Volver de la playa.
El mar y las olas. La espuma sobre el agua. La arena. Gente yendo y
viniendo. Las sombrillas. La ciudad, más allá, y el verde de los
árboles. Un paisaje repetido, como fijado en el tiempo. Siempre
igual, nada igual. Igual pero distinto. La casa del castillo del
hombre sin alma. Los autos estacionados. El edificio en construcción
en la esquina de casa. El portero. Los caminos de ayer y de hoy se
unen en un solo camino. Las palabras que escucho y que van
componiendo con mis palabras internas, una sola palabra. Palabra que
anda.
Nenhum comentário:
Postar um comentário