sexta-feira, 1 de junho de 2012

Reescribiendo

Hoy te levantaste, esta mañana, y algo empezó a coserse desde temprano. No siempre uno puede poner en el papel, las cosas que va aprendiendo durante el día. Cada día es una lección nueva, o viejas lecciones que vuelven para que uno las aprenda. Caminaste por el barrio, nuevas veredas, viejas sensaciones. Todo es como una recuperación de memoria. Cada cosa evoca otras cosas parecidas o semejantes, y todo se va uniendo. Las memorias más antiguas como que se van uniendo con las más recientes, del tiempo presente, y de pronto la vida se va a aproximando a una sensación de unidad. A veces es sólo unidad, la unidad misma, otras veces, unidad y dispersión, como una diástole y sístole. Hoy respirabas, y al respirar, evocabas memorias de otras respiraciones, tal vez la respiración total de tu vida, inclusive la anterior a tu nacimiento. Respirabas y caminabas, tranquilamente, por las calles de Tambaú, y estabas unido a tu historia, aquí, ahora. Es como si el instante fuera cada vez más el tiempo total, todo el tiempo. Un libro de Saramago, que volviste a leer esta mañana temprano en la cocina, Todos los nombres, decía casi lo que estabas sintiendo, lo que estabas viviendo. Que todos los instantes convergen en el ahora. Borges. Era lo que venias sintiendo, lo que estás viviendo, esta sensación de unidad. Lo que escribes, ya fue escrito, lo que vives, ya fue vivido y es revivido, reescrito.

Nenhum comentário: