domingo, 8 de janeiro de 2012

Cuadros no pintados

Hay unos cuadros que uno no pinta. No es por pereza o por no creerse capaz uno de traerlos a la tela o al papel, sino simplemente porque no son cuadros para ser pintados. Son imágenes que están en algún lugar, no sabes exactamente dónde, están pero no sabes dónde, y no las quieres traer a la tela o al papel, pues no es ese su lugar. Me quiero referir ahora a dos de esos cuadros no pintados. Uno, de jazmines del cielo, o mimos do céu, como se dice en portugués, y otro de unos dibujos como de rayas horizontales paralelas, componiendo una especie de entramado, como un tapete de totoras o algo así por el estilo, que veo cada vez que paso, al bajar la escalera del primer piso a la planta baja, y paso al lado de un cuadro, ese sí pintado, de un sol amarillo en un fondo rojo laca geranio, que hay en donde la escalera hace un doblés. Pues es. Ya he pensado en pintar uno y el otro. El primero, azul claro, celeste, de tonos muy claros como acuarelados, lo veo siempre que miro una tela en blanco que hay aquí en la sala del computador, donde estoy escribiendo estas cosas. Lo veo en la tela, pero no en la tela en blanco, sino en otro lugar, que nos é si es la imaginación, la memoria o adónde, pero es muy lindo. Lo veo sin verlo, tengo que decirlo, si no, van a pensar que veo cosas, y no veo. Veo flores de acacia cuando ando por las calles que hay entre la casa donde vivo, y el mar, o la beira-mar, mejor dicho, por donde anda la gente a la mañana y a la noche, y también durante todo el día, aunque menos, porque hace un calor bárbaro. Esas flores de acacia son lindísimas, amarillas, en racimos, como farolitos chinos o japoneses, no sé. Muy lindas. Parece que el tiempo se detiene allí, al mirar uno esas flores amarillas colgando de las ramas de la acacia. Pero ya me fui por las ramas, aunque tiene que ver una cosa con la otra. Por lo menos, con el primero de los cuadros no pintados, el de las flores celestes, que pueden ser jazmines del cielo, u hortensias, no sé. Talvez unas y otras, todas juntas o bien alternadamente, alternando inclusive con otras flores, estas de un azul más oscuro, que hay en un jardincito en la vereda de un restaurante casi llegando a la beira-mar, del lado derecho de quien va llegando a la playa. Flores, celestes, amarillas Cuadros no pintados. Y el de las líneas paralelas como de un piso o un fondo de totoras, que veo cada vez que paso al lado del cuadro amarillo y rojo que hay bajando por la escalera.

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