Volver a escribir.
Volver a la hoja. Volver al lugar donde soy más yo. Volver a ser yo.
Nada se parece a esta sensación. Es como tenerse de vuelta, después
de haberse uno creído perdido. Y ahora aquí todas las personas
queridas: todas y cada una, no falta ninguna. Todos los cuadros, los
libros, los caminos, los sueños. Un mundo tan chiquito y tan
inmenso. Todo lo que es, es ésto. El año que se fue y este que
empezó. La reunión en familia anoche. Los vinos de Mendoza. Los
recuerdos que me visitan y que he tratado de apartar, pero vuelven.
Historias que siguen doliendo. Han brotado flores, manantiales,
estrellas, de esas heridas del ayer. Ahora creo que las he de llevar
conmigo, pues son marcas en mi piel. Las miro y trato de aprender:
qué fue lo que me enseñaron esos hechos dolorosos. La vida sigue
dando vueltas. Ya se fueron tantos días, tantas horas, tantas cosas
ya pasaron, y quedó esto que está aquí. A veces vuelvo a la casa
de Leonidas Aguirre, vuelvo al parque San Martín, vuelvo a tantas
veredas por donde anduve. Montañas, ríos, mar. Vuelvo y estoy allí.
No es sólo recuerdo, es presencia. Es el tiempo eterno. Es la
gracia.
Nenhum comentário:
Postar um comentário