Como tantas otras
veces, al no tener nada que hacer, me pongo a escribir. Y gracias a
estos momentos de no tener nada que hacer, algo en mí se va
equilibrando. Estos momentos me proporcionan una especie de ajuste.
Un encaje. Algo está en su lugar. Son lugares móviles, pero algo se
va encajando, en movimiento. Las impresiones del día. Las
sensaciones. Todo va ocupando su lugar. Y cuando todo va estando en
su lugar, todo es como debe ser. Ya no hay conflicto entre un deber
ser que crea una permanente disconformidad con el presente, y esto
que está aquí. El presente es lo que debe ser, y es como debe ser.
Entonces respiro aliviado. Todo es como debe ser. Todo está en su
lugar. A través de este ejercicio de ir escribiendo lo que voy
viviendo y lo que voy viendo, lo que voy experimentando, de a poco la
vida y el mundo se van haciendo cada vez más míos. Es cada vez más
la sensación de ser yo quien está aquí.
Nenhum comentário:
Postar um comentário