domingo, 6 de novembro de 2011

Estado literario

Hay días en que estás como que en un estado letárgico, podríamos decir. No es bien la expresión correcta, pero por ahora la vamos a dejar como está. Es como si estuvieras solamente en parte del lado de acá, del lado de la llamada realidad concreta, que de concreta no tiene nada o casi nada. Pues es eso justamente, en esos días, estás más del lado literario de la existencia, del lado de los libros y de las historias que has leído, de los autores cuyos mundos has aprendido a habitar, mundos que te han cautivado, palabras en las que has aprendido a vivir. Esos días y esos momentos, son como que llamados del mundo real en que vives, el mundo fantástico que es, ese sí, verdadero y concreto para ti, el mundo literario. En esas horas, estás no estando del lado de acá, estás en estado literario. Como que el mundo cotidiano se hace casi translúcido, una opacidad lo cubre, lo torna irreal, pero sigues estando aquí, un poco translúcido tú también, como que en alguna de esas páginas que habitas, en algunas de esas historias y casas y paisajes donde has aprendido a vivir. El estado literario es como que una protección, una habitación, un capullo de seda donde te envuelves y permaneces por horas al hilo, días enteros, a veces meses años, tal vez toda tu vida o buena parte de ella hayas estado allí, hayas estado así, en estado literario.

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