domingo, 4 de março de 2012

Lugar de paz

A veces uno se pone a escribir no porque tenga algo que decir, sino por necesitar estar en un lugar. Un lugar lejos de aquí, resguardado, protegido, a salvo de las idas y venidas, de las peripecias. Como un barco busca el puerto durante la tormenta, buscas ese lugar adonde vas cuando escribes, el lugar al que perteneces. Ni bien empiezas a dejar que las palabras se vayan formando, vas sintiendo una paz muy grande, un aquietamiento. Recuerdas la montaña, su quietud, su tremenda paz. Este mundo te recibe por completo, eres ese lugar, el lugar adonde vas cuando te dejas llevar por las palabras, esa morada de paz en donde te puedes refugiar cada vez que los vaivenes de la vida te haya sacudido. Vuelves a tu puerto, estás en tu lugar.

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