monte lleno de dinero y ambiciones, debe haber ese algo que no muere.” Hace un ratito nomás, el cielo estaba azul claro, y unas nubes. Ahora es la lluvia que cae, viene a lavar el mundo, la ciudad. Un pajarito canta en medio de la lluvia. Mis colores y mis libros me rodean, esperan su momento de venir a mezclarse con mi vida. Más temprano, aquellos recuerdos tan queridos: mi abuela Mamina que gustaba de la lluvia y de los jazmines del cielo. Yo mismo levantándome para ir al Liceo Agrícola. Y las huelgas y la represión. Parece que nada cambia, o cambia muy poco. Y sin embargo algo cambia. Uno va mezclándose de a poco y de a mucho, con todo lo que nos rodea. Soy una parte de las páginas de los libros que voy leyendo y escribiendo. Y soy un color que cayó del cielo. ¿Seguirá habiendo guerras y violencia, siempre? Cuando yo era joven, soñaba, como mucha gente, con un mundo donde no hubiera hambre, violencia ni dominación. ¿Será posible ese mundo? ¿Llegaremos un día a ese lugar de paz y justicia? Llueve, esto es lo que sé. Llueve, no deja de llover. 

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