terça-feira, 29 de março de 2011

Vida

La muerte nos trae a la vida. El misterio de lo que nos espera más allá del último segundo de vida, es semejante al misterio que está del lado de acá. Allá y acá, misterio. Mi fe me dice, como a tantas personas en todo el mundo, la fe nos dice que hay otros mundos, otras esferas, otros lugares. Lugares de amor infinito, de paz profunda, silenciosa y audible en las horas de meditación, en los momentos de comunión con el Altísimo. Algo que uno puede comprobar, es que esos lugares donde viven aquellos seres amados que ya partieron, son lugares reales, lugares creados por nuestra memoria, nuestra imaginación, nuestra fe y nuestra creencia. Son lugares reales, tan o más reales que este lugar donde estás hoy aquí, que de pronto ni sabes si es tan real.

Nenhum comentário: