terça-feira, 27 de novembro de 2012

Inclusión

Poniendo letras en el renglón tenía siempre el resultado mágico e imediato: todo empezaba a ordenarse, todo iba poniéndose en su lugar, o mejor dicho: todo estaba, todo estará siempre en su lugar. Esto lo has dicho ya muchas veces, y lo seguirás diciendo. Hay algunas cosas que hay que irlas repitiendo, como la lluvia se repite, como el reloj se repite, como el sol, la luna, el día y la noche se repiten. Todo se repite hasta que nos damos cuenta de que eso está allí. Que esa flor, esa persona, ese mar, todo está ahí, y uno en medio de todo esto, uno en medio de toda esa inmensidad que nos envuelve, nos cobija y nos dirige. Cuando me pongo a escribir, cuando empiezo a ver las letras en el renglón, es como si toda la vida fuera convocada al aqui y ahora, como si toda mi vida viniera de repente a este mismo lugar donde estoy ahora.

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