sábado, 30 de julho de 2016

El libro espera y se sigue escribiendo

Espera que lo siga transcribiendo al español, y mientras tanto se sigue escribiendo. Por dentro y por fuera, la escritura continúa. Es una escritura continua, que une lo interno y lo externo. Así, al final, no hay esa división, es una sola cosa: una escritura integrada, que une lo que vivo y lo que pasa afuera. Lo que pienso y lo que escucho. Lo que siento y lo que veo. Es una sola cosa. Son frases que se van formando, componiendo palabras que escuché y cosas que vivo. Hoy por ejemplo estuve en una asamblea de condominio en las Chácaras de Carapibus, a la mañana, y ya pasando el mediodía. La gente que vi, los paisajes verdes, el cielo azul, y lo que viví hasta ahora que ya es de noche, van formando una frase y colores. Colores que son palabras también. Al escribir, me escribo, consolido el tiempo. Uno el ayer y el hoy en una sola cosa. Ya no hay más división, o casi va dejando de haber división. Es el amor, que es amarillo y es Dios, es familia y son amigos, son sueños realizados y por realizarse. Es el relajamiento, la paz, el descanso. El celeste es mi madre, es mi esposa, es la mujer, el nacimiento, lo que une y es perpetuo y es eterno. Es la unidad, la quietud, la contemplación. La prioridad es color cobre, un naranja oscuro y tansparente. Hoy fueron estos tres colores, y lo siguen siendo. A la tarde fuimos a la muestra “Brasil mostra Brasil,” en el centro de convenciones del Estado da Paraíba. Todo tipo de artesanías, lámparas de Turquía, multicolores. Tejidos de la India y de Nigeria. Guayana Francesa, Argentina. Cachaza de Belém, de Paraíba. Cantos de Julio Iglesias. Autos, tanques de guerra. Ríos de gente, y ahora ya la noche. Ya las estrellas y la oscuridad, como que anidando el día de mañana, en que otras caminatas, otros andares de aquí para allá. El tejido continuo de la vida.  

Nenhum comentário: