terça-feira, 23 de agosto de 2016

Componiendo un libro

La tarea de componer un libro es una especie de encuentro con la eternidad. Uno va juntando pedacitos de tiempo que fue captando con el pasar de los días, y en esta costura, vamos llegando a un tiempo unificado. El tiempo sin tiempo de lo poético. Así de pronto podemos volver a tomar contacto con tantos instantes que fuimos viviendo. Momentos singulares. Situaciones de lo cotidiano que se reúnen en nuestra memoria y en el sentimiento. Esto nos rescata del tedio vital, esa especie de cansancio que puede asolarnos, cuando perdemos la noción de que cada instante, cada pequeña o grande cosa que nos toca vivir, son partes inseparables de un único mosaico cósmico que nos contiene.  

Nenhum comentário: