quarta-feira, 5 de outubro de 2011

Escribiendo

De pronto estás otra vez delante de la hoja. Es como un ritual, ya muy antiguo. El día está anidado en algún lado, como preparándose para llegar. El sol ha de estar acurrucado quién sabe adónde, esperando la hora de llegar. Y en estas horas previas al día que se prepara, también tú te vas preparando, vas dejando que las letras vayan bajando a la hoja, una a una, como gotas. Escribir es ponerse en orden, ordenarse, organizarse, ordenarse. Lo repites pues es eso y no hay anda de malo en repetir. ¿No se repite el sol todos los días, saliendo casi por el mismo lugar si bien que de diversos modos y con colores que cambian? ¿No se repiten la luna y las estrellas todas las noches saliendo a iluminar la jornada en el cielo, suspendidas en el infinito? Todo se repite y tú repites este ritual cotidiano que desde hace años se procesa como por sí mismo, contigo como auxiliar. Ayudas las letras a bajar, a ir formando palabras, y muchas veces te sorprendes y te alegras con lo que se va formando en el papel.

Nenhum comentário: