sexta-feira, 1 de fevereiro de 2013

Continuidad

Un día más había comenzado. Cuántos días habían pasado ya desde el comienzo de tu vida! Y sin embargo, no deja de sorprenderte esta repetición nunca repetida. Los días pasados se van juntando unos con los otros, formando un rompecabezas perfecto. Aún aquello que creíste que nunca debiera haber ocurrido, también forma parte de tu historia. Una historia de mucha gente. Una historia de tu pueblo, de tu gente, de tu familia, de la humanidad. Los días pasados y este día se juntan, se unen, se funden, se confunden, foman una sola cosa. Y este nuevo día que está comenzando, que ya ha comenzado, parece ser la cumbre de la montaña, el punto más alto de la pirámide. Desde aquí miras todo el panorama, todas tus jornadas, las personas que fiste viendo o conociendo desde el comienzo de tu vida. No puedes dejar de sentir una emoción muy profunda. Cada una de esas caras, de esas voces, de esos seres que forman parte de este rompecabezas infinito que eres tú, a su vez son también rompecabezas infinitos como tú, formados de millares de millones de actos juntados también desde el comienzo de los días de cada uno de estos seres. Recuerdas los pájaros, los cactus, las jarillas, los chañares, las montañas. El Cerro de la Gloria. Puente del Inca. São Paulo, Mendoza, João Pessoa. Tantos lugares. Todo se va juntando, se va componiendo. Y en este nuevo día que ya ha empezando a querer clarear, vas sintiendo todos los amaneceres anteriores, como si fueran un único y contínuo amanecer. Un amanecer infinito.

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